Las expectativas creadas en torno a la última consola de Sony superan en muchos casos la experiencia que finalmente ofreció. PlayStation 5 irrumpió en el mercado como un salto generacional decisivo, aunque el impacto real de sus avances técnicos ha sido limitado. El prolongado desabastecimiento inicial y una evolución tecnológica que apenas ha modificado la forma de jugar han dejado la sensación de que la generación actual se encuentra estancada.
Las diferencias gráficas, la velocidad de carga o el sonido inmersivo fueron un progreso evidente, pero sin la revolución que se prometía. Ese contexto ha impulsado un debate interno en Sony sobre el rumbo que debe adoptar la futura PS6, que se perfila ya como su principal prioridad.
En Sony se debate cómo dar un nuevo rumbo al futuro de PlayStation
Shuhei Yoshida, antiguo presidente de Sony Worldwide Studios, abordó esa cuestión en una entrevista con Skill Up. Explicó que los gráficos han alcanzado un nivel tan alto que incluso él tiene dificultades para distinguir si un juego utiliza o no trazado de rayos. “Los gráficos casi han alcanzado el nivel en el que ni siquiera puedo distinguir si algo tiene ray tracing o no, a menos que se comparen lado a lado”, garantizó.
A su juicio, continuar incrementando la potencia gráfica para ofrecer experiencias de gama alta solo interesaría a un público cada vez más reducido. Considera que Sony debe ofrecer algo más tangible y que tenga utilidad real, centrado en nuevas formas de interacción o en funciones que aporten algo nuevo a la consola y sus usuarios.
La idea del exdirectivo apunta hacia un cambio de filosofía. Yoshida mencionó la posibilidad de que una consola portátil resultara atractiva para quienes ya poseen bibliotecas de juegos de PS4 y PS5. Sin aportar información interna, insistió en que la compañía debería buscar fórmulas distintas para atraer a los jugadores.
La nueva generación de Sony apostará por inteligencia artificial y eficiencia energética
En esa línea, recordó la importancia del relevo en la cúpula de PlayStation tras la marcha de Jim Ryan en 2024. Hideaki Nishino y Hermen Hulst, más jóvenes y con otro pensamiento, asumen ahora la dirección de la división. Yoshida afirmó: “Pueden hacer algo disruptivo, no tienen que seguir lo que se ha hecho hasta ahora”.
Ese relevo coincide con la planificación de la próxima generación de consolas. Mark Cerny, arquitecto de PS5, participó recientemente en un encuentro con responsables de AMD en el que expuso tres tecnologías que marcarán la PS6. Estas novedades prometen un rendimiento más eficiente, gráficos más realistas y un uso intensivo de inteligencia artificial aplicada al procesamiento interno.
El objetivo es mejorar la experiencia del jugador sin limitarse a incrementar la potencia bruta, una premisa en la que coincide la visión de Yoshida. Según su propia valoración, “Sony y Mark Cerny son brillantes diseñando sistemas que la gente realmente disfruta”.
La compañía reafirma su compromiso con las consolas físicas y los ingresos recurrentes
En paralelo a las declaraciones de Yoshida, los actuales responsables de Sony Interactive Entertainment han reiterado su compromiso con el modelo de consola tradicional. En una reunión con accionistas, Hideaki Nishino aseguró que el hardware sigue siendo el eje central del ecosistema PlayStation. Explicó que los jugadores aún prefieren ejecutar los títulos en local porque “la estabilidad de la red no está completamente bajo nuestro control”. La compañía contempla el juego en la nube como una opción adicional, pero mantiene la consola física como la vía principal de acceso.
Lynn Azar, vicepresidenta senior de finanzas y desarrollo corporativo, reforzó esa idea en la misma sesión. Afirmó que la empresa ha conseguido reducir los altibajos económicos asociados a los lanzamientos de nuevas plataformas gracias al peso creciente de las suscripciones y las microtransacciones, que ya generan más de dos tercios de los ingresos. Destacó que este sistema garantiza una base de beneficios constante y un gasto elevado por usuario.
Con esa estabilidad, Sony puede permitirse diseñar la PS6 con una perspectiva más amplia, orientada a consolidar su ecosistema y a mantener la fidelidad de los jugadores en un mercado que cambia con rapidez.