La colección de Citoler comenzará a mostrarse en el Museo Pablo Serrano en 2014

La colección de arte contemporáneo de Pilar Citoler, compuesta por 1.300 obras representativas de la segunda mitad del siglo XX, ha dado hoy un “paso decisivo” para su integración en el Museo Pablo Serrano de Zaragoza, en el que en 2014 se podrán ver las primeras exposiciones sobre la misma.

Para ello, la coleccionista ha firmado, en un acto presidido por la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, el protocolo inicial para que su colección, llamada Circa XX y que incluye obras de Tàpies, Barceló, Chillida, Miró y Picasso, entre otros, pase a formar parte del patrimonio artístico la comunidad autónoma.

Unas obras que recibirá el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IACC) Pablo Serrano y que abarcan desde que inició la colección, hace muchos años “casi cuando era pequeña”, hasta 2010, fecha que se ha fijado para su valoración, ha explicado Citoler, quien ha recalcado que es una operación “absolutamente transparente”.

La coleccionista ha agregado que sus fondos vendrán a rellenar un hueco “muy grande, muy profundo” que tiene el Pablo Serrano, que se convertirá en un referente en el espacio cultural español

Para Citoler, médico estomatóloga, “cada pieza es un recuerdo, un trocito de mi vida, de un pasado” por lo que esta donación es como si se le fuera “parte de su alma y del corazón”.

Aunque ha dicho a continuación que sabe que va a estar tan bien situada y entendida, lo que, a su vez, le crea una “satisfacción inmensa”, además de que lo que va a reportar a Zaragoza le supondrá unas gratificaciones “impagables”, tanto emocionalmente como anímica y moralmente.

Por su parte, y tras señalar que hoy se ha dado un primer paso, Rudi ha informado de que se prevé que antes del 30 de junio esté cerrado el acuerdo definitivo y se pueda elevar a escritura pública la transmisión de esos fondos artísticos.

Una colección que abarca 1.300 obras, de ellas más de 700 de pintura, más de 100 de escultura y más de 400 sobre papel y fotografía, de los autores más importantes de la segunda mitad del siglo XX, como Tàpies, Berrocal, Barceló, los pertenecientes al Grupo El Paso, Chillida, Miró, Picasso, Canogar, Chirino, Saura, Viola o Broto.

Es, según ha recordado Rudi, la más representativa y conformada desde los años 60 hasta finales del siglo pasado.

La presidenta ha agradecido a Citoler su “generosidad” porque de la colección, que pasará a ser “propiedad absoluta” de Aragón, dona el valor del 85 por ciento, por lo que “no es una compra”, y ha dicho que la valoración se hará obra a obra por técnicos del Gobierno aragonés.

De la arcas públicas de la comunidad autónoma saldrán, a través de sus presupuestos y en un plazo de cinco años, los fondos para cubrir el 15 por ciento restante, ha explicado Rudi.

Se espera que en 2014 puedan abrir las primeras exposiciones, con visiones conjuntas y temáticas, mientras que la coleccionista zaragozana ha señalado que la colección puede dar “mucho juego” y mostrarse con diferentes miradas, ya que abarca, además de un gran arco temporal, muchos autores y todas las técnicas y soportes.

Citoler ha afirmado que es un fondo “muy personal”, fruto de un trabajo continuado, maravilloso, con un esfuerzo físico y económico, y que ha elegido las piezas una a una en situaciones diversas, como un autor al que conoció en una exposición o porque “le dolía una muela”, y basada en su amistad con pintores o con las galerías, y que ha comprado las que le gustaban o que podía alcanzar.

Sin embargo, ha destacado que, aunque “quiere a todos los cuadros y le gustan todos”, tiene en su casa un dibujo del arquitecto y pintor francés Le Corbusier que contempla todos los días y le encanta.

La coleccionista ha recordado que tuvo contactos iniciales con el gobierno anterior, que fueron “bastante precarios” y no avanzaron, y que también hubo interés por parte del alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, quien le enseñó edificios en la ciudad.

En ese momento ya había iniciado conversaciones con la Universidad de Córdoba, aunque los estamentos superiores no quisieron implicarse en las posibilidades económicas que ella requería para desarrollarlo, ha explicado la coleccionista.