El Camino de Santiago es mucho más que una ruta. Es esfuerzo, constancia, respeto y aprendizaje. Prepararse físicamente es importante, pero hacerlo con conciencia lo es aún más. Caminar por Galicia es caminar por una tierra húmeda, fértil, llena de historia.
Y al final del trayecto, no solo llega quien alcanza Compostela. Llega quien ha sabido escucharse, dosificarse, cuidarse y mirar a su alrededor con gratitud.
1. Entrena antes de empezar
El Camino de Santiago no se improvisa. Las semanas previas, haz caminatas y entrenamientos que aumenten poco a poco en tiempo y dificultad. Tu cuerpo lo agradecerá desde el primer kilómetro.
2. Planifica etapas y adapta el ritmo
Cada caminante tiene su historia y sus límites. Organiza tus jornadas según tu estado físico y tus objetivos. Dosifica el esfuerzo y no te dejes arrastrar por el ritmo de los demás. El Camino de Santiago no es una carrera, y el disfrute también está en cada paso.
3. Estira y calienta cada día
Tanto si vas a pie como en bicicleta, los ejercicios de calentamiento y estiramiento muscular deben ser una rutina diaria. Atención especial a los gemelos, una de las zonas más castigadas.
4. En bici, cuidado con el tráfico y el resto de peregrinos
Si haces el camino sobre dos ruedas, lo ideal son etapas de entre 60 y 100 kilómetros. Ve siempre acompañado y extrema la precaución, tanto con los vehículos como con los peregrinos que van a pie.
5. Septiembre, la época ideal
El inicio de septiembre es uno de los mejores momentos del año para emprender la ruta: el clima es agradable y los días siguen siendo largos. Galicia, eso sí, es tierra de lluvias incluso en verano, así que conviene ir preparado.
6. Calzado usado y mochila ligera
No estrenes botas. Lo mejor es llevar calzado ya adaptado al pie, preferentemente de montaña o trekking, con suela dura. Y no olvides unas chanclas para descansar. La mochila, ajustada al contorno de la espalda, no debe superar los 10 kg. Lleva solo lo imprescindible.
7. Cuida pies, rodillas y tendones
Las lesiones más frecuentes son esguinces y tendinitis. Un pequeño botiquín puede marcar la diferencia: analgésicos, vendas, pomadas antiinflamatorias, tiritas, crema solar, agujas hipodérmicas, apósitos y un buen cortauñas.
Usa calcetines adecuados, de algodón sin costuras o de lana si llevas botas. Mantenlos siempre limpios y secos.
8. Hidrátate bien y come ligero
Una buena hidratación es fundamental. Bebe antes, durante y después de cada etapa: unos dos litros de agua al día es lo recomendado. La dieta debe ser ligera, rica en hidratos de carbono que te den energía constante.
9. Nunca camines de noche
Ni antes del amanecer ni después del atardecer. El Camino de Santiago está pensado para recorrerse con luz natural. Evita riesgos innecesarios y aprovecha el día.
10. Respeta el entorno y conoce tus recursos
No dejes huella más allá de tus pasos. Utiliza los contenedores en cada pueblo y no tires nada al camino. En caso de emergencia, llama al 112, un servicio gratuito disponible las 24 horas del día, todos los días del año.