Los castores no necesitan ver el agua para actuar como si estuviera ahí: solo con oírla ya empiezan a construir presas

Héctor Farrés

26 de junio de 2025 13:30 h

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Un palo tras otro, sin pausa y con absoluta concentración. El castor lo arrastra con fuerza entre los dientes, cruza el lodo, se sumerge un instante y lo encaja contra una masa que ya empieza a formar una pequeña muralla. Cada rama tiene un sitio claro y ningún hueco queda expuesto. A pesar del esfuerzo, no se detiene ni cuando el agua le da de lleno en el hocico. Todo su cuerpo parece programado para continuar ese trabajo sin desvíos.

La reacción no parte de una estrategia pensada, sino de un impulso automático. Así lo descubrió en los años sesenta el biólogo sueco Lars Wilsson, que crió varias generaciones de castores en recintos artificiales para estudiar hasta qué punto sabían construir presas por aprendizaje o por instinto. El resultado más contundente llegó cuando colocó a un grupo de jóvenes castores en entornos donde el agua fluía con fuerza. Sin haber convivido antes con adultos, los animales comenzaron a levantar presas como si supieran perfectamente lo que hacían.

La clave no está en lo que ven, sino en lo que oyen

Esa conducta, sin embargo, solo se activaba con una condición muy concreta: el sonido del agua en movimiento. Cuando los castores crecían en zonas de agua estancada o con corrientes suaves, preferían excavar refugios en el barro y no mostraban el menor interés por apilar ramas. En cambio, si se añadía el ruido de una corriente —aunque fuera falso—, su respuesta era inmediata.

Wilsson lo comprobó colocando altavoces camuflados junto a los recintos, y observó que, aunque no hubiese una fuga real, los castores se lanzaban a cubrir la fuente del sonido como si estuviesen reparando una avería.

En algunos experimentos, ese comportamiento llegaba al extremo. Al enterrar los altavoces en paredes de cemento, los castores acumulaban barro contra la estructura. Si los colocaba sobre una superficie plana, los cubrían por completo. Incluso cuando se les mostraba una fuga real y visible —como una tubería transparente por donde se escapaba agua—, ignoraban ese punto y preferían actuar sobre el altavoz si desde allí salía el sonido. El impulso sonoro tenía más peso que la evidencia visual.

En lugar de destruir diques, se engaña al oído del castor para evitar inundaciones

Esa debilidad perceptiva, más que un problema, se ha convertido en una herramienta útil para controlar situaciones conflictivas. En Estados Unidos y Canadá, donde los castores provocan a veces desbordamientos al alterar el curso natural de los ríos, las autoridades han aprendido a aprovechar su respuesta automática al sonido.

En lugar de destruir las presas, lo que a menudo resulta ineficaz, se instalan tuberías perforadas que atraviesan la estructura y permiten el paso del agua sin generar ruido. Al no detectar el sonido de la corriente, los castores no intentan repararlas.

También hay casos en los que se manipula directamente la estructura. Si una tubería comienza a generar ruido, basta con abrir un pequeño canal próximo para que el sonido se desplace y los castores actúen en el lugar incorrecto. Así lo explica Chris Jordan, biólogo de la NOAA, al describir intervenciones en zonas de alto valor ecológico: “Cortamos un poco el dique cerca de la tubería para que arreglen eso primero”.

Los beneficios no se limitan al control hidráulico. En zonas donde se busca recuperar ecosistemas fluviales, se han utilizado grabaciones con sonidos de agua para atraer castores y que empiecen a construir. Una vez instalados, los animales generan hábitats que favorecen otras especies, como los salmones jóvenes, que encuentran en esas aguas más lentas un entorno ideal para crecer antes de migrar al mar.

El ingenio humano ha logrado así canalizar uno de los impulsos más básicos de estos animales. Basta un altavoz escondido, una corriente disimulada o un truco acústico para que entren en acción. Su oído es más persuasivo que la vista, y su respuesta al ruido acaba modelando el paisaje que les rodea.