Hannah Shirley se ha convertido en la hipopótama pigmea en cautiverio más longeva del mundo tras superar el récord anterior de 51 años, 6 meses y 2 días, un hito extraordinario para una especie que suele vivir entre 30 y 50 años en estado salvaje, según confirmó la Sociedad Protectora de Animales de San Diego (California), que celebra que el hito del animal.
“Cada día con Hannah Shirley es un regalo”, asegura Autumn Welch, gerente del Centro de Vida Silvestre Ramona, donde la hipopótama reside desde 2002, consciente que no es nada habitual esa cifra, aunque ella sigue demostrando la vitalidad de un ejemplar joven, destacan sus cuidadores.
“Su espíritu juguetón, su resiliencia y su dulce personalidad la convierten en una embajadora verdaderamente especial para su especie y en un símbolo de cómo un cuidado excelente puede ayudar a los animales a prosperar mucho más allá de lo esperado”, añade Welch en un comunicado difundido por esta organización animalista.
Sus cuidadores admiten que están “enamorados” de ella. “Su espíritu libre captura la alegría de trabajar con la vida silvestre; tenemos la suerte de cuidar una especie tan especial”, explica Angela Hernandez-Cusick.
Encerrada de un patio en una vivienda
Hannah nació el 22 de noviembre de 1973 y está reconocida en el Libro Genealógico Regional de la Asociación de Zoológicos y Acuarios (AZA), un registro en el que aparecen hipopótamos pigmeos que viven en cautividad en todo el mundo. Ella es la 365 de esa lista, pero sería la primera si tuviéramos en cuenta la edad de estos animales.
Esta hipopótama pigmea vive cómodamente y recibe los mimos de sus cuidadores, pero no siempre ha sido así. Hannah fue rescatada en 2002 tras ser encontrada en el patio de una vivienda donde no contaba con el espacio adecuado.
Eso cambió rápidamente a su llegada al centro, donde disfruta de “una vida tranquila y plena” en un espacioso prado de 1.200 metros cuadrados, en los que hay estanque natural y una piscina. Su rutina diaria incluye masajes de espalda tipo spa, duchas con rociadores y tareas propias de alimentación. Y aseguran que está “feliz y saludable”. Solo así, añaden, se explica su longevidad.
Además de sumar años a sus espaldas, Hannah se ha convertido en una embajadora del Centro de Vida Silvestre Ramona de la Sociedad Protectora de Animales de San Diego, que reivindica su labor y el cuidado que reciben animales como esta hipopótama, que camina ya hacia los 52 años de vida.