En la región de Gallura, en la hermosa isla de Cerdeña, cualquier agradecido viajero puede plantarse delante del árbol más antiguo de toda Italia, un colosal olivo silvestre que no solo ostenta el título de ser vivo más longevo del país vecino, sino que también es reconocido como uno de los olivos más antiguos de Europa. Este magnífico ejemplar es conocido como el Olivo milenario de Luras o, en el dialecto sardo, S'Ozzastru. Su inmensa edad le ha valido el apropiado sobrenombre de Patriarca de la naturaleza. Según estudios realizados por la Universidad de Sassari, la edad de este acebuche (Olea europaea var. oleaster) oscila entre 3.000 y 4.000 años, una longevidad que lo hace comparable a la de algunas de las pirámides más celebres y visitas del mundo.
De gran importancia histórica y biológica, el hecho de ser un acebuche es como decir que es un olivo en estado silvestre, es decir, la misma especie que el olivo doméstico (Olea europea), aunque salvaje. Este árbol ha sido venerado y cultivado durante miles de años. Las dimensiones del Olivo de Luras, también llamado “El gran patriarca”, son realmente imponentes. Su altura alcanza los 14 metros, dominando el paisaje circundante. En cuanto a su grosor, la circunferencia de su tronco es de más de 8 metros. Además, sus raíces y ramas, que son nudosas y contorsionadas, se extienden y cubren una superficie de hasta 600 metros cuadrados.
El árbol italiano presenta un “gran vientre de madera” del cual comienzan a retorcerse largas raíces que han sido descritas como similares a huesos de dinosaurio. Este gigante silencioso actúa como un testigo de la historia y es un notable ejemplo de la resiliencia de la naturaleza, habiendo sobrevivido a las heladas, la sequía y los incendios forestales que ha sufrido la isla a lo largo de los siglos. Debido a su valor incalculable, el Olivo de Luras ha recibido importantes protecciones institucionales. Fue declarado Monumento Nacional en 1991 y también catalogado como Monumento Natural ese mismo año. Además, está incluido en la lista de los “20 árboles seculares italianos” que gozan de protección por decreto ministerial.
Recientemente, “el Patriarca” ha obtenido reconocimiento a nivel europeo. En 2023, ganó el concurso de Italia “Tree of the Year”, y en 2024 se situó en el tercer puesto en el prestigioso concurso “European Tree of the Year”. El olivo monumental también ocupa un lugar especial en las tradiciones locales de la isla de Cerdeña. Tomarse una foto bajo su majestuoso dosel ha sido una tradición para las parejas en el día de su boda, un rito destinado a atraer paz y prosperidad a su futuro. Concretamente, este árbol extraordinario se encuentra en la localidad de Santu Baltólu di Carana, a unos 8 kilómetros de Luras, dentro del Parque de los Olivos Millenari. La carretera de acceso costea el lago de Liscia, ofreciendo una maravillosa vista panorámica.
Otros ejemplares milenarios
Otros árboles igual de legendarios y que reciben tanta admiración como visitas son los de Matusalén, un pino bristlecone (Pinus longaeva) en California; el Tejo de Llangernyw, en Gales; en Irán, el ciprés Sarv-e Abarqu; otro olivo, en este caso el de Vouves, en la isla griega de Creta; JÅmon Sugi, un cryptomeria en Japón; el denominado castaño de los Cien Caballos, cerca del volcán Etna, en Sicilia (y que ostenta el Récord Guinness por la mayor circunferencia en un árbol); la secuoya gigante General Sherman, también en California, reconocida como el árbol no clonal más grande del mundo por volumen.
Al margen del legendario olivo, aquel que visite la zona no puede perderse Santa Teresa de Gallura, una ciudad acogedora llena de atracciones. El área circundante tiene miles de años de historia a sus espaldas, tantos como la edad del viejo árbol, de ahí los restos del sitio arqueológico de Lu Brandali. Si por el contrario buscamos bonitas playas, hay numerosas playas y calas, entre las que destaca la de Rena Bianca, de muy fácil acceso y con una increíble calidad prístina de sus aguas. También se pueden visitar pequeñas tiendas, bares e iglesias que se cruzan con las calles más internas, además del viejo y no menos turístico puerto marítimo.