Este es el pueblo donde están catalogados 7 yacimientos y hasta 1.400 huellas de dinosaurios

A apenas 70 kilómetros al sur de Logroño, pero sin salir de La Rioja, hay una visita obligada para los que prefieren la arqueología y la historia a la enología y los vinos. Y es que cuando llega a Enciso puede maravillarse del legado de esta pequeña localidad de apenas 200 habitantes.

Se trata de un término municipal en el que están catalogados hasta 7 yacimientos y 1.400 huellas de dinosaurios. Están a cielo abierto, se puede visitar cada uno de ellos y está todo perfectamente indicado para que curiosos, expertos o neófitos disfruten de la experiencia de imaginar aquella etapa de la prehistoria.

El llamado Virgen del Campo es uno de los yacimientos que más llama la atención, entre otras razones porque contiene 506 pisadas, además de marcas de la piel, señales del arrastre de la cola e incluso arañazos cuando nadaban. Para los más pequeños de la casa hay una atracción más, ya que podrán ver una reproducción a tamaño real de un dinosaurio herbívoro.

130 huellas, de las que destacan 10 rastros terópodos y 2 ornitópodos, es el cómputo que ofrece en este caso el yacimiento de La Senoba, uno de los primeros que se estudiaron en esta zona riojana.

Otro de los yacimientos más interesantes es el del Vallecillo, que ofrece a quien lo visite representaciones tridimensionales, para imaginar mejor la época y las características de los diferentes dinosaurios que la protagonizaron. En este caso hay cuatro huellas terópodas, muy bien marcadas y conservadas, que pertenecieron a dinosaurios carnívoros de entre 7 y 10 metros de largo. Las huellas de dos adultos y una cría de iguanodontes también pueden ser observadas en este yacimiento, además de las de un saurópodo que caminaba a cuatro patas y que dejó 59 huellas. Aquí también se pueden ver de cerca las reproducciones a tamaño real de un tarbosaurio (carnívoro) o un braquiosaurio (un saurópodo de 23 metros de longitud).

Icnitas 3 es el nombre del yacimiento con 21 huellas terópodas distribuidas en cuatro rastros, provocadas por ejemplares carnívoros de talla grande y pequeña. En el caso del yacimiento de La cuesta de Andorra, aquí grandes y pequeños visitantes tienen a su alcance 21 huellas ornitópodas de gran tamaño producidas por un iguanodón.

Más huellas que habitantes

El legado del yacimiento de Navalsaz es otra de las paradas obligatorias de esta ruta paleontológica, que en este caso pasa por una pequeña localidad que de hecho pertenece a Enciso y cuyo censo humano actual es de ocho personas, mientras que el de huellas de dinosaurios asciende a casi 140, la mayoría ornitópodas. Aquí se puede comprobar que la altura de la pata de algún dinosaurio era de 5,5 metros.

Por último, el yacimiento de El villar - Poyales ofrece a quien lo visite 84 huellas, de las que unas 20 pertenecen a un dinosaurio bípedo que caminaba apoyando toda la planta del pie y no sólo los dedos. También se observa que tenía una membrana entre dichos dedos, lo que los estudiosos consideran una señal inequívoca de que era un ejemplar que podía adaptarse al agua.

En todo caso y antes de empezar a recorrer todos los yacimientos, uno puede asesorarse en el Centro Paleontológico de Enciso, que ofrece una vasta información, un laboratorio, un archivo, una biblioteca y organiza visitas.