El alcalde de Sevilla insiste contra viento y marea en cobrar entrada en la Plaza de España: “No voy a dar marcha atrás”

La idea de cerrar la Plaza de España de Sevilla y cobrar la entrada a los turistas sigue encima de la mesa, por mucho que el Gobierno central (propietario del edificio) ya haya manifestado su rotundo rechazo a la iniciativa. Así lo ha reiterado este jueves el alcalde hispalense, José Luis Sanz (PP), cuando el portavoz socialista y exalcalde, Antonio Muñoz, le ha instado en el pleno municipal a dejar de lado una “ocurrencia” que ha calificado de “propuesta frívola”. “No voy a dar marcha atrás”, ha sido la respuesta de Sanz, que a continuación ha abundado en que “por supuesto no la voy a retirar”.

El regidor, eso sí, reitera que su propuesta de recaudar de esta manera fondos para sostener la conservación del monumento no tiene las implicaciones que se le están reprochando. “No voy a convertirla en un espacio cerrado ni a privatizarla, mi modelo no es el de las Setas”, ha subrayado, lanzando así un puyazo al PSOE con su decisión de que la constructora de este espacio en la Encarnación fuese la encargada de su gestión.

Sanz asegura que está todavía pendiente de una respuesta oficial de Patrimonio del Estado, propietario de la Plaza de España, a su petición de mantener un encuentro para abordar su propuesta. Es decir, que no se da formalmente por contestado con lo afirmado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (PSOE), en el Congreso, cuando rechazó la iniciativa municipal con el argumento de que “el Gobierno no va a permitir la privatización del espacio público”.

“Imposible mantener” tanto patrimonio

Para el alcalde, su propuesta permitiría que la Plaza de España se convirtiese “en el motor económico de la regeneración de todos los espacios de la Exposición de 1929”, un evento para el que diseñó este monumento el arquitecto Aníbal González. E insiste en que viene forzada por la necesidad de mejorar su conservación y vigilancia, ya que la última gran inversión (9,8 millones de euros) se remonta a 2009, lo que ha aprovechado para criticar la infrafinanciación que sufren todos los ayuntamientos españoles, que en el caso de Sevilla hace “imposible mantener” el patrimonio de uno de los mayores cascos antiguos de Europa.

El portavoz socialista, Antonio Muñoz, ha reconocido que hay muchos aspectos a mejorar en la Plaza de España, pero que el camino no es el elegido por el gobierno local, una “improvisación” que se ha lanzado con la “falta de pudor” de ni comunicársela al propietario del edificio y que ha provocado un buen revuelo nacional. “¿No le sonroja el ridículo que ha hecho Sevilla con esto?”, le ha reprochado.

Vías alternativas para obtener fondos

“No se puede mercantilizar todo”, ha apostillado, además de criticar que la valla que se quiere colocar para garantizarse el cobro aislará este espacio del parque de María Luisa, con el que forma una unidad “indivisible”. Por eso, le ha instado a aumentar los recursos que se destinan a su conservación y le ha recordado que una vía extraordinaria es presentar un proyecto para conseguir fondos del 1,5% cultural del Gobierno central. Otras opciones serían plantear un convenio con Patrimonio del Estado (que podría traducirse en la creación de un patronato) u obtener ingresos del superávit del Alcázar –como ya se hace para mantener la propia Casa Consistorial–, aunque en última instancia a su juicio “la solución es la fiscalidad turística”.

Sanz se ha declarado “partidario de la tasa turística” (el requisito que suele poner es el visto bueno del sector), pero ha insistido en que “no es incompatible” con su idea, porque cuando uno va a Roma paga la tasa y luego también la entrada al Coliseo. De paso, ha repetido que hay que abrir el debate del uso que tiene el edificio de la Plaza de España, ya que considera un sinsentido que acoja numerosas oficinas (como del servicio de Extranjería o de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir) o que la Delegación del Gobierno o la Subdelegación ocupen un espacio que se le antoja excesivo. En este sentido, reitera que la vocación de este enclave es “convertirse en otro espacio museístico de Sevilla”.