España pierde más de 110.000 habitantes en la primera mitad del año

Ya es el tercer semestre consecutivo en el que la población en España desciende. Hoy llegan menos inmigrantes que hace unos años y cada vez son más los que se van, tanto extranjeros como nacidos en España. El número de habitantes disminuyó en 118.238 personas durante la primera mitad del año 2013. A día 1 de julio, el total era de 46.609.652 habitantes.

Lo apunta el INE en las Cifras de Población provisionales del Instituto Nacional de Estadística publicadas este martes, en las que consta un descenso del 11% en inmigración y, por contra, un aumento de más del 10,7% en emigración. O, lo que es lo mismo, entre enero y julio de este año se han marchado 259.227 personas y han llegado 134.312.

La diferencia entre los dos datos revela un saldo migratorio negativo que se ha convertido en habitual en el último año y medio. Con respecto al semestre anterior, el descenso poblacional es un 50% mayor que el del semestre anterior. En 2012, se contabilizaron 90.326 personas menos en el registro poblacional; en 2013, la cifra alcanza las 124.915 en solo el primer semestre. Las previsiones del INE no son alentadoras para los próximos años: según sus proyecciones, la población seguirá menguando y el saldo permanecerá inferior a 0 hasta 2020.

¿Quiénes son los que se van?

Pero ¿quiénes son los que se marchan de España? La mayoría, según el INE, extranjeros no nacionalizados. La mayor parte son hombres de entre 30 y 34 años, seguidos por los de edades comprendidas entre 35-39 y 25-29, que no han podido cumplir sus expectativas de lograr una mejor calidad de vida y un empleo digno. Son personas pertenecientes, por tanto, a una inmigración laboral que lleva años viviendo en España e incluso sus hijos han nacido aquí.

De esta tendencia se desprende que una proporción de personas que salen de España son emigrantes retornados a su país de origen, lo que explica que el principal país receptor sea Ecuador. Aunque le siguen Reino Unido y Francia, una situación similar se da con las personas procedentes de Colombia, Venezuela y Argentina, que llegaron a España hace varios años y ahora se marchan junto a sus hijos, de nacionalidad española.

Expectativas frustradas

La frustración de las expectativas de los que probaron suerte en España hace unos lustros la corroboran las conclusiones de un estudio realizado por la Fundación SM que señala que menos de la mitad de las personas inmigrantes están conformes con su situación económica. Un 52%, además, consideran que sus condiciones laborales son peores que las de los españoles. Les preocupa el paro, la calidad del empleo y la vivienda pero, pese a ello, el 57%, arraigados a España por varios motivos, tienen intención de quedarse definitivamente en España y un 42% llevan entre 6 y 10 años residiendo en el país.

Del total de 259.227 personas que han emigrado, 39.690 son españolas, lo que representa un aumento del flujo migratorio en un 26,3% con respecto al semestre anterior. De ellas, 26.281 han nacido en España y 13.409 tienen nacionalidad española. Es decir, dos de cada tres españoles que salen del país no nacieron en España.

Sin embargo, los datos oficiales sobre emigración española no son un indicador preciso ni de cuántos españoles se marchan ni de en qué momento lo hicieron. Y así lo apunta el estudio “La nueva emigración española, lo que sabemos y lo que no”, elaborado por Amparo González-Ferrer, investigadora del IEGD-CSIC, y publicado por la Fundación Alternativas. El estudio estima que hay otros 700.000 españoles y españolas que abandonaron su país natal entre 2008 y 2012, una cifra que los datos oficiales reducen a 225.000 personas.

No obstante, la mayoría de los que se fueron (219.537) son foráneos y las nacionalidades que más habitantes han restado en las cifras de población inmigrante son la colombiana, la peruana, la boliviana, la ecuatoriana, la marroquí y la rumana. Los datos del INE subrayan que el número de extranjeros también ha disminuido un 4% hasta llegar a los 4.870.487, tanto por la emigración como por la adquisición de la nacionalidad en algunos casos.