Las razones que hacen que esta pequeña localidad gaditana tenga más pizzerías por habitante que muchas ciudades italianas

La provincia de Cádiz vive estos días una gran afluencia de turistas que buscan disfrutar de sus playas, de su legado histórico, de su diversa oferta cultural o de su gastronomía, que incluye todo tipo de manjares en su mayoría sacados del mar, como el atún o las diferentes variedades de pescadito frito, dos de los muchos alicientes para sentarse en una mesa o quedarse apoyado en una atestada barra y disfrutar de los cinco sentidos.

Sin embargo, hay una pequeña localidad de esta provincia andaluza conocida, entre otras razones, por sus innumerables pizzerías. Se trata de Rota, la misma ciudad en la que está situada la base naval estadounidense, a pocos kilómetros de Chipiona, Sanlúcar o Jerez. Un lugar en el que, cualquier que pernocte una o dos noches, acabará probando una pizza singular en alguno de los muchos locales repartidos por toda la ciudad.

De hecho, no es extraño que tanta oferta de pizza haya generado que en la misma localidad ya se hayan celebrado hasta seis ediciones del Festival de la Pizza, un evento gastronómico para lugareños y foráneos cuyo programa de actividades incluye, además de las obligadas degustaciones, actividades, conciertos y talleres para grandes y pequeños. Una cita que, además, cada año congrega a más público.

Desde la zona de Rotamar y La Forestal hasta el faro de la ciudad, situado en el otro extremo de la bella localidad, pasando por la mítica avenida de Sevilla o por la concurrida plaza de la Costilla, que lleva el mismo nombre de su familiar y e igualmente concurrida playa, son tantas las pizzerías que uno puede encontrar y degustar que en más de una ocasión se ha asegurado que Rota tiene más pizzerías por habitante que muchas ciudades italianas. O que Barcelona o Madrid. Se llegan a localizar entre 40 y 50 locales… para sus casi 30 mil habitantes censados. Es cuestión de hacer cuentas.

El origen: ¿Los americanos de la base?

Junto a lugares para disfrutar de un buen pescado en sus diferentes variedades, Rota ofrece un sin fin de locales para los amantes de uno de los platos más internacionales. Es muy fácil encontrar una mesa, en intreior o en terraza, y pasar un buen rato deleitándose con las también innumerables especialidades de pizzas que se pueden encontrar en la carta de cualquier establecimiento especializado en pizzas pero, ¿a qué responde tanta pizzería? Hay quienes aseguran que el origen está, precisamente, en la presencia de americanos en la ciudad.

Construida la base militar en los años 50, los nuevos vecinos aportaron determinados elementos al día a día de la ciudad, como algunos productos que llegaban directamente de la base y pagados en dólares. Abrieron locales con cervezas de marcas americanas… y pizzerías. Y es que había una fuerte demanda, sobre todo cuando había un enorme barco atracado en la base y sus tripulantes tenían tiempo para el ocio en la ciudad gaditana.

Al margen de esa influencia norteamericana, hay otros especialistas en la historia de la ciudad que aseguran que el origen de tanta pizzería se debe a Vicente Trinche di Lorenzo, un napolitano que llegó a Rota y que fundó en pleno centro de la ciudad y con mucho éxito un establecimiento en el que cocinaba, junto a su esposa, las primeras pizzas de la ciudad. Abrieron las puertas de su local en 1963, poco después de que se inaugurase la primera pizzería en España. A partir del pionero Trinche llegaron hasta Rota varios cocineros con ganas de ampliar la oferta pizzera de la ciudad.

Las pizzas de Rota, por cierto, tienen ciertas particularidades. De masa fina y crujiente, lleva ingredientes como jamón cocido, chorizo, gambas, carne picada, atún o pepperoni. La salsa incluye tomate, pimiento y cebolla, además de una serie de especias. Y en cuanto a los quesos, los más pioneros lo hicieron con gouda y edam, en vez de mozzarella. Toda una receta que debe ir acompañada, al acabar la última porción, de un helado y un buen paseo por esta localidad tan original y deliciosa como sus pizzas.