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Acorex se juega su futuro en una asamblea que decidirá su viabilidad y el reparto de las deudas que acumula

Pablo Sánchez

¿Quién tiene que pagar los platos rotos de Acorex? ¿Quién debe cargar con la deuda acumulada? ¿Los trabajadores? ¿Las cooperativas asociadas? ¿Tienen liderazgo el director general Antonio Barral y el presidente Manuel Ortega para imponer medidas draconianas desde sus acomodados sueldos y prebendas?

Esas son algunas de las preguntas claves que este jueves van a estar muy presentes en la asamblea prevista para hoy y en las reuniones que esta mañana celebran sindicatos y empresa y también en la asamblea de trabajadores prevista para mañana.

Hoy no será un día cualquiera para el grupo cooperativo. Todas los actores implicados en este asunto apuntan a que la que fuera la mayor empresa extremeña se enfrenta a las horas más difíciles de sus tres décadas de historia.

En apenas horas, debe decidir si aprueba un durísimo plan de ajuste que conlleva despedir a casi media plantilla, resolver el pago de 1.200.000 euros que adeuda a sus empleados y aprobar un plan de viabilidad que implica repartir deudas a escote entre sus cooperativas socias. Muchas y muy difíciles decisiones para 24 horas de desasosiego.

Deudas para todos

En la asamblea de este jueves, la dirección de Acorex pretende repartir culpas y que paguen a escote las deudas todas las cooperativas, incluso las que se fueron como San Isidro de Miajadas o las que están en vías de decir adiós. Es un mensaje claro para frenar nuevas salidas del grupo ya que de imponerse este criterio, cada cooperativa que quiera salir deberá llevarse una mochila a cuesta con la parte de la deuda.

Sin embargo son varias las cooperativas las que discrepan de este análisis de la dirección. El asunto tiene toda la importancia del mundo porque hay varios millones en juego y la gente del campo no está para regalar euros.

La divergencia de fondo estriba en algo tan simple como conocer en qué se fue el dinero que ahora se debe. Si la deuda procediera de actividades cooperativas, todos a pagar. Pero si el grueso de esa deuda fuera una consecuencia de la mala gestión en actividades no cooperativas tales como operaciones con terceros, enajenación de inmovilizado e inversiones en otras personas físicas o jurídicas distintas a cooperativas, en ese caso, la deuda no afectaría a las cooperativas socias.

Esa es la posición que en la asamblea de esta jueves van a adoptar algunas de las cooperativas porque creen que el grueso de la deuda, lo que ha generado la calamitosa situación del grupo Acorex procede de operaciones de este tipo.

En el campo contrario, la dirección tiene toda la artillería dispuesta para convencer a la asamblea de que todos deben pagar, que se acuerde la imputación de pérdidas aunque aún no se hayan formulado las cuentas por el Consejo, ni está firmado el correspondiente informe de auditoría.

El plan de viabilidad contempla además de la imputación de la deuda a las cooperativas socias, el Ere para poner en la calle a varias decenas de trabajadores y la refinanciación de la deuda, incluida la que mantiene con la empresa pública Avante.

La dureza del plan de viabilidad regional es indudable.

Y si no se aprueba…

Y si no se aprueba este Plan, concurso de acreedores en pocos días, es la amenaza de la dirección y el presidente, seguros de que cuentan con el respaldo de la Junta en esta propuesta, no en vano el Gobierno regional, con la colaboración de IU, ha sido el gran valedor de los numerosos y desconcertantes nombramientos que ha habido en la cúpula de Acorex en estos últimos años.

Ese intervencionismo político, la crisis económica que ha golpeado al sector, las guerras internas entre las cooperativas… Entre todos empujaron a la mayor empresa extremeña al borde del precipicio y parece que ahora nadie sabe cómo frenar la caída.

Si la asamblea acepta este jueves el plan de viabilidad seguirán en curso las conversaciones entre el grupo cooperativo y los sindicatos para ver como se pagan los casi 1.200.000 euros que Acorex debe a sus trabajadores (este miércoles ha habido una reunión al respecto, pero sin avances) y para minimizar los efectos del anunciado ERE.

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