Las nuevas desaladoras del sur de Tenerife se preparan para iniciar la fase de pruebas
El director de Aguas del Gobierno de Canarias, Juan Ramón Felipe, anunció este jueves durante una visita a las desaladoras de Guía de Isora y Granadilla de Abona que se están ultimando los detalles para iniciar próximamente la fase de pruebas de estas dos infraestructuras hidráulicas, incluidas en el Convenio de colaboración entre Canarias y el Estado en materia de aguas y cuya inversión total asciende a 41 millones de euros.
Acompañado por el consejero de Aguas del Cabildo de Tenerife, Manuel Martínez, el alcalde de Guía de Isora, Pedro Martín, y el concejal de Urbanismo, Obras y Servicios Municipales de Granadilla de Abona, Juan Rodríguez Bello, el representante del Gobierno recorrió las instalaciones para conocer el resultado final de las obras de estas estaciones, cuyos ensayos para evaluar su funcionamiento se prologarán durante el primer semestre del año.
Durante el encuentro, Felipe señaló que instalaciones, ejecutadas por el Gobierno canario con financiación estatal y de la Unión Europea a través de fondos Feder, incrementarán las disponibilidad de recursos hídricos para el abastecimiento de la población, permitiendo cubrir la demanda de las zonas turísticas del sur de la isla y ayudando a regular el precio de mercado del agua.
El consejero de Aguas del Cabildo destacó la colaboración entre ambas administraciones cuyo fin primordial es mejorar el abastecimiento del agua en la isla y recordó que la Corporación insular tiene previsto ejecutar una serie de actuaciones que beneficiarán al denominado “sector oeste” (Guía de Isora-Santiago del Teide).
Las actuaciones de la instalación desaladora de agua de mar del Oeste de Tenerife, iniciadas en agosto de 2010, cuentan con un presupuesto de 15,97 millones de euros.
La estación se localiza en Guía de Isora (Fonsalía) y abastece de agua potable a más de 70.000 habitantes de la zona costera de Guía de Isora y Santiago del Teide, a los núcleos poblacionales de Los Gigantes, Playa de la Arena, El Varadero, Cueva del Polvo, Alcalá, Playa de San Juan y Piedra Hincada. Esta infraestructura emplea un sistema de ósmosis inversa para tratar 14.000 metros cúbicos al día en una primera fase, ampliable a 21.000 metros cúbicos/día.
Para el alcalde de Guía de Isora, Pedro Martín, esta es una obra importante, no solo para el municipio sino también para la comarca ya que ha habido que buscar alternativas al agua que se extrae de galerías. Según Martín no se trata tanto de un problema de volumen de aguas, sino también de calidad. Para el alcalde isorano lo más importante a partir de ahora, una vez entre en funcionamiento la desaladora de Fonsalía, es llegar a acuerdos que harán que la producción de aguas de esta nueva infraestructura tenga precios razonables que sean competitivos en el mercado.
Por otro lado, la desaladora de Granadilla, situada en una parcela de unos 18.000 metros cuadrados en el Polígono Industrial, beneficia a unos 60.000 habitantes de los municipios de Arico, Granadilla, San Miguel y Arona. Esta infraestructura, utiliza un sistema de ósmosis inversa para el tratamiento de 14.000 metros cúbicos, cantidad que puede ampliarse a 21.000 metros cúbicos/día en una segunda fase y hasta 42.000 metros cúbicos/día en el futuro.
Esta obra, cuya ficha financiera es de 17,54 millones de euros, complementa las acciones que se realizan en la depuradora de Adeje-Arona para la reutilización de aguas regeneradas para la agricultura, lo que permitirá liberar recursos hídricos para uso agrícola en la zona de medianías. Asimismo, se están ejecutando obras complementarias de conducciones por un importe de 7,8 millones de euros.
Por u parte, Juan Rodríguez Bello calificó de “muy positivo” la puesta en marcha de esta obra para el municipio, ya que con ella se abastecerá la zona baja del municipio, y por tanto, se liberará el suministro en la parte alta, destinándose esta agua, esencialmente, para los agricultores. También señaló la importancia de acometer la obra de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar), en la parte baja de San Isidro, que permitirá un mejor bombeo y evitará los desbordamientos que se producen en la zona este de El Médano.
