Bancos reabren sus puertas tras dos semanas de movilizaciones en el Líbano

Los bancos reabrieron hoy sus puertas en el Líbano por primera vez desde el inicio de las protestas hace más de dos semanas y tras el discurso de ayer del presidente Michel Aoun, que prometió que se formará un nuevo Gobierno que recupere la confianza del pueblo y solucione los problemas económicos del país.

Bancos, comercios y centros educativos volvieron a abrir este viernes, mientras que la mayoría de carreteras fueron desbloqueadas por las fuerzas de seguridad libanesas y los propios manifestantes, que hoy cumplen su 16 día consecutivo en las calles para exigir reformas económicas y políticas profundas, y un cambio de régimen.

Decenas de personas hicieron cola desde primera hora de la mañana en las oficinas de las principales entidades bancarias de Beirut, aseguró a Efe un empleado del banco Audi que pidió no ser identificado.

Al mismo tiempo, un grupo de manifestantes irrumpió en la sede de la Asociación de Bancos, situada en el barrio de Gemayzel del centro de Beirut, pero las fuerzas de seguridad los expulsaron y detuvieron a cinco personas, según la agencia de noticias oficial libanesa ANN.

Hasta el momento, sólo los cajeros automáticos estaban en funcionamiento y todos los trámites bancarios habían quedado paralizados, al igual que otras actividades comerciales y burocráticas.

Sin embargo, algunas carreteras en el norte del Líbano y en el valle oriental de la Bekaa fueron cerradas esta madrugada por los manifestantes, que coreaban el lema de esta revuelta popular, “Todos quiere decir todos”, en referencia a que todos los dirigentes deben dimitir.

Ayer, el jefe de Estado prometió la formación de un nuevo Ejecutivo tras la dimisión del primer ministro, Saad Hariri, y llevar a cabo una “transición de un sistema sectario a un Estado civil”, que no se base en el reparto de poder por pertenencia religiosa tal y como se estableció después de la guerra civil (1975-1990).

Aoun aseguró que los ministros serían elegidos por “sus capacidades y experiencia y no por sus afiliaciones políticas”, para crear un Gobierno capaz de presentar soluciones a los acuciantes problemas, sobre todo de índole económica.

La pasada noche, tras las promesas del mandatario, miles de manifestantes volvieron a las calles en Beirut y en otras regiones del país y cerraron algunas vías con neumáticos en llamas.

“Es positivo que anunciara la instauración de un Estado civil, pero no tenemos confianza tras las decepciones que hemos sufrido hasta ahora”, dijo a Efe Samar, una profesora de instituto beirutí.

La actual ola de protestas estalló a mediados de octubre cuando el Gobierno libanés anunció su intención de aprobar una tasa de 20 centavos de dólar por día a las llamadas de voz por redes sociales como WhatsApp, Facebook o Viber en un intento de aumentar los ingresos del endeudado Estado.