El Gobierno planifica el fin de las granjas de visones y la munición de plomo para frenar la desaparición de especies

Raúl Rejón

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¿Cómo se frena la destrucción de riqueza natural que hace que más de la mitad de especies de fauna y flora en España estén en mal estado y solo un 8% de los hábitats más valiosos bien conservados? La hoja de ruta del Gobierno incluye el cierre de las granjas de visón, el fin de la munición de plomo para cazar o declarar en peligro de extinción ecosistemas completos. También pretende reintroducir casi la mitad de las especies oficialmente desaparecidas, según el borrador del Plan Estratégico de Patrimonio Natural a 2030.

El estado de la biodiversidad en la Unión Europea en general –y España en particular– “sigue en declive a un ritmo alarmante”, según el análisis de Bruselas. El plan ahora diseñado por el Ministerio de Transición Ecológica identifica las amenazas y pormenoriza algunas medidas concretas con fecha de vencimiento.

La biodiversidad padece, sobre todo, las actividades agrícolas y la urbanización, describe el documento. “Las actividades agrícolas (o a veces su abandono) representan las presiones más frecuentes, extendidas y relevantes”, dice. En especial, la contaminación del medio natural. La explotación forestal afecta, sobre todo, a los mamíferos, los artrópodos y las plantas no vasculares. Las costas son víctimas de la urbanización.

Contaminación:

La evaluación es clara: “Los pesticidas, el exceso de nutrientes, los plásticos y microplásticos y distintos metales pesados como el plomo, afectan a los suelos y las aguas”. El Ejecutivo asegura que se hará una “limpieza y descontaminación continuada de plásticos y microplásticos en el medio marino y terrestre”. Abordar la llegada de tóxicos pasa por que el sector agrario adopte prácticas que eviten los vertidos a los suelos y las aguas, explica este análisis.

Para evitar la diseminación de tóxicos en los ecosistemas, la estrategia afirma que se aprobará una normativa antes de 2025 para eliminar la munición de plomo para la caza mayor y de los aparejos de pesca. La misma medida afectaría a la caza menor (zorros, conejos y aves) y el tiro deportivo en 2030.

La estrategia afirma que desarrollará, al fin, las reservas de sonido de origen natural con el objetivo de amortiguar la, poco reseñada, contaminación acústica. Esta figura está reconocida en la ley del Ruido de 2003, pero no ha asomado más allá. Se trata de trazar zonas donde las actividades humanas no perturben con su ruido esa riqueza de sonidos naturales.

Especies exóticas:

Entre las nuevas herramientas para frenar la invasión biológica “se programará el cierre progresivo de las granjas de visón americano, que deberá culminar en 2030”. Ese mismo año, deberá estar reducida a la mitad las especies autóctonas amenazas por variedades invasoras. El año que viene debe haberse aprobado una normativa específica que regule “los criadores de especies de fauna silvestre”.

Además, se pretende poner en vigor un listado de especies de animales de compañía: solo podrán ser mascotas las variedades “de probada inocuidad medioambiental y seguridad sanitaria”. Animales que se multiplicaron por ser mascotas de moda, como la cotorra argentina o el cerdo vietnamita, se han extendido y colonizado de manera descontrolada.

Amenazas directas a las especies:

El Ministerio de Transición Ecológica se compromete a que, este 2022, se hayan incorporado nuevas medidas para evitar la muerte de aves en las líneas de alta tensión. La norma va a eliminar la obligación de que las administraciones públicas financien a las compañías eléctricas para que corrijan sus torretas. 15 millones de euros anuales, según el decreto que regula las ayudas.

Cada año mueren entre 11.000 y 33.000 ejemplares electrocutados en vuelo, según el Ministerio de Transición Ecológica. La SEO-Birdlife calcula que solo se detecta el 3% de las aves que mueren así.

También se prevé revisar las medidas contra el uso de cebos envenenados en el medio natural. Una práctica aplicada por algunos gestores de cotos de caza para eliminar depredadores que resten trofeos a los cazadores.

Qué hacer con especies perdidas (o a punto):

La estrategia incluye dos objetivos concretos para dentro de, solo, ocho años. En 2030, se compromete a que las especies que fueron catalogadas en 2018 como “en situación crítica” hayan dado la vuelta a su rumbo de manera que no haya ninguna en ese nivel de peligro de desaparición. La lista la componen: la jara de Cartagena, el Alcaudón chico, la margaritona, la cerceta pardilla, el visón europeo, la nacra común y el urogallo cantábrico. A la vista de los últimos informes, no parece una labor sencilla.

En segundo lugar, el documento dice que se va a reintroducir, al menos, el 40% de las especies incluidas en el Listado español de extinguidas, el catálogo de la desaparición. Son 32 especies (19 de flora y 13 de fauna), entre las que aparecen la ballena franca, el lince europeo o la foca monje Actualmente solo hay dos programas de sendas aves: el ibis eremita y el grévol.

Ecosistemas prioritarios:

Los hábitats peor conservados en España son los bosques, según la última evaluación remitida por Transición Ecológica a Bruselas. “El objetivo es restaurar bosques poco representados y mejorar su estado”, dice la Estrategia. Hasta 2030 se planea crear 200.000 hectáreas, incluida la “densificación” de los ya degradados. “Se plantarán al menos 120 millones de árboles”.

Respecto a los maltratados ríos españoles, el plan es la “eliminación de barreras” en los cursos, el “aumento del espacio de libertad fluvial” y restaurar 3.000 kilómetros de ríos. Para 2030, deberán haberse recuperado 20.000 hectáreas de humedales.

En el mar, el plan dice que van a crearse zonas específicas para la pesca de arrastre con la idea de “evitar la extensión de esta práctica a otras áreas”. Esta actividad calificada como “destructiva” por las organizaciones ambientalista ha tenido que ser ya restringida en varios puntos del Mediterráneo para intentar alcanzar niveles sostenibles de pesca. En 2023 tiene que estar culminado un estudio sobre las colisiones de cetáceos con embarcaciones y en 2025, la regulación de medidas para evitar estas muertes.