Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Nuestra Pantoja

La diputada de CC en el Congreso, Ana Oramas en su comparecencia ante los medios de comunicación para valorar el discurso de investidura del presidente del Gobierno en funciones. EFE/Emilio Naranjo

Carlos Sosa

Casi se le escapa a Ana Oramas un gorgorito marca de la casa Pantoja cuando, a la salida del pleno de investidura de Rajoy se mostró entusiasmada porque el candidato hiciera referencia a “las reclamaciones de mi tierra canaria”. Y olé (despliéguese un abanico de lunares blancos sobre fondo rojo y sacúdase con energía para refrescar la intensidad folclórica del momento). Sólo ella y los portavoces del PP, de Foro Asturias y de UPN elogiaron el discurso de Mariano Rajoy en el segundo intento de investidura de este último medio año. Un discurso infumable para cualquier nacionalista que no sea nacionalista español o nacionalista de Coalición Canaria, como quedó de manifiesto tras las reacciones contrarias de los representantes del PNV, ERC, Partido Demócrata Catalán y Nueva Canarias, que también cuenta.

Asomar el hocico

A Ana Oramas (y por extensión a su partido) parece importarle poco el tufo recentralizador que rezumó el discurso del candidato del Partido Popular. La defensa de la unidad de España fue el asunto que más ocupó a Rajoy, muy por encima de todas las cuestiones graves que preocupan a los españoles: desempleo, pobreza, marginación, corrupción, sanidad, educación, pensiones… Y en su defensa de la unidad de España los nacionalistas españoles y de las JONS no quieren saber nada de otorgar mayores competencias a las autonomías, y mucho menos a los cabildos insulares, uno de los caballos de batalla que CC planteó al PP durante las negociaciones para darle el voto de Oramas al presidente en funciones. Lo importante para CC en esta comedia de la investidura de Rajoy es aparecer en escena aunque sea como figurante y aprovechar los quince segundos de cualquier telediario para sacar la cabeza y soltar el discurso manido de siempre: Canarias es política de Estado. O debería serlo. Porque los nacionalistas canarios (con perdón por lo de nacionalistas) han pactado con el PP catorce puntos (que el martes por la mañana fueron quince aunque nunca dejaron de ser catorce) que no van a poder cumplirse, aunque la legislatura fragüe. Política de Estado, ma non troppo.

Rafael Hernando, ese godo

Fue tan poco creíble la firma de ese documento de catorce (o quince puntos) que la parte contratante, Rafael Hernando, portavoz del PP, llegó al acontecimiento sin que nadie le hubiera explicado previamente dónde está Canarias y qué cosas son esas del Régimen Económico y Fiscal y el estatuto de región ultraperiférica. De ahí que él resumiera muy a su modo godo, que tenemos prisa, oiga: “El régimen ultraperiférico que tiene que tener Canarias como un acto de justicia por estar a cientos de kilómetros [Ana Oramas le susurra algo], bueno, a miles de kilómetros de distancia”. Hernando siempre ha sido un portento a la hora de aglutinar cuando hay que aglutinar, y de dar patadas en los huevos cuando eso es lo que toca. Así que, para mejor proveer, contrajo REF y estatuto de región ultraperiférica y le salió eso, “régimen ultraperiférico”, y que pase el siguiente que se quiera hacer una foto con el menda. Los catorce puntos del acuerdo, o quince, según se mire, son como la santísima trinidad: o te los crees o no haces la primera comunión. Nadie los explica convenientemente y todo se reduce a un paripé válido para que el PP tenga un voto más y llegue a los 170 votos, es decir, uno más de los que obtuvo Zapatero en su segunda investidura (2008). Y para que Coalición Canaria pueda distribuir entre sus medios de comunicación afines un comunicado que resalte su capacidad de influencia en el escenario nacional con tan solo una diputada, oiga. Además, esos puntos han sido suscritos deprisa y corriendo entre Hernando y Oramas sin que Ciudadanos haya tenido tiempo de comprobar su compatibilidad con el documento que días antes había firmado con el PP, de ahí el mosqueo reinante en las filas naranjas este martes ante las carantoñas dedicadas a los nacionalistas canarios.

Este es el acuerdo entre el PP y CC

Los dos primeros puntos del acuerdo los vamos a obviar por capciosos: los admitiría cualquier partido (incluir el REF y la ultraperificidad de Canarias en una eventual reforma de la Constitución). Nos quedan doce.

El tercero tiene mucha guasa: “Reforma del Estatuto de Autonomía”, sin más. ¿Para transferir nuevas competencias a Canarias? Estarán de coña, ¿no? ¿Para la reforma electoral que ansía una gran parte de la población y pretende Ciudadanos? Ni hablar. Pero nos quedamos con las ganas de saber qué se esconde tras ese lacónico enunciado.

Punto 4:Garantizar en la reforma de la financiación autonómica los principios de autonomía, igualdad y suficiencia para asegurar que Canarias recibe la financiación media de las comunidades y garantizar así el acceso de todos los ciudadanos a los servicios públicos esenciales en condiciones de igualdad”. Es un buen intento, gracias por concursar. Lo viene reclamando Canarias desde hace décadas y ahora justo que el PP ha disparado el déficit y la deuda pública, que hay que recortar unos 10.000 millones del presupuesto del Estado, el PP va a cumplir con Canarias. Que lo piquen menúo.

Punto 5: “Dotación adecuada para el cumplimiento de los convenios suscritos entre Canarias y el Estado en materia de costas, obras hidráulicas, vivienda, infraestructuras turísticas, educativas y carreteras, de forma que se compense la pérdida de financiación en estas materias en los últimos años”. ¿Y cuál es esa dotación adecuada? No existe. Si Ciudadanos exigió unos anexos económicos en los que quedaran plasmados los costes de cada programa pactado con el PP, ¿cómo es posible que esta exigencia canaria quede sin concretar? Es otro brindis al sol, sin duda.

Punto 6.- “Adoptar medidas de coordinación imprescindibles entre el Estado y Canarias en la programación de las inversiones en infraestructuras eléctricas en el Archipiélago, con especial impulso de las energías limpias”. Otra tomadura de pelo: ¿qué medidas de “coordinación imprescindibles”?, ¿qué “inversiones en infraestructuras eléctricas”? ¿Qué significa eso de “especial impulso a las energías limpias” en una tierra donde el PP impuso las prospecciones de Soria-Repsol y donde el Gobierno de Canarias pretende introducir el gas como combustible de transición?

Punto 7.- “Coordinar esfuerzos entre el Gobierno nacional y el de Canarias para incrementar al máximo el empleo en el archipiélago”. ¿Dónde fue a parar esa exigencia irrenunciable de la reposición del Plan Integral de Empleo para Canarias, borrado del mapa de un manotazo por el Gobierno de Rajoy? “Coordinar esfuerzos”, menuda machangada.

Punto 8.- “Incrementar hasta el 75% las subvenciones del precio del billete aéreo entre las islas para los residentes con el objetivo de que ningún trayecto supere los 30 euros y recuperar bonificaciones al transporte de hasta el 70% en mercancías agrícolas”. Otra fantasmada: ¿dónde está la ficha financiera que cubra esta pretensión? ¿Se limitará la capacidad de las compañías aéreas para fijar los precios que quieran?

Punto 9.- “Defensa del mantenimiento del Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (POSEI) para proteger al sector primario”. Esta reclamación debería empezar por la exigencia al Gobierno de España de hacer frente a los impagos de su parte del Posei canario, que se debe desde hace unos cuantos años. Otra piedra de molino que unos cuantos van a decir que se tragan porque son así de laxos.

Punto 10.- “Incrementar los medios del Estado para el control del tráfico marítimo y declaración como espacio marítimo protegido el existente entre las islas orientales (Lanzarote y Fuerteventura) y África”. Otra broma de mal gusto: el Gobierno de Fernando Clavijo pide al de Mariano Rajoy que proteja la zona donde José Manuel Soria impuso las prospecciones petrolíferas. Pero va más lejos aún: que se incrementen los medios del Estado para controlar el tráfico marítimo. Hay un programa europeo que hace ese seguimiento por satélite de los buques al que España no se ha adherido porque no le ha dado la gana.

Punto 11.- “Incorporación efectiva de Canarias en la toma de decisiones en materia de inversión aeroportuaria y de gestión de los aeropuertos de las islas”. Como el PP dio la espalda a Canarias en su negativa a la privatización de Aena, ahora pedimos una fórmula imposible según la cual las islas intervengan en ¿cómo dice?: ¿las decisiones en materia de inversión aeroportuaria y de gestión de los aeropuertos? Llegamos tarde, como casi siempre.

Punto 12.- “Establecer entre el Estado y Canarias el impulso conjunto de actuaciones en las estrategias de internacionalización de la economía canaria”. Cuando dos políticos firman un acuerdo por el que se comprometen a “impulsar” algo es que no tienen claro qué hacer con la cuestión ni cómo coño se hace. Si se trata de Casa África, lo que tiene que pedir CC es que se restituya la diplomacia que Soria se cargó con la imposición de algunos nombramientos funestos. Verbigracia el de su director, Luis Padrón, que se ha cargado el prestigio de la institución en un santiamén.

Punto 13.- “Avanzar en la UE en la creación y puesta en marcha del Consejo Consultivo Regional Específico de las Regiones Ultraperiféricas (RUP), así como en la aprobación de un estatuto especial para ellas y de un instrumento de financiación para crear empleo”. Esto sale gratis y va en la línea de actuación de otros países con territorios de ultramar. Nada grave, Mariano.

Punto 14.- “Garantizar un tratamiento específico en la legislación estatal de los cabildos insulares canarios, con independencia de la regulación que puede darse a las diputaciones provinciales”. Este es uno de los puntos estúpidos del documento. Los cabildos de Canarias son órganos de la Comunidad Autónoma, gozan de un nivel de autonomía y de competencias que no tienen las diputaciones provinciales y su razón de ser nadie la ha puesto nunca en entredicho. Otra cosa es que el Parlamento de Canarias esté en la obligación de promover una ley de administraciones públicas que evite las duplicidades y la burocracia, muy en la línea de esa obsesión clavijista de rebajar los trámites para el suelo, pero en toda la extensión administrativa. Esta bandera de defensa de los cabildos insulares la veremos agitar mucho los próximos meses, ya lo verán.

Lamentablemente no tenemos un punto 15 que ofrecerles, por mucho que Ani Oramas y Rafael Hernando hablaran de él. Pero debe ser como las tablas de Moisés, que estos catorce mandamientos se cierran en uno más: si mañana quiere formar gobierno Pedro Sánchez, no se preocupen, que tenemos más “reclamaciones de mi tierra canaria”.

Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Etiquetas
stats