Los campos de La Rioja se convierten en lienzos

Los campos de cereal que rodean a Santa Lucía de Ocón (La Rioja), sus choperas y hasta su antiguo depósito de agua, se han transformado en lienzos artísticos para acoger a los cinco creadores que este año participan en la décimo tercera edición de Arte en la tierra.

El festival riojano de “land art” ha logrado este año crear en los campos de Santa Lucía un diálogo entre tres artistas que trabajan con la naturaleza y en la naturaleza, desde puntos de vista diferentes, con técnicas distintas y motivaciones muy diversas.

A este diálogo ha unido el trabajo sobre la memoria histórica del pueblo que han realizado otras dos artistas.

Así, el veterano creador canario, Félix Reyes, afincado desde hace décadas en este municipio de medio centenar de habitantes, ha logrado de nuevo poner de manifiesto que la naturaleza es una fuente inagotable de creatividad y que incluso en los municipios más pequeños puede despertarse la inquietud por la creación artística.

En esta ocasión, participan el escultor uruguayo Sergio Ferrúa, que está asentado en Valencia desde hace más de una década; el gerundense Joan Mirandes y la riojana Julia Rubio, que vive en Cataluña después de trabajar durante una década en Estados Unidos y México.

Julia Rubio ha realizado una obra que, en realidad, son varias, a lo largo de muchas hectáreas de campo, bajo el nombre de “De la tierra al cielo: luciérnagas en Casiopea, en el cobijo ella”.

Por un lado, ha explicado, ha “sembrado” paneles de hierro en varios campos y los ha pintado con pigmentos hechos a base de la tierra de esas parcelas; junto a ellos ha colocado recipientes de cerámica del mismo material, cocidos a diferentes temperaturas, desde más de mil grados, “como símbolo del centro de la tierra”, hasta casi cero, “para que se deshagan con la lluvia”.

Además, su trabajo tiene una parte nocturna “para representar el ciclo de la noche y el día” protagonizada por un sinfín de “luciérnagas”, mediante pequeñas luces led, que apuntan a la constelación de Casiopea; y una “performance” en la que ella sale de un “cobijo”, como “algunos insectos que viven en la tierra”.

Joan Mirandes se ha planteado su participación como “un diálogo entre el bosque de mi tierra” y “una chopera de La Rioja” y para ello ha creado una obra que combina la ingeniería, la construcción y el arte.

Ha transformado una parte de una chopera, en la que ha creado canales para conducir el agua y zonas de paseo para que los visitantes “puedan ver el ciclo del agua”, ha explicado.

Y en ese recorrido ha instalado esculturas de madera hechas en el bosque en el que vive en Cataluña, que ha vuelto a montar en Santa Lucía, con la ayuda de un ingeniero; así ha establecido “un diálogo entre el bosque catalán y el riojano”.

También se ha inspirado en la naturaleza, en este caso en una especie de lombrices, el escultor uruguayo Sergio Ferrúa, que ha creado varios de estos animales, a gran tamaño, en otra de las choperas que rodean Santa Lucía.

La obra se llama “La labranza de los lumbricidos” y quiere representar “la interacción biológica, la respiración de la tierra” y de la mano de “una especie de lombriz, con la que ya trabajé hace años en Valencia y que se traslada de un lugar a otro con todos los animales unidos, una interacción social que he querido plasmar”, ha detallado el creador uruguayo.

La cuarta obra de Arte en la tierra se sale de la temática de las otras, e incluso de la localización, ya que dos jóvenes riojanas, Rosa Gil y Rosa Diego, han utilizado el interior del viejo depósito del agua del pueblo para crear un lienzo en homenaje a la memoria histórica del pueblo.

Ambas han dedicado la última semana a plasmar en todas las paredes del depósito motes, expresiones, nombres de términos del pueblo y otras curiosidades que los habitantes de Santa Lucía les han contado en los últimos meses. La obra se llama “Donde habitan las palabras” y quiere transmitir “el alma de un pueblo”, ha asegurado Gil.