La Noite Meiga hechiza Ribadavia con pasadizos del terror y seres misteriosos

“Una noche donde la niebla y la oscuridad cubren el paisaje de Ribadavia, donde el misterio resurge de entre los rincones más ocultos. Una noche de conjuros, donde la sombra de las ánimas camina por las calles, donde los desamparados invocan a las brujas”.

Bajo estas premisas, miles de personas han tomado la noche y madrugada del sábado las calles de la localidad orensana de Ribadavia para dar la bienvenida al nuevo año celta y ahuyentar los malos espíritus. Un acto que conjuga la tradición con costumbres importadas de otros países y la visión particular que los gallegos tienen de la muerte.

“La idea es dar a conocer la tradición del samaín celta, mezclado con las costumbres de Halloween para los turistas”, ha explicado a Efe la portavoz de la asociación Activa-T de Ribadavia que promueve el evento, Bárbara Gándara.

La tradicional noche del samaín, que se celebra entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre -que en Ribadavia ha sido trasladada al día 2, sábado- coincide con el primer día del calendario celta, fecha en la que se celebraba el fin de la cosecha y se rendía culto a los fallecidos.

Una escuela de 'menciñeiros', un pasaje del terror, aquelarres y conjuros, han configurado el programa de la Noite Meiga de Ribadavia, que congregó un año más a miles de visitantes.

A primera hora de la noche, los más pequeños pudieron disfrutar con la escuela de curanderos y la gymcana en la que los participantes tuvieron que superar diferentes pruebas para ganar.

Posteriormente, cientos de personas, vestidas con atuendos estrafalarios y portando antorchas, deambularon por las calles del casco histórico sembrando el miedo y el terror entre los asistentes.

Con la puesta de sol, una comitiva protagonizó un desfile de la Santa Compaña desde el instituto, durante el cual, recreó ritos y leyendas vinculados a la brujería.

El plato estrella de la jornada nocturna fue el pasaje del terror, que albergó el castillo de los condes Sarmiento. Allí, figuras vinculadas terroríficas, zombies y espíritus, dieron más de un susto a los visitantes que se atrevieron a recorrer los pasadizos.

Como novedad, entrada la medianoche, tuvo lugar una proyección, con fuegos, sobre la fachada del consistorio.

De colofón, un grupo de brujas celebraron los aquelarres, con danzas alrededor de las hogueras, y leyeron los conjuros, lo que dio paso a los conciertos, en la noche mágica.

Bárbara Gándara destacó la colaboración de los voluntarios para poner en marcha este evento que cada año atrae a más visitantes.

El objetivo “revivir la tradición nuestra como Samaín, poco potenciada, con los adornos importados de Halloween; todo para dar vida a la localidad, afirmó.