Oviedo homenajea a Tino Casal con una muestra de pintura y objetos personales

Una exposición titulada “Renacimiento” homenajea en la plaza de Trascorrales de Oviedo al músico y artista Tino Casal a través de su pintura y de varios objetos personales del autor de “Eloise”, de cuyo fallecimiento en un accidente de tráfico en Madrid se cumplirán 23 años el próximo lunes.

La muestra hace un repaso de la faceta menos conocida de Casal, la de pintor y escultor, a través de una amplia retrospectiva de la obra de una de las figuras clave de la música tecno española como intérprete y como productor.

La exposición se completa con los discos de oro que consiguió el autor de “Embrujada” junto a algunos de los objetos que le convirtieron en uno de los autores más reconocibles de la década de los ochenta como la guitarra con la que aparecía en el videoclip de “Eloise” o los botines que lucía en “Bailar hasta morir”.

El sillón y el bastón original de la portada del disco “Lágrimas de cocodrilo” sirven para recibir a los visitantes de una muestra con la que el Ayuntamiento de la capital asturiana pretende empezar a saldar su “deuda pendiente” con el artista nacido en la localidad de Veguín y formado en la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo.

Además, el Ayuntamiento ha anunciado su disposición a colaborar en los actos que se programen dentro de dos años coincidiendo con el veinticinco aniversario de su muerte y de atender la petición que desde hace años realizan algunos de sus fans para que cuente con una calle o incluso con una escultura en Oviedo.

“Soy más auténtico pintando que en la música. En la música hay que pasar por muchos matices, muchos tamices, muchos intermediarios; en la pintura soy más libre y hago más lo que me apetece”, afirmaba Casal en una entrevista concedida a TVE antes de su muerte.

Nacido en 1950 en la localidad ovetense de Tudela Veguín, Casal demostró una gran pasión por el arte y la música desde pequeño, tanta que su carrera musical comenzó a los 14 años vinculada a grupos asturianos de la década de los sesenta como Los Zafiros Negros y Los Archiduques.

Tras estas primeras experiencias, fichó en 1977 como solista para la compañía Fonogram, que pretendió lanzarle como una especie de sustituto del desaparecido Nino Bravo, algo que no coincidía demasiado con su concepto musical tras haber viajado a Londres y conocido a músicos como Bryan Ferry, Marc Bolan y su admirado David Bowie además de ser amigo de gente como los Costus o Fabio McNamara.

Su etapa de total libertad comenzó en la década de los ochenta, durante la cual publicó casi todos sus discos: “Neocasal” (1981); “Etiqueta Negra” (1983); “Hielo Rojo” (1984) y “Lágrimas de Cocodrilo”(1988), que apareció tras una convalecencia de tres años a causa de una necrosis de fémur.

El último disco de Casal, que compaginó durante todo este tiempo su carrera en solitario con su afición por la pintura y la moda y con su trabajo como productor y compositor de grupos como Goma de mascar, Tacones u Obús, fue “Histeria”, publicado un año antes de su muerte, a los 41 años.