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La Xunta desplazó 1.000 millones en facturas durante el primer mandato de Feijóo

Feijóo, este domingo en un acto de partido EFE

David Lombao

“En ese tipo de cuestiones de cierre de ejercicios siempre hay desplazamientos de facturas”. Uno de los episodios más tensos de la precampaña gallega de 2012 estuvo directamente relacionado con la gestión económica y contable de la Xunta. A La luz de los trabajos que el Consello de Contas estaba realizando para fiscalizar las finanzas públicas de 2010, la oposición acusaba al presidente, Alberto Núñez Feijóo, de meter “facturas en el cajón” hasta el año siguiente para así tener un mejor resultado presupuestario. En mayo de ese año la Xunta admitía que había realizado el cierre del ejercicio en septiembre para cumplir con el límite de déficit, si bien Feijóo siguió negando las acusaciones opositoras hasta que, cuatro días después de las elecciones autonómicas, el presidente asumía también esa práctica al tiempo que le restaba importancia. Cuatro años después es posible saber que los gastos desplazados por la Xunta de un año a otro superaron los 1.000 millones de euros entre 2009 y 2012.

La publicación, hace pocas semanas, de la fiscalización de las cuentas generales de la comunidad autónoma del año 2012 por parte del Consello de Contas permite tener ya una evaluación global de la gestión presupuestaria del primer mandato de Feijóo. En los primeros tres años, el volumen de facturas atrasadas de un año para el siguiente fue en ascenso y en el último descendió, aunque quedó más de un 300% por encima de los datos anteriores. Concretamente, las facturas desplazadas de 2009 a 2010 ascendieron a 82,64 millones de euros y en 2010 se pasaron al 2011 pagos por importe de 193,68 millones. Siempre según Contas, la Xunta dejó de atender en 2011 un total de 565,38 millones en deberes que desplazó ealn 2012, año en el que optó por desplazar a 2013 un gasto de 349,02 millones. En total, 1.190,72 millones de euros.

El Consello de Contas pone en contexto este “desplazamiento de deberes por insuficiencia de crédito” explicando que es una práctica que “venía teniendo carácter residual en los años 2007 y 2008, pero se volvió a incrementar en los años 2011 y 2012, ligado en buena medida a la atención de necesidades en servicios esenciales, como los sanitarios, que difícilmente se pueden dejar de atender en base a insuficiencias presupuestarias”. El sanitario es, precisamente, uno de los ámbitos en losel que el organismo fiscalizador tiene más “dificultades para el seguimiento y control de este desplazamiento de gasto”, ya que desde 2008 el Sergas no tiene el deber de convalidar estos gastos a través del Consello da Xunta.

En general, Contas resume que “se dejaron de contraer presupuestariamente deberes que debieron reconocerse por corresponder a gastos realizados en el ejercicio”, una práctica que “supone el incumplimiento del principio de anualidad presupuestaria” que impone la Ley de Régimen Financiero y Presupuestario. Esta manera de llevar las cuentas implica, además, que “parte de los créditos aprobados en el ejercicio corriente se encuentren comprometidos por gastos de años anteriores”. Más allá del “posible efecto neutro que puede deducirse de la compensación de este tipo de gasto a lo largo del tiempo”, Contas advierte de que empujar hacia adelante gastos que deberían atenderse en el propio año “puede acabar distorsionando el resultado presupuestario” y “afectar negativamente a los presupuestos futuros al disminuir la capacidad para atender las necesidades previstas”. Además, esta manera de proceder “margina” a los Presupuestos como “instrumento de planificación y gestión” de las cuentas públicas, resalta.

Veto a las facturas nuevas hasta 2015

Este desplazamiento de facturas es producto de la fecha en la que la Xunta determina el cierre del ejercicio económico cada año, esto es, el momento en el que veta el pago de facturas nuevas hasta el año siguiente, con excepción de determinados servicios esenciales, caso por ejemplo de las farmacias hospitalarias o los comedores escolares, entre otros. Así, por ejemplo, en 2011 el año presupuestario del Gobierno gallego concluyó el 30 de septiembre y en 2012 lo hizo el 7 de noviembre. En 2013 se le cerraron la puerta a las nuevas facturas el 4 de noviembre y este año Facenda ha extendido el plazo un poco más, ordenando el cierre para la mayor parte de las facturas con fecha del 14 de noviembre. Así las cosas, los deberes de pago llegados a partir de esa fecha ya serán, a todos los efectos, gastos del año 2015.

Mientras esto sucede, desde el Consello de Contas “se reconoce” un cierto “esfuerzo de regularización” de este tipo de gasto desplazado, concretamente en el año 2012 –última fiscalización disponible–. Con todo, advierte al Gobierno gallego de que “no parece que esta insuficiencia de créditos pueda prolongarse indefinidamente, por lo que habrá que realizar ajustes por la vía de los ingresos o del gasto”. Del mismo modo, Contas ve “necesario” contar con “información precisa y fiable de las cuantías del gasto sin registrar, tanto en la Administración general como en el ámbito sanitario”.

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