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La vulneración de derechos humanos en Turquía hace peligrar el acuerdo migratorio con la UE

El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, recibió la semana pasada a Angela Merkel en Turquía, en una visita para supervisar la aplicación del acuerdo migratorio.

The Guardian

Jon Henley —

Cada vez es más difícil que se cumpla un plazo clave en los planes para que los ciudadanos turcos puedan viajar sin visado por la Unión Europea como parte del gran acuerdo migratorio, después de la pelea que se produjo en el parlamento en Ankara y unas duras advertencias de que Bruselas no hará grandes concesiones.

El tumulto entre el partido gobernante y varios parlamentarios pro-kurdos este miércoles llevó a la suspensión del parlamento hasta el lunes. Esto ha frenado el trámite de las leyes que el país tiene que aprobar para que la Comisión Europea pueda recomendar a los estados miembros de la UE el polémico plan de eliminación de visados, en una decisión prevista para el próximo miércoles.

El vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans, reiteró este jueves que la institución no suavizará las 72 condiciones que Turquía debe cumplir para autorizar los viajes sin visado, un elemento clave del polémico acuerdo que busca frenar la entrada de migrantes en la UE. “No vamos a tocar esos estándares, la pelota está en el tejado de Turquía. Ellos dicen que pueden hacerlo”, manifestó Timmermans ante el Parlamento Europeo.

Añadió que las recientes limitaciones a las libertades de los medios de comunicación y a los derechos humanos en Turquía pueden no ser una buena señal para reanudar las conversaciones sobre una futura entrada de Turquía en la UE, que es otro elemento del acuerdo migratorio. “Si quieren acercarse a la Unión Europea tan mal, dejémosles demostrar que pueden”, ha asegurado Timmermans, que fue ministro de Exteriores de Países Bajos. “La distancia entre nosotros y Turquía no se está reduciendo, está aumentando, por los derechos humanos, los medios de comunicación y lo que está ocurriendo en la sociedad civil”.

La Comisión ha indicado que anunciará el 4 de mayo si considera que los Estados miembros deberían acordar la concesión a los ciudadanos turcos del derecho a viajar por la UE sin visados desde finales de junio. Esto forma parte del acuerdo bajo el cual Ankara ha aceptado la devolución de los refugiados y migrantes que lleguen a las islas griegas desde Turquía.

Sin embargo, con la presión que tienen los gobiernos para frenar la inmigración, la perspectiva de eliminar las restricciones de visado para 75 millones de turcos ha provocado una fuerte oposición en algunos de los países miembros de la Unión. Según se ha informado, tanto Francia como Alemania han propuesto incorporar un “freno de emergencia” en el plan turco –y en los acuerdos similares de visados que se están negociando para Georgia y Ucrania–, para que la UE tenga una forma rápida y legal de suspender el acuerdo en caso de que se produzca un gran influjo inesperado.

Se cumplen la mitad de las 72 condiciones

La UE manifestó anteriormente que Turquía solo cumple por completo en torno a la mitad de los 72 criterios, que incluyen las garantías de libertades civiles. Un informe de finales del mes pasado de la Iniciativa de Estabilidad Europea, un think tank que analiza el progreso de Ankara, indicó que no ha habido ningún movimiento en absoluto en 12 de las condiciones.

Las autoridades turcas, sin embargo, insisten en que el país cumplirá “casi todas” las condiciones dentro del plazo que vence la semana que viene. Ankara ha dejado claro en varias ocasiones que la liberación de las restricciones de visado es una parte no negociable del acuerdo migratorio.

Incluso aunque la Comisión recomiende la liberación de visados, no hay garantías de que el Parlamento Europeo lo vaya a apoyar. Los eurodiputados han advertido de que ciertas condiciones, como “el derecho a la libertad, a la seguridad y a un juicio justo y las libertades de expresión, reunión y asociación” son difíciles de encajar con los últimos procesos judiciales en Turquía –y las denuncias en el extranjero– sobre personas acusadas de insultar al presidente Recep Tayyip Erdogan.

Algunos analistas han advertido de que el acuerdo migratorio al completo –defendido especialmente por la canciller alemana, Angela Merkel– podría venirse abajo salvo que Turquía pueda afrontar de forma convincente estas cuestiones de derechos humanos y Estado de derecho, lo que coloca a la Comisión entre la espada y la pared. Ignorar las preocupaciones de los eurodiputados supone arriesgarse a que el Parlamento rechace el plan, mientras que decirle a Turquía que no ha cumplido todas las condiciones necesarias llevaría a Ankara a renunciar al acuerdo migratorio en su conjunto.

Timmermans ha destacado que el acuerdo con Turquía es esencial para frenar el flujo incontrolado de migrantes y refugiados, y señaló que un plan de liberación de visados con Ankara mejoraría la seguridad en Europa y no la debilitaría, ya que los turcos estarían obligados a utilizar pasaportes biométricos y legibles por máquinas.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

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