La combinación de calentamiento global y aguas residuales provoca la llegada de microalgas tóxicas a Canarias

Microalgas en Arguineguín

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

2004, 2011 y ahora 2017. Son las tres ocasiones en las que han florecido en las aguas de Canarias las trichodesmium erythraeum, unas cianobacterias que están presentes todo el año pero que se desarrollan gracias a la subida de la temperatura del mar, la presencia de polvo en suspensión que sirve de nutriente y la falta de oleaje en alta mar. Estas microalgas están a medio camino entre una planta y una bacteria ya que tiene la estructura de las segundas, pero realizan fotosíntesis, que es el metabolismo común de los vegetales. Desde que en junio llegaran las primeras manchas a la costa de Tenerife ha sido inevitable para la opinión pública vincular su aparición con las aguas residuales vertidas sin control en el litoral del Archipiélago, sobre todo en Tenerife, donde se derraman cada día 57 millones de litros de agua sin depurar. El Gobierno de Canarias ha repetido en numerosas ocasiones que se trata de un fenómeno natural y esta misma semana ha pedido resignación a la población porque las microalgas serán cada vez más frecuentes en nuestras aguas. Sin embargo, al Ejecutivo dirigido por Clavijo se le ha acusado de oscurantismo debido a declaraciones como las del propio presidente, pidiendo “prudencia” porque los demás destinos turísticos intentarán “ensalzar” este asunto para que los turistas no vengan a Canarias.

El biólogo Leopoldo O' Shanahan Roca, uno de los expertos en las Islas en el análisis del efecto de las aguas sin depurar en el medio marino, como muestra el estudio realizado en 2011 para el Gobierno de Canarias sobre los efectos de las aguas residuales en la costa de la capital grancanaria y en las que concluyó que estas contaminan el mar y afectan a las algas, apunta en dirección al cambio climático como elemento que ha producido la aparición de las microalgas este año. Así, asegura que la gran presencia de polvo sahariano en suspensión ha hecho que sirva de fertilizante para este tipo de microorganismo “que son cianobacterias, asimilan el nitrógeno del aire y lo incorporan a sus células y así se reproducen de forma masiva”. Desde su punto de vista, las aguas residuales “no tienen nada que ver”.

Por su parte, Francisco Rodríguez, investigador en el Instituto Español de Oceanografía y autor del blog sobre microalgas Fitopasión, es igual de precavido que O' Shanahan respecto a unir las cianobacterias con los vertidos. “No hay estudio que lo demuestre”, insiste, y opina que es “peligroso hablar de enfermedad del agua” en el Archipiélago cuando la trichodesmium erythraeum es una cianobacteria que es “conocida mundialmente por sus proliferaciones en océano abierto, en aguas oligotróficas donde no hay ningún vertido”. Este científico hace hincapié en que la trichodesmium erythraeum forma parte habitual del plancton en zonas como nuestras aguas.

Rodríguez incide en que a ciencia cierta “nadie puede saber” qué es lo que ha provocado este bloom (como se conoce en el ámbito científico a una proliferación de estas microalgas) pero que lo más prudente es no caer en alarmismo y exageraciones. “Es fácil relacionarlas con los vertidos, al ver estas manchas con aspecto desagradable es lógico que la gente desconfíe y crea que se está ocultando la información, pero hay que dar un mensaje claro”, subraya. También indica que el origen probablemente esté en las aguas calmas, la subida de la temperatura del mar y la calima. “La hipótesis más razonable y lógica es que son proliferaciones debido a condiciones ambientales y que todo esto está favorecido por la tendencia del cambio climático”. Sin embargo, tampoco cierra la puerta a que el problema con los vertidos que existe en Canarias ayude a que estas microalgas estén más tiempo en nuestras costas ya que en las aguas sin depurar se expulsan nutrientes que sirven de alimento para las cianobacterias y las algas. “¿Pueden haber tenido un papel?, nadie lo puede descartar, quizás sí”, cuestiona Rodríguez. Sobre el estudio realizado por unos científicos israelíes en la revista Nature, en el que concluían que las microalgas aparecían tras expulsarse aguas sin depurar al mar, el científico comenta que en este caso los análisis se hicieron antes, durante y después del vertido, por lo que no se puede comparar con el caso de Canarias porque no se tienen muestras en tres fases como en sí sucedió en el Mar Rojo.

Mientras, el director científico y responsable de la Unidad de Biotecnología y Cultivo del Banco Español de Algas (BEA), Juan Luis Gómez Pinchetti, recalca el origen natural de la cianobacterias y su aparición por culpa del calentamiento del agua, si quietud y la calima, pero entiende que los vertidos sin control en nuestra costa sí tienen algo que ver para ayudar en la presencia de las microalgas. De hecho, cree que ayuda en la “estimulación de estas y más cosas”.

“Nosotros hemos hablado en el laboratorio que en los puntos de vertidos se han alargado su presencia más en el tiempo ya que las algas tienen nutrientes que vienen de los vertidos y ya se ha ido la calima”, proyecta. Como muestra de esto indica que las microalgas sobre todo han tenido aparición en la provincia occidental más que en la oriental, donde sólo ha tenido presencia en la costa de Mogán. “En Tenerife el tema persiste, es posible que el efecto de los vertidos esté ahí. Es lo que intuimos, los análisis que se están haciendo en Sanidad dicen que la calidad de las aguas es buena exceptuando los blooms. Esto es un poco la hipótesis que manejamos”, acentúa.

Gómez interpreta que los nutrientes que se expulsan en las aguas sin depurar permiten alargar la presencia del trichodesmium erythraeum, pero también reconoce que existen zonas limpias de vertidos en las que se han visto estas grandes masas de color marrón, mal olor y textura espesa, como es el caso del Faro de Orchilla en El Hierro, “una zona limpia y sin vertidos ni pueblo en las proximidades”. “Insisto en que el tema del vertido le ha dado vida al bloom, pero no es la causa principal”, concluye.

Cuestionado sobre el mensaje lanzado por el Gobierno canario, que subrayó que las trichodesmium erythraeum no están incluidas en la lista de especies tóxicas de microalgas de la Unesco, Gómez aclara que en la literatura científica sí se recoge como tóxicas porque pueden producir al entrar en contacto con ellas dermatitis, como así sucedió a finales de julio en la costa de Radazul en Tenerife. Por tanto, se recomienda evitar bañarse en los lugares en las que estén presentes.

Por último desde Ben Magec-Ecologistas en Acción exponen que las microalgas tienen su origen en el calentamiento global, algo que “nadie niega”, pero son cautos con respecto a si los vertidos han ayudado. En palabras de la portavoz Yasmina Encinoso, el colectivo ambientalista prefiere aplicar por el momento “el principio de precaución”, pero aprecia relación entre el descuido del medioambiente y la proliferación de estas cianobacterias.

No obstante, sobre los vertidos Encinoso señala que hay que “agradecer a las microalgas su existencia” porque están ayudando a darle presencia en la actualidad social y política al problema existente en el litoral canario con las aguas sin depurar. “Ya sea porque ayudan al desarrollo de las microalgas o porque nos estamos bañando en aguas contaminadas, hay que solucionarlo inmediatamente”, incide.

Así mismo, desde Ben Magec piensan que desde el Gobierno de Canarias se está actuando con “una irresponsabilidad muy grande” al pretender ocultar tanto las microalgas como los vertidos para que no se vea afectado el turismo. Por el momento el Ejecutivo autonómico anunció esta semana que este otoño, tras diez años sin hacerlo, se difundirá el censo de vertidos al mar.

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