Ecuador defenderá la agenda de cooperación en la Cumbre Iberoamericana frente a los temas coyunturales

En vísperas de la Cumbre Iberoamericana en Guatemala, el canciller de Ecuador, José Valencia, destaca en una entrevista con Efe el exclusivo carácter del encuentro que busca fomentar la “cooperación” y “no las divergencias” políticas.

“Nosotros damos mucha importancia y apreciamos de manera particular la Cumbre Iberoamericana”, destacó Valencia, que acompañará al presidente, Lenín Moreno, en esa cita los próximos 15 y 16 de noviembre, antes de valorar que “lo más importante de ella es el sentido de hermandad”.

El canciller valoró el papel del foro como puente de unión “entre países que comparten una cultura muy similar, un idioma o idiomas muy cercanos y una forma del ver mundo muy especial”.

Y aunque reconoce que en el pasado se produjeron en estas convocatorias momentos “un poco tensos”, “cuestionamientos en uno u otro sentido”, lo que prevalece por encima de todo es “ese denominador común que tenemos frente al resto del mundo”.

El jefe de la diplomacia ecuatoriana considera asimismo que, a diferencia de otras cumbres y organizaciones, la Cumbre Iberoamericana tiene una “agenda muy especial que no tiene las características de otras organizaciones más políticas como la OEA”.

“Esta es una agenda centrada en la cooperación. Existen también divergencias, las hay, pero creo que hay el espíritu de trabajar conjuntamente en temas que a todos nos resultan trascendentales”, proclama al destacar el tema de la “inclusión”.

Convocada bajo el título de “Una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible”, Valencia trata de proyectar la cooperación de una manera amplia, que “aborde lo económico, social y ambiental, temas migratorios y de discapacidad”, este último de particular importancia para el presidente Moreno.

En funciones desde junio de 2018, Valencia llegó precisamente a la jefatura del Ministerio desde su cargo de embajador ecuatoriano en la Organización de Estados Americanos (OEA), y en sustitución de María Fernanda Espinosa, hoy presidenta de la Asamblea General de la ONU.

Su nombramiento fue interpretado como un deseo del mandatario de dar un giro a la política exterior ecuatoriana, de apartarse del eje bolivariano y abrirse al mundo tras diez años de correísmo.

No es casualidad pues que desde entonces haya habido un rápido acercamiento a EE.UU., Ecuador se haya salido de la ALBA, haya expulsado a la embajadora venezolana tras dura declaraciones de un ministro e intensificado su crítica a la situación humanitaria en ese país y al éxodo migratorio.

Pese a ello, sostiene al ser consultado por Efe sobre si le gustaría ver a Nicolás Maduro en la cumbre, que le parece “que todos los países, sin individualizar a uno en particular, deberían participar y decir lo que tengan que decir, aportar a la agenda que tenemos bajo ese paraguas iberoamericano”.

“El estar o no presente, eso lo dejamos a entera decisión de cada país”, agrega con una sonrisa diplomática.

Bajo el mando de Valencia, la política exterior ecuatoriana ha sido incluso más rígida frente a los “caprichos” -en palabras de uno de sus viceminitros- del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, asilado en su embajada en Londres desde 2012.

Y hay hasta una clara predisposición a trabajar con el presidente electo de Brasil, el derechista Jair Bolsonaro.

“El brasileño, es un giro político. No es difícil llegar a esa conclusión. Sabemos exactamente cuáles han sido las tesis que ha enarbolado”, afirma.

Pero destaca que, como Ecuador, “respetamos las decisiones políticas de cada país que funcione bajo un sistema democrático y tenga su propia dinámica”.

Valencia no espera ningún cambio trascendental en la política exterior brasileña porque esta “siempre se ha caracterizado por una gran continuidad (..) de Gobierno a Gobierno”.

“Nosotros aspiramos a que nuestra relación continúe de una manera positiva. Podemos (llegar a) tener divergencias en algún punto y espero que las podamos conversar como ocurre con cualquier otro país, en un ambiente de respeto mutuo”, insiste al recordar que Moreno llamó a Bolsonaro a felicitarlo por su victoria.

En cuanto a la caravana de migrantes centroamericanos que se dirigen a EE.UU., cuya llegada a la frontera podría coincidir con la cumbre, el ministro destaca el carácter “específicamente de cooperación” del encuentro en Guatemala.

“También los temas de coyuntura tienen espacio en la cumbre. Hay un diálogo reservado entre jefes de Estado. (Pero) nosotros abogamos por el que no pierda de vista el norte de la cooperación, de acercamiento entre nuestros países y aportar a la comunidad iberoamericana”, concluyó.