“Cada vez hay más papeles interesantes para las mujeres en el teatro, pero siempre cuesta”

Carmen Ruiz es, junto a Macarena Gómez, una de ‘Las dos bandoleras’, la obra que este sábado llega al Festival de Teatro Clásico de Olite. Sin embargo, la actriz, lejos de protagonismo, subraya la “increíble” labor del reparto para hacer posible esta adaptación del clásico de Lope de Vega. Una y otra vez. Ruiz, conocida por sus papeles en televisión (por series como 'Cuestión de sexo' y ‘Con el culo al aire’), solo reivindica su labor para defender que, pese a la popularidad catódica, ella es una actriz con curriculum teatral. Y para asegurar que, pese a su participación habitual en comedias, espera que también confíen en ella para papeles dramáticos. No en vano, asegura que “hacer comedia es muy serio y muy difícil”.

Se acerca el final del Festival de Teatro Clásico de Olite, y ‘Las dos bandoleras’ será el broche. ¿Cómo afronta la cita?

Pues con mucha ilusión. Además, uno de los miembros del reparto, Alex Larumbe [que actúa precisamente como el pretendiente de doña Inés, el papel que interpreta Ruiz], es navarro, así que está muy emocionado de venir aquí.

No deja pasar un momento para mencionar a sus compañeros de reparto.

Es que esta compañía es fantástica. David Luque, Albert Pérez, Helio Pedregal, Gabriela Flores… Es un equipazo, no me quería quedar con las ganas de decirlo.

Con ‘Las dos bandoleras’, sin embargo, está claro que el protagonismo es para usted y Macarena Gómez.

Claro. Porque esta obra cuenta la historia de cómo a dos mujeres las burlan sus enamorados y ellas deciden echarse al monte a matar hombres. Y cada hombre que aparece en la función es importante, porque representa un estatus diferente.

¿Y qué puede contar de Macarena Gómez?

Pues que es una actriz muy entregada, que se tira a la piscina rápidamente. Nos llevamos muy bien y es una gran compañera.

Muchos espectadores las identifican a ambas por la televisión, así que ¿qué supone para usted actuar en teatro?

Bueno, yo ya vengo de una trayectoria en el teatro. Incluso he hecho más teatro que tele. Pero es verdad que esta obra supone para mí un cambio de registro brutal.

Además, le relacionan más con la comedia que con la tragedia, y aquí se mezclan ambas.

Lo que más he hecho es comedia, y es algo que me encanta. Hacer comedia es muy serio. Muy difícil. Pero creo que los actores de comedia podemos hacer drama perfectamente. Espero que confíen en mí para hacer drama (ríe). La comedia, a veces, es el sumun del drama, y menos mal que nos podemos reír de los problemas.

En este caso, ya no solo hablamos de teatro, sino también de un clásico.

Es una experiencia extraordinaria como actriz. Porque el verso es un reto: el de poder expresar los textos de Lope con naturalidad y sin perder la técnica ni su poesía. El verso hay que llevarlo porque, si no, es un caballo desbocado.

Esta es una de las obras más desconocidas de Lope, así que en el fondo, es un clásico novedoso.

Sí. Y, además, la adaptación de Carme Portaceli [directora] y Marc Rosich [dramaturgo] no solo incluye una versión de ‘Las dos bandoleras’, sino que también hay fragmentos de ‘La Serrana de la Vera’ y de ‘El asalto de Mastrique’, y hay un par de monólogos que hablan de la guerra y del hambre que son impresionantes y de un gran rigor y actualidad. Por eso esto es un clásico, porque está muy vigente.

¿Qué mensaje tiene la obra, con ese protagonismo tan claro de la mujer?

Hay muchos. La libertad, la independencia, la dignidad, la fuerza y la autosuficiencia de la mujer. Sobre todo habla de mujeres fuertes y valientes. Y es verdad que pone ‘regulín’ a los hombres, pero no a todos.

¿Cómo diría que describe Lope de Vega a las mujeres?

Ve a las mujeres siempre desde un lado positivo. Aunque en muchas de sus obras puede haber un punto machista, pero no lo atribuyo tanto a él como a la época.

¿Usted se siente identificada con esas mujeres fuertes?

Hombre, es fantástico poder hacer un clásico. Y es verdad que los protagonistas, casi siempre, son los hombres. Sin embargo, aquí el protagonismo no solo recae en las mujeres, sino que también son ellas las que pelean con espadas [gracias al trabajo de Jesús Esperanza y Kike Inchausti] y tienen un papel muy activo.

Ha dicho que es difícil encontrar un protagonismo femenino en el teatro. ¿A qué lo atribuye?

Sí, no quiero generalizar, pero resulta gratificante, porque a veces en el teatro no hay papeles tan interesantes para las mujeres. Cada vez más, pero siempre cuesta.

Como la vida misma…

Tenemos la esperanza de que vamos mejorando, aunque a veces hay episodios que son como una involución, como la Ley del Aborto.