Cuando los trabajadores del faraón se rebelaron: la primera huelga laboral ocurrió en el Antiguo Egipto

Laura Cuesta

3 de septiembre de 2025 07:00 h

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En la ribera oeste del río Nilo, frente a la ciudad de Luxor, se encuentra el poblado de Deir el-Medina. Hace miles de años, allí vivieron los artesanos, pintores y escultores que se encargaron de excavar, decorar y mantener las tumbas de los faraones en el Valle de los Reyes

Estos trabajadores, contratados para poner en pie una de las obras más relevantes de aquel período histórico, fueron los protagonistas de la que se considera la primera huelga de la historia. Hoy podemos hacernos una idea de lo que ocurrió entonces gracias al Papiro de la Huelga, el documento que se conserva en el Museo Egipcio de Turín y que recoge testimonios de la protesta.

Tenemos que remontarnos al reinado de Ramsés III (segundo faraón de la dinastía XX), que estuvo en el poder entre el año 1184 a.C. y el 1153 a.C. aproximadamente. En aquel momento, los trabajadores del faraón recibían un salario en especie: grano, cerveza, pescado seco, verduras…Gracias a estos alimentos que recibían a cambio de sus labores, tanto ellos como sus familias podían acceder a productos básicos para su subsistencia. 

Los pagos solían entregarse de manera regular, generalmente cada mes. Sin embargo, durante el reinado de Ramés III, hubo un momento en el que los trabajadores no recibieron su recompensa a tiempo, lo que provocó un clima de malestar y preocupación en las calles de Deir el-Medina.

Los trabajadores dejaron sus herramientas

Se dice que alrededor de 60 artesanos se negaron a realizar su labor en el Valle de los Reyes a modo de protesta hasta que no recibieran el salario que les correspondía. Todas sus exigencias quedaron registradas en el Papiro de la Huelga, donde el escriba Amenenjat recopiló la desesperación de los trabajadores. 

“Año 29, segundo mes de la inundación, día 10. Hoy el escuadrón de trabajo traspasó los muros de la necrópolis gritando: ‘¡Tenemos hambre!. Van dieciocho días de este mes que se sientan detrás del templo funerario de Tutmosis III [...] Si hemos llegado a este punto es por culpa del hambre y la sed. No hay ropa, no hay ungüentos, no hay pescado, no hay verduras… Escribe al faraón, toma nota de nuestras palabras y escribe al visir porque necesitamos nuestras provisiones”, puede leerse en el documento. 

A través de esta protesta pacífica, los artesanos presionaron a los funcionarios del faraón Ramsés III, a los que no les quedó más remedio que ceder, atender sus demandas y garantizar la entrega de los alimentos pendientes. Esta primera protesta colectiva sentó un precedente histórico sobre la capacidad que tienen los trabajadores de organizarse para exigir unos derechos laborales básicos.