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Invertir en infraestructuras verdes para adaptarse mejor al cambio climático

Invertir en infraestructuras verdes para adaptarse mejor al cambio climático

EFE

Santander —

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El Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria y la Fundación Biodiversidad impulsan un proyecto que estudia cómo el diseño de infraestructuras verdes y la restauración forestal pueden favorecer la adaptación al cambio climático en tres parques nacionales: Picos de Europa, Guadarrama y Sierra Nevada.

Se trata de un proyecto que se ha denominado Ivercam que ha arrancado en septiembre pasado, que está en sus estadios iniciales, y que se prolongará hasta junio de 2018, según ha explicado a Efe José Barquín, uno de los investigadores del Instituto de Hidráulica Ambiental (IH Cantabria) que participa en él.

La idea es “sentarse” con los responsables de estos espacios para enseñarles modelos y diseñar las infraestructuras verdes adecuadas para el futuro y para adaptarse mejor al cambio climático en cada caso.

“Nuestro trabajo es una especie de ayuda para la toma de decisiones por los gestores de los parques. Hacemos toda la parte de modelado y mostramos resultados, y luego está en su mano decidir si lo quieren o no implementar”, según Barquín.

Las decisiones se tienen que tomar en cada comunidad autónoma porque las competencias de gestión están transferidas: en el caso de Sierra Nevada, Andalucía; en el caso de Guadarrama, Madrid y Castilla y León; y en el de Picos de Europa, Cantabria, Asturias y Castilla y León.

Dentro del proyecto también está previsto visitar cada uno de los parques, a los gestores, a los directores y a los técnicos, para mostrarles los modelos desarrollados de cambio de la cobertura vegetal y de cambio climático.

Este proyecto ha recibido el respaldo de una convocatoria competitiva de la Fundación Biodiversidad que busca estrategias ante los efectos del cambio climático. En este caso se están analizando soluciones basadas en ecosistemas, con la idea de intentar utilizar los propios mecanismos de la naturaleza como “resiliencia” al cambio climático, para adaptarse y superarlo.

“Una de las principales soluciones va a ser el diseño de infraestructuras verdes, que pueden ser restauraciones de zonas de ribera, restauraciones de ladera, promoción de bosque en determinadas zonas y laderas, por ejemplo”, señala el investigador de IH Cantabria.

Barquín advierte de que el concepto de “infraestructuras verdes” aún no es muy conocido, pero explica que en definitiva consiste en restauración del paisaje. “En los próximos años vamos a ver este término más y más, porque hay una directiva europea específica de este tema que se va a tener que trasponer a la legislación nacional y ya se está trabajando en un borrador, y además se va a tener que trasladar a cada comunidad autónoma”, agrega.

El proyecto de IH Cantabria y la Fundación Biodiversidad prevé la realización de una serie de simulaciones climáticas para valorar cuál es el efecto de los cambios de precipitación y de temperatura en cada uno de los parques nacionales que se estudian: Picos de Europa, Sierra de Guadarrama y Sierra Nevada.

Una vez hechas las proyecciones de cambio climático para 2050, con ayuda del satélite se harán pruebas para estudiar cuáles han sido los cambios en la vegetación en las últimas décadas.

Se utilizan imágenes que van desde 1975, prácticamente anuales hasta hoy, lo que permite ver qué ha pasado en las comunidades vegetales en estas zonas de montaña en estos últimos años, y esa tasa de cambio se proyecta a futuro para tratar de adelantar qué ocurrirá en 2050.

“En ese escenario se puede valorar qué pasaría en 2050 si no se hace nada diferente a lo que estamos haciendo, y lo comparamos con un escenario en el que incrementamos las infraestructuras verdes que tenemos y comparamos en cuanto a términos de cantidad de agua, de calidad de agua y de repercusión sobre la biodiversidad. Y así se puede ver cuál es el efecto de invertir en infraestructuras verdes versus no hacer nada. Ésa es la filosofía del proyecto”, destaca José Barquín.

Porque la idea sería planificar y optimizar las actuaciones de restauración sobre el paisaje generando una red de infraestructuras verdes para maximizar la recuperación y conservación de los ecosistemas.

Las redes de infraestructuras verdes constan de diferentes elementos con diferentes atributos y funciones -como bosques de ribera, llanuras de inundación, bosques de ladera, o setos-, y el diseño debe observar la correcta interrelación ellos para garantizar la conservación de la biodiversidad.

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