Delegado Gobierno País Vasco aconseja a los medidadores que medien en otro sitio porque aquí no se les necesita

El delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, invita a los mediadores internacionales a que “ofrezcan sus servicios en territorios de conflicto”, porque “aquí no les necesitamos” y advierte de que el Gobierno “no está ni para falsear la realidad, ni para perdonar los pecados de tantos que durante tanto tiempo nos hicieron tanto daño”.

En un artículo publicado en su blog personal, recogido por Europa Press, Urquijo se refiere a la presentación próximamente en Aiete, por parte de cuatro relatores internacionales, de un nuevo decálogo con recomendaciones al Gobierno central y a ETA, que sería resultado de las reflexiones del foro social coordinado por Lokarri.

“Al parecer -dice- la próxima semana aparecerá un documento del denominado foro social, comparsas de la teoría del conflicto, con un nuevo decálogo que sirva de banderín de enganche a los presos de ETA para forzar movimientos del Gobierno en política penitenciaria”.

Urquijo ha denunciado que, mientras se espera “el enésimo documento de este grupo, los presuntos asesinos del inspector de Policía Eduardo Puelles no reconocen al Tribunal que les juzga, se niegan a declarar y denuncian malos tratos y torturas”.

El representante del Gobierno central en Euskadi cree que no tiene que cambiar en nada la política antiterrorista del Gobierno, “cuando la realidad es la de la chulería de esos tres terroristas”, y reitera que “de ETA solo esperamos su comunicado de disolución, la entrega de las armas y su puesta a disposición de la Justicia”.

En ese sentido, advierte de que estamos “ya cansados de sus amenazas, de sus engaños y de la estrategia diseñada por su entorno para internacionalizar el conflicto e intentar que tras 857 asesinatos los presos de la banda vayan saliendo a la calle sin cumplir sus condenas, como si nada hubiera pasado”.

Urquijo subraya que “la realidad es que ha pasado, y mucho”, por lo que señala la importancia de “construir el relato verdadero y de combatir a quienes desde la ignorancia, la mala fe o las dos cosas a la vez, tratan de imponer una teoría falsa que la sociedad acabe admitiendo por aburrimiento, la teoría del conflicto y la necesidad por tanto de un pacto final que desactive la violencia de las 'dos partes'”.

Tras afirmar que “el terror de ETA jamás tuvo justificación alguna, la violencia nunca la tiene y la sociedad tiene la obligación de protegerse y defenderse de aquellos que por las armas han tratado de imponer un proyecto totalitario”, advierte de que “todo lo demás es hojarasca, literatura para confundir a gente poco avisada y excusas para tranquilizar las conciencias de quienes durante tantos años han apoyado a los terroristas”.

Urquijo manifiesta que el Gobierno “no está ni para falsear la realidad, ni para perdonar los pecados de tantos que durante tanto tiempo nos hicieron tanto daño”. “Se les ha vencido operativamente con tenacidad y con inteligencia y con estas mismas virtudes combatiremos su legado que no es otro que el proyecto político defendido por sus distintas marcas políticas: Bildu, Amaiur y Sortu”, añade.

Por todo ello, pide a los mediadores que “no se esfuercen más” y que vayan “en busca de territorios en conflicto y ofrezcan allí sus servicios, porque aquí no les necesitamos”.

En cuanto a los terroristas, desea que “sean detenidos, juzgados y cumplan sus condenas y, cuando salgan de prisión, que nos dejen en paz de una vez y que un manto de silencio los haga invisibles para siempre”. “Así de sencillo”, concluye.