Pastrana es un municipio situado en la comarca de La Alcarria, dentro de la provincia de Guadalajara, con una población que ronda los 900 habitantes. Se encuentra a orillas del río Arlés y el arroyo del Valle. Su casco urbano, de origen medieval, conserva un trazado estrecho y empedrado, así como restos de muralla del siglo XIV. En 1966 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico, debido a la densidad y el valor de su patrimonio monumental.
El desarrollo urbano e institucional de Pastrana experimentó un cambio decisivo en el siglo XVI. Hasta entonces había pertenecido a la Orden de Calatrava, pero en 1541 fue vendida por el emperador Carlos I y pasó a manos de Ana de la Cerda. Posteriormente, su nieta, Ana de Mendoza —conocida como la princesa de Éboli— y su esposo, Ruy Gómez de Silva, fueron los responsables de transformar el pueblo en una villa ducal. Bajo su mecenazgo se erigieron importantes edificios civiles y religiosos que marcaron el carácter renacentista de la localidad.
Actualmente, Pastrana es considerada uno de los destinos patrimoniales más representativos de Guadalajara. Su cercanía a Madrid (a unos 95 kilómetros) y su perfil tranquilo y compacto la hacen accesible para escapadas de un día. A pesar de su reconocida riqueza cultural, no figura entre los destinos de turismo masivo, lo que ha contribuido a preservar su configuración urbana y la autenticidad de sus principales enclaves históricos.
Patrimonio arquitectónico e histórico
El Palacio Ducal de Pastrana, iniciado en 1541 por Ana de la Cerda, es uno de los principales referentes monumentales de la localidad. Fue ampliado por Ruy Gómez de Silva y Ana de Mendoza, y destaca por su planta cuadrada, torres en las esquinas y patio central. Su fachada, de sillería, muestra el escudo familiar. Aunque no se terminó por completo, conserva artesonados platerescos, zócalos de azulejería mudéjar y tapices del siglo XIX. Entre 1581 y 1592, fue lugar de reclusión de la princesa de Éboli, cuya estancia da a la llamada Plaza de la Hora. El edificio, declarado Monumento Nacional en 1941, fue restaurado a finales del siglo XX.
Otro edificio destacado es la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción tiene origen en el siglo XIII y conserva algunos elementos del románico tardío. Fue elevada a colegiata en el siglo XVI, lo que motivó una serie de reformas que definieron su configuración actual. Entre ellas, se incorporaron una portada con arco conopial, una cabecera barroca y una cripta funeraria con restos de la familia ducal. En su interior destaca un órgano barroco de 1704, atribuido a Domingo de Mendoza. El templo es uno de los puntos clave en los itinerarios patrimoniales del municipio.
El casco urbano de Pastrana mantiene trazados medievales con calles estrechas, restos de muralla, tramos empedrados y construcciones renacentistas. Entre los elementos conservados figuran la Fuente de los Cuatro Caños y el antiguo barrio morisco del Albaicín, de viviendas de dos plantas. Estos espacios reflejan la evolución arquitectónica de la villa entre los siglos XIV y XVII. Su conservación responde tanto al reconocimiento institucional como a una limitada presión turística en las últimas décadas.
Museos y legado religioso
Uno de los espacios culturales más relevantes de Pastrana es el Museo Parroquial de Tapices, ubicado en la sacristía de la Colegiata. Este museo alberga una serie de seis tapices flamencos tejidos en Tournai durante el siglo XV. Cuatro de ellos representan escenas de las campañas militares del rey Alfonso V de Portugal en el norte de África. Los otros dos completan una secuencia que refleja la conquista de varias plazas en el entorno del estrecho de Gibraltar. Las piezas, de grandes dimensiones, fueron restauradas en Bélgica entre 2008 y 2010 y recibieron un premio Europa Nostra por la calidad del trabajo de conservación. Además de los tapices, el museo exhibe piezas de orfebrería litúrgica, manuscritos, pinturas religiosas y esculturas.
El antiguo convento de los carmelitas descalzos, fundado por Santa Teresa de Jesús en 1569 con el apoyo del matrimonio ducal, acoge hoy el Museo de Santa Teresa. Este centro museístico, inaugurado en 2015, presenta una exposición permanente sobre la figura de la santa y su vinculación con Pastrana. En las salas se pueden ver documentos, obras pictóricas de autores como Lucas Giordano, Alonso del Arco o Paolo de Matteis, y esculturas como la del “Cristo de la Verdad”, atribuida a Gregorio Fernández. También se expone una serie de óleos que relatan la fundación del convento y el paso de Teresa por la villa. El museo forma parte de la llamada “Ruta de Santa Teresa”, que recorre los lugares relacionados con la reforma carmelita en Castilla.
Tanto el Museo de Tapices como el Museo de Santa Teresa están integrados en la oferta turística conjunta de Pastrana. A través de visitas guiadas y recorridos temáticos, el visitante puede conocer tanto los aspectos artísticos de estas colecciones como su contexto histórico. Estas visitas también se conectan con otros puntos de interés de la localidad, como el Palacio Ducal, la Plaza de la Hora o el convento de San José, actualmente en estado ruinoso pero visitable en su exterior.