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“La deuda es un negocio y un instrumento potentísimo para conseguir otras cosas”

Ricardo García Zaldívar

Marcos Pérez Pena

Attac celebra este viernes en Compostela un encuentro con sus asociados en Galicia pero que está abierto a simpatizantes y a todas las personas que quieran colaborar con este colectivo, fundamental en los últimos años como espacio de convergencia y constructor de una alternativa. En la actualidad Attac cuenta con unos ochenta asociados en Galicia, “pero muy desconectados entre sí”, y busca crear estructuras más estables comenzando por las principales ciudades del país: “trabajamos mucho virtualmente. Pero el encuentro presencial es muy importante, como lo ha sido siempre”, dicen.

En los últimos diez años Attac ha ganado una merecida consideración de colectivo riguroso y abierto, generador de un argumentario para pensar y actuar en la izquierda del siglo XXI. El ambiente de contestación generado por el 15M los situó en el centro de muchas miradas, sobre todo a algunos de sus activistas más conocidos como Vicenç Navarro, Juan Torres o Alberto Garzón. Hablamos con Ricardo García Zaldívar, presidente de Attac-España, que participará en el encuentro que tendrá lugar a partir de las 19.30 horas en la Biblioteca Ánxel Casal. García Zaldívar es doctor en Economía y en Urbanismo y profesor de la Universidad Carlos III. Es presidente de Attac España desde el 2010, en una segunda etapa, después de haber centrado sus esfuerzos en potenciar el comité científico de la organización, del que fue coordinador.

¿A qué personas va dirigida esta convocatoria? ¿Qué perfiles piensas que estarían interesados en colaborar con Attac?

Hay mucha gente que sigue a Attac y que nos lee, pero que no acaba de dar el paso de trabajar con nosotros. Este tipo de encuentros va dirigido a gente que está sensibilizada con la situación de injusticia social y que ya se encuentra trabajando en distintos espacios: el 15M, movimientos sociales, sindicatos e incluso partidos, pero que no milita en partidos políticos y busca espacios en los que converger. Pienso en simpatizantes de Izquierda Unida, de Anova o del BNG. Gente que quiera trabajar por desarrollar un discurso contra las élites financieras y la troika y con una visión internacionalista. Si el FMI trabaja a nivel global nosotros tenemos que trabajar también a nivel global.

Pero de forma muy abierta...

Sí, nosotros no tenemos un programa definido. La persona que se acerca a Attac no encuentra unos posicionamientos inamovibles con los que si no está de acuerdo debe optar por marcharse. Nosotros lo que ofrecemos es la posibilidad de trabajar juntos en los espacios que ya existen. Por ejemplo, en el 15M o en las mareas ciudadanas y otras plataformas. Estamos trabajando mucho en la convocatoria conjunta contra la troika en todos los países del sur de Europa para el 1 de junio.

¿En qué cuestiones está más centrado el trabajo de Attac en estos momentos?

Intentamos trabajar y converger con otros colectivos en ciertos temas. Por ejemplo, la banca pública es un tema que nos motiva mucho, y también el tema de la defensa de una fiscalidad justa y la lucha contra los paraísos fiscales. Otra idea en la que trabajamos mucho es la de la renta básica. Con seis millones de parados este país no puede ofrecer trabajo y por lo tanto no puede ofrecer medios de subsistencia. En los próximos 5 o 10 años vamos a asistir a una sociedad completamente desestructurada. Nos costó bastante introducir este asunto en el mundo sindical porque se entendía que ere era un pago por no hacer nada.

¿También es fulcral todo lo relacionado con la deuda, verdad? Hace unos días escribía Carlos Martínez, de Attac Andalucía, que “si quieres saber quién es de izquierdas y quien no, preguntadle su posición ante la llamada deuda”...

La deuda es un tema relativamente nuevo en Europa. La gente que trabajaba este asunto hasta hace poco, por ejemplo Toussaint, se centraba más en la deuda externa del tercer mundo. Pero es cierto que ahora mismo la deuda es un tema fundamental porque estamos pagando 40 mil millones anuales de intereses. Y sobre todo porque la deuda es un negocio y un instrumento potentísimo para conseguir otras cosas. Es una muestra del inmenso poder que tienen la banca y sus lobbies. No lo abordamos desde los planteamientos tradicionales de lucha de clases, aunque esto también es lucha de clases. Nosotros identificamos la mutación que se ha producido en el sistema, porque ahora la clave ya no es la plusvalía generada por el trabajo, y la explotación no viene por la participación en el mundo del trabajo sino a través del endeudamiento. Trabajamos mucho con las plataformas por la auditoría de la deuda.

Ligado a esto va creciendo el debate sobre la conveniencia de abandonar el euro y la disciplina del BCE. ¿Cómo lo analizas?

Es cierto que en los dos últimos años ha ido creciendo la idea de que no vamos a ser capaces de cambiar la política europea. Y también que en este enfrentamiento entre la Europa del norte y la Europa del sur la diferencia de fuerza es insalvable y que es mejor marcharse. Dentro de Attac hace unos años los que defendían la salida del Euro eran una minoría y ahora son muchos más, e incluso gente importante como Juan Torres, Vicenç Navarro, Albert Recio o Nacho Álvarez. Se está debatiendo entre una posición matizada, como la de Syriza, que no apuesta por salir del euro pero sí por utilizar esto como medida de presión y otras más rotundas.

¿Lo fundamental sigue siendo convencer a la gente de que hay alternativa, de que hay otras formas de gestionar la realidad?

Creo que ya estamos en la fase siguiente. Hace un par de años era muy importante difundir ese mensaje: convencer a la gente de que era posible otro tipo de políticas. Y por eso el libro de Navarro, Torres y Garzón de Hay Alternativas fue un best seller. Vendió más de 30 mil ejemplares y se descargaron otros 70 mil de la red. Ahora estamos en la fase de “bien, me has convencido, ¿ahora qué puedo hacer?”. Debemos ayudar a la gente a saber lo que pasa, qué son los CDS y por qué no quieren controlarlos. Por eso para nosotros la formación es lo primero, y vamos a incrementar nuestros cursos online. Pero informamos y formamos para la acción: para trabajar en los espacios de convergencia. Si eres trabajadores de la sanidad, tienes que trabajar en tu plataforma en defensa de la sanidad.

Participaste hace unos meses en el Foro Social Mundial de Túnez. ¿Qué valoración haces de esta edición?

Hacía diez años que no iba a un FSM, desde Porto Alegre en 2003. Y lo que noté fue que les han quitado un peso de encima. En 2003 las ilusiones altermundialistas, las ilusiones de cambiar las cosas, estaban centradas en los Foros Sociales. Y esa era una presión muy grande porque de ahí no salían soluciones. Era un espacio de encuentro para poner en común luchas y experiencias. Y Túnez como espacio de encuentro y debate funcionó muy bien. Fueron muy interesantes los debates y los análisis criticas de este llamado capitalismo verde y también fue muy importante llevar el Foro al norte de África y respirar la fuerza de las revoluciones árabes. Y ahí estaba la sociedad tunecina participando muy activamente.

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