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Reyes Maroto, la negociadora de perfil bajo que pelea por la Alcaldía de Madrid

Irene Castro

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A veces en política la gestión de expectativas es complicada y es lo que le ha pasado, una vez más, al PSOE con la candidatura al Ayuntamiento de Madrid. Tras el descarte de la delegada del Gobierno, Mercedes González, que revolvió a algunos sectores del partido –más por las formas que por la decisión–, el bullebulle se incrementó con la decisión de aplazar el proceso de primarias. Finalmente fue designada Reyes Maroto (Medina del Campo, 1973), la eterna quiniela de Pedro Sánchez para la federación madrileña.

Este lunes 27 de marzo, cuatro meses después de ser elegida como candidata, Maroto ha dejado de ser ministra de Industria, Comercio y Turismo. Pedro Sánchez ha hecho oficial su salida del Gobierno junto con la de la titular de Sanidad, Carolina Darias, candidata a la alcaldía de Las Palmas.

Sánchez ha comparecido a primera hora del día para anunciar una crisis de gobierno acotada a esas dos carteras. De Maroto, Sánchez ha destacado que su desempeño ha sido “clave para reindustrializar la economía”, así como para impulsar el comercio y el turismo tras la pandemia.

Maroto ha sido un nombre recurrente para las elecciones madrileñas desde 2019. Economista de profesión, su primer acercamiento al PSOE fue a través de la fundación IDEAS y, posteriormente, como asesora en el grupo socialista en el Parlamento Europeo. Pero su entrada en la política activa fue precisamente en la Asamblea de Madrid, a la que llegó en 2015 como número 20 de la candidatura con la que Ángel Gabilondo se quedó a las puertas del gobierno regional.

Quienes compartieron escaño con ella destacan su capacidad de trabajo y meticulosidad, aunque siempre ha mantenido un perfil muy bajo que le ha hecho figurar siempre en las quinielas para salir del Gobierno en las remodelaciones que ha acometido Pedro Sánchez.

Y es que era una desconocida cuando en junio de 2018 el presidente, que desde que coincidieron hace casi una década la ha tenido en alta estima, la llevó al Gobierno tras la moción de censura, y cuatro años y medio más tarde, su índice de conocimiento es del 49,6%, según el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas, a pesar de que ella misma ha reconocido que será la ministra de Industria, Comercio y Turismo que más tiempo va a estar en el puesto.

“Sánchez siempre la ha protegido”, dice un buen conocedor de las tripas del partido. En la última campaña electoral de la Comunidad de Madrid, Sánchez situó a Maroto como futurible vicepresidenta económica de Gabilondo. Aunque no formaba parte de la lista, hizo campaña muy activa. En aquellos días fue una de las dirigentes, junto con Fernando Grande-Marlaska, Pablo Iglesias o la directora de la Guardia Civil, que recibió una carta amenazante. La ministra compareció ante los medios con el documento de la denuncia en el que se veía la foto de la navaja ensangrentada que había recibido. En su caso, procedía de un individuo con graves trastornos mentales. 

Al frente del ministerio, ha logrado aplacar varios fuegos importantes para el Gobierno: tuvo un papel fundamental en la crisis del metal de Cádiz, donde logró sentar a patronal y sindicatos; viajó a Estados Unidos para negociar con la cúpula de Alcoa la reapertura en Galicia y Asturias; le atribuyen haber conseguido nuevos inversores en Abengoa y Alu Ibérica y también la adjudicación de un Hub para las instalaciones de Nissan en Barcelona.

El Gobierno le ha apuntado el tanto de millonarias inversiones, como la de Volkswagen para la gigafactoría en Sagunto, o las de Maersk y Cisco, y Sánchez ha destacado que auspició un acuerdo en la empresa de galletas Siro en Castilla y León, cuando, “altavoz en mano” se dirigió a los trabajadores de la compañía que afrontaban los despidos. “Siempre dio la cara, se remango y encontró soluciones”, ha rematado el presidente del Gobierno.

El anuncio de su candidatura se dilató varias semanas para que se diera a conocer antes el cierre del PERTE del vehículo eléctrico con Volkswagen y Seat. “Van a tener que llamarla Milagros y no Reyes”, bromea un colaborador. La formalización del paso al frente se ha produjo en la inauguración de unas jornadas sobre turismo organizadas por Europa Press.

En materia turística, Reyes Maroto selló su etapa en una entrevista con elDiario.es, en la que adelantó que el Gobierno está trabajando en una nueva regulación que convertirá en más estricta la gestión de los pisos turísticos. Se aprobará durante la segunda mitad del año, ya de la mano de su relevo en el Ministerio, coincidiendo con la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.

Pedro Sánchez ha destacado en su comparecencia que Maroto gestionó el turismo durante la pandemia, cuando la actividad se desplomó a cero y ahora, de cara a 2023, ya se están recuperando las cifras de visitantes previas al COVID. En las peores situaciones, ha estado al frente, ha destacado el presidente del Gobierno. “Reyes dio la cara, se remangó y encontró soluciones”, ha resumido en Moncloa.

Su gestión no ha tenido grandes polémicas más allá de unas palabras tras la erupción del volcán de La Palma que tuvo que matizar posteriormente tras decir que se trataba de un “espectáculo maravilloso de la naturaleza” que se podría convertir en un “reclamo” turístico.

Una pelea por el control de la lista electoral

La elección de Maroto como candidata a la Alcaldía de Madrid sacudió la federación madrileña, donde muchos contaban ya con que la candidata sería Mercedes González, entonces delegada del Gobierno en Madrid y desde hace unos días, nueva directora de la Guardia Civil. De hecho, muchos en el partido interpretan ese nombramiento como un premio de consolación.

González, despojada de la candidatura, trató de mantener el control de las listas para asegurarse a algunos afines en puestos altos y pelear así por asegurarse que el grupo municipal que saliese del 28M estuviese conformado por gente de su confianza.

Maroto se revolvió. La ya exministra consiguió el aval de la dirección del partido para rechazar esa lista: bajó a los afines a González y subió a puestos más relevantes a gente de su confianza y a perfiles independientes alejados de las luchas internas por el poder, habituales en el PSOE de Madrid.

De carácter afable, Maroto es consciente de que uno de los hándicap de su candidatura es que es vecina de Alcorcón, donde también milita en el partido. Por eso tanto en su equipo como ella se esfuerzan en decir que “vive” en Madrid porque es donde trabaja mientras que “duerme” en la ciudad del extrarradio “como muchos madrileños”.

La ministra tendrá que enfrentarse a José Luis Martínez-Almeida en un momento en el que los socialistas ven más opciones en el Ayuntamiento que en la Comunidad, aunque una de las razones de su elección ha sido precisamente que se quedará cuatro años trabajando en el consistorio aunque sea en la oposición y no como ha sucedido con el resto de paracaidistas elegidos por Ferraz o Moncloa en los últimos años.

Por delante el reto de sacar al PSOE de la cuarta posición en la capital. “Soy muy perseverante y cuando me propongo algo siempre intento llegar al objetivo”, dijo Maroto al ser elegida, de quien en las filas socialistas destacan que es “una trabajadora nata” que al menos no dará la espantada.