Podemos abandera el 'no a la guerra' con Chomsky y Mayor Zaragoza

Iñigo Aduriz

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Se cumplían prácticamente siete horas de un largo Pleno del Congreso de los Diputados en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había logrado, con reservas de varios de sus socios, un amplio apoyo al Plan Nacional de Respuesta a la Guerra en Ucrania. Todas las medidas habían sido acordadas entre los ministros del PSOE y los de Unidas Podemos. Y, de hecho, el portavoz del grupo confederal en la Cámara Baja, Pablo Echenique, defendió durante la sesión de este miércoles el “sello” de su espacio político en algunas de esas iniciativas más sociales. Pero a las 16.00 horas, sin que aún hubiera terminado la comparecencia de Sánchez, una de sus ministras, Ione Belarra, que es también la líder de Podemos, se desplazó a unos dos kilómetros del hemiciclo a un acto por la paz que volvió a evidenciar las diferencias entre los socios sobre cuál debe ser el papel de España ante la guerra.

El presidente, los ministros socialistas, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el de Consumo, Alberto Garzón, respaldan el envío de armas anunciado por el propio Sánchez el pasado 2 de marzo, ante el Pleno del Congreso. Pero en esa misma sesión, de la que está a punto de cumplirse un mes, ya se evidenció que Belarra y la ministra de Igualdad, Irene Montero, discrepan de la decisión de armar a la resistencia ucraniana. Ninguna de ellas aplaudió a su máximo jefe en el Ejecutivo y, desde entonces, desde Podemos llevan apostando en todas las comparecencias por las vías exclusivamente diplomáticas.

Este miércoles, Belarra organizó a través de su ministerio –en concreto, de la Secretaría de Estado de Agenda 2030 que dirige Enrique Santiago– un acto en el que volvió a abrazar ese 'no a la guerra' que su partido ha convertido en una de sus principales banderas desde que comenzó la invasión en Ucrania. Todo ello en un contexto difícil por el consenso prácticamente unánime del resto de partidos a favor del envío de armas y que, desde Podemos, se ha llamado “furor” o “fervor” belicista.

En una céntrica sede de la madrileña Universidad Carlos III, la ministra se rodeó de destacados pacifistas a nivel internacional como el prestigioso filósofo y politólogo estadounidense Noam Chomsky, el exsecretario general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, o el que fuera embajador de España y facilitador ante numerosos conflictos, Yago Pico de Coaña. Todos ellos defendieron las vías exclusivamente diplomáticas, el diálogo y la intermediación internacional, de la ONU y de la UE, ante la actuación de Putin en Ucrania.

Apelaciones a la política y el diálogo

“Nunca es tarde para la política. Nunca es tarde para el diálogo. Siempre, el mejor momento para intentar un acuerdo y conseguir la paz es ahora. Mejor hoy que mañana, mejor mañana que pasado. Mejor con menos muertes y menos sufrimiento que con más muertes y más sufrimiento”, defendió Belarra. Ella quiso recalcar que “cuando se logre un acuerdo de paz, porque todas las guerras terminan en un acuerdo, todo el mundo lo celebrará”. “Y estará muy bien. Pero creo que es importante recordar que la paz hay que defenderla en los momentos más difíciles, es decir, durante la guerra, incluso cuando nos calumnien e infantilicen en medio de un ambiente mediático de furor belicista”, insistió.

La ministra llamó “a redoblar los esfuerzos en el mensaje y las acciones por la paz y la diplomacia en todo el mundo”. Por eso, celebró que el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, haya nombrado un mediador para trabajar por un alto al fuego en la guerra de ucrania. “Pienso que este es el camino que debemos cuidar e impulsar. Lo llevamos diciendo mucho tiempo. Necesitamos la máxima implicación de los organismos internacionales como Naciones Unidas y la OSCE para lograr que las negociaciones entre Rusia y Ucrania fructifiquen y se respeten los acuerdos. Necesitamos acompañamiento y observación internacional para proteger la negociación y lograr que avance”, remachó.

Belarra también reclamó “una movilización masiva” de la sociedad civil frente a la guerra. “Debe ser la cultura de paz y no el belicismo lo que se instale como la cultura de nuestros días. En tiempos de pensamiento único, es más necesario que nunca pensar y reflexionar”, concluyó. Nada más terminar su intervención, la líder de Podemos regresó al Congreso, donde aún se celebraba la sesión de control al Gobierno que se prolongó hasta bien entrada la tarde.

Pero en el auditorio de la Universidad Carlos III en el campus de la Puerta de Toledo de Madrid no dejaron de escucharse apelaciones a la paz y a la diplomacia. Chomsky, que intervino a través de una videoconferencia, denunciaba “la invasión criminal de Ucrania que por su carácter, aunque no por su escala, se sitúa junto a otros grandes crímenes de guerra como los de la invasión de Polonia por Hitler y Stalin”. No obstante, para él “la tarea inmediata” es “acabar con los crímenes” que está cometiendo el Gobierno ruso de Vladimir Putin. Chomsky cree que EEUU “debe participar diplomáticamente para acabar con el ataque y se le debe presionar para que lo haga”. “No se puede saber si funcionará la diplomacia si no se intenta. EEUU se niega a intentarlo mientras sacrifica a los ucranianos condenándolos a un destino horrible”, añadió.

La defensa del multilateralismo

Además de alertar de que “la crisis de Ucrania amenaza con una guerra nuclear, lo que significa guerra terminal”, el estadounidense consideró que “Putin tendrá que tener algún tipo de salida” al menos, afirmó, si a la comunidad internacional le “preocupa lo más mínimo el destino de los ucranianos”. “La única opción es trabajar con entrega por la educación, organización y acciones confeccionadas para movilizar” a la ciudadanía. “Es necesario para sobrevivir”, zanjó.

Mayor Zaragoza, por su parte, quiso poner en valor la capacidad de “reaccionar” de los pueblos para actuar por la paz. “Ahora ya podemos hacerlo”, aseguró, remarcando la madurez de las sociedades democráticas y el fin de las discriminaciones. “Es muy importante que cuando hablamos de la negociación digamos que ahora estamos en condiciones de tener una ciudadanía consciente que no se distraiga y actúe”, agregó, para concluir que en estos momentos “la única esperanza” para la humanidad es poner en marcha un “multilateralismo a nivel mundial” y verdaderamente democrático, sin los vetos existentes, por ejemplo, en el Consejo de Seguridad de la ONU.

En términos similares, el exembajador Pico de Coaña consideraba que “la paz se hace, no se pregona”, y aseguró que “dialogar no es símbolo de debilidad” ni “retroceder lo es de entrega”. “La paz responde a una política de Estado y de consenso. No se debe electoralizar. No importa quién haga la paz, lo que importa es que se haga la paz”, apuntaba. A su juicio, “trabajar por la paz acarrea incomprensiones y entraña riesgos”. Por eso, concluyó: “Arriesgarse es perder un poco, no arriesgarse es perderlo todo”.