El dueño de Fandicosta cree que se volverá al punto de inicio en año y medio

El propietario de Fandicosta, Ángel Martínez, confía en que las instalaciones de la compañía ubicadas en la parroquia de Domaio, en Moaña (Pontevedra), regresen a su “punto de inicio” en aproximadamente un año y medio, después de que el 60% de las mismas quedasen arrasadas por el incendio declarado en la tarde de ayer.

Ángel Martínez ha supeditado este plazo a que “las gestiones” se realicen de manera correcta y se creen “líneas de ayudas mientras no se reciban las cantidades aseguradas”, por lo que ha abogado por “buscar líneas” de actuación para “empezar cuanto antes los trámites”.

Visiblemente afectado, el propietario de la empresa ha regresado esta mañana a las instalaciones para supervisar las labores de extinción y, en declaraciones a los medios de comunicación, ha expresado que “sí es posible darle una salida” a las naves afectadas aunque, ha reconocido, “los daños son cuantiosos, no nos vamos a engañar”.

Ha lanzado un mensaje de tranquilidad a la plantilla y ha asegurado que, “a corto plazo”, los trabajadores “no van a tener problema”, valorando la posibilidad de un ERE temporal al que, ha calculado, se podrían adherir unas 100 personas, menos de la mitad de los empleados de Fandicosta en Domaio, que ha cifrado en más de 220.

El propietario ha explicado que el comité de Dirección trata ahora de “organizar los trabajos” en la planta de elaboración que no resultó afectada por las llamas y en las instalaciones que la empresa posee en Vilagarcía.

“La gente que se quede aquí trabajando se quedará aquí, sino buscaremos un ERE temporal mientras no se reconstruya”, ha manifestado Ángel Martínez, que ha lamentado que “el daño en la primera planta” sea “total”, aunque ha confiado en su reconstrucción ya que “hay seguros suficientes con garantías elevadas”.

Cree que con “la planta intacta” que ha quedado en Domaio, y con las instalaciones de Vilagarcía, Fandicosta puede “mantener la producción” y atender la demanda de sus “grandes clientes, que necesitan producto”.

Ángel Martínez, que a duras penas lograba contener las lágrimas durante su charla con los periodistas, ha exteriorizado que la pasada noche “no he dormido nada” ante lo “duro” de la situación.

Gran parte de los empleados de la compañía se han acercado hoy a las inmediaciones de la empresa para seguir de cerca las labores de extinción y apoyarse en estos difíciles momentos.

Un grupo de empleadas comentaba que “el nerviosismo” les impedía mantenerse en sus casas y, por ello, decidieron acercarse hasta Domaio aunque la empresa esté ahora cerrada. “No sé qué me daba no venir”, afirmaba una de ellas mientras abrazaba a sus compañeras.

Manuel Lusquiños, autónomo encargado de la cafetería de la empresa, y que se encontraba en su puesto de trabajo cuando se inició el incendio, ha comentado, en declaraciones a Efe, el sentir general de la plantilla, que “al principio pensábamos que no tenía peligro” hasta “que nos mandaron salir y nos evacuaron”.

Lusquiños ha narrado que esta sensación de tranquilidad hizo que algunos empleados incluso se acercasen hasta la cafetería a tomar un café cuando fueron desplazados de su zona de trabajo por el humo.

“Pensábamos que al llegar los bomberos se acabaría, pero no”, ha rememorado.