Pesadillas: qué las causa y cómo reducir el riesgo de sufrirlas

Hombre se despierta de una pesadilla

Marta Chavarrías

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Soñar es uno de los aspectos más complejos del descanso nocturno. Podemos tener grandes sueños que nos hacen felices, pero también otros que son menos agradables. Alguien nos persigue, queremos correr pero no podemos, nos caemos de un precipicio… Estos podrían ser solo algunos de los ejemplos de sueños más aterradores y estresantes, también llamados pesadillas. 

Todos experimentamos en algún momento pesadillas que provocan angustia y nervios. Este tipo de sueño perturbador o terrorífico hace que pasemos una mala noche, llena de miedo y que, en la mayoría de los casos, nos despierten a media noche con ansiedad. Y, aunque son más comunes durante la niñez, pueden ocurrir a cualquier edad. Todo el mundo tiene pesadillas al menos una vez a la vida.

¿Qué son las pesadillas?

Como explica la Sleep Foundation, las pesadillas hacen que nos despertemos del sueño, aparecen sobre todo durante la fase del sueño denominada REM, que se produce durante la segunda mitad de la noche y que está asociada a los sueños intensos.

Es una etapa del sueño que se caracteriza por movimientos oculares rápidos, latidos cardíacos irregulares y aumento de la frecuencia respiratoria. Las pesadillas son, según el Instituto Europeo del Sueño (IIS), una parasomnia, es decir, un tipo de trastorno del sueño que implica movimientos anormales, comportamientos, emociones y percepciones y sueños que se producen mientras dormimos.

La mayoría involucran una amenaza o una situación peligrosa que la persona se siente incapaz de controlar durante el sueño. En la mayoría de los casos, las pesadillas comparten ciertas características: el sueño parece real y perturbador; el sueño nos despierta; nos sentimos asustados, ansiosos o tristes, sudorosos, con un latido cardíaco acelerado; recordamos con detalle el sueño.

Un estudio sobre el análisis de más de 250 episodios descritos como pesadillas detectó que el contenido más frecuente es la agresión física, situaciones extrañas y emocionalmente intensas y fracasos. 

Los 5 razones potenciales que explicarían la aparición de pesadillas

Las pesadillas no solo están provocadas por las películas de terror, como suele atribuirse normalmente a este problema. Aunque no se conocen con exactitud las causas que provocan pesadillas ni hay una explicación consensuada de por qué tenemos las tenemos, sí se ha demostrado que hay factores que pueden contribuir a un mayor riesgo:

  • Estrés y ansiedad: las pesadillas son más frecuentes durante periodos de estrés, como los que podemos vivir cuando estamos preocupados por algo del trabajo o cuando perdemos a un ser querido. El contenido de los sueños a menudo refleja fuentes de estrés durante el día. Otra causa común de las pesadillas recurrentes puede ser el trastorno de estrés postraumático.
  • Fiebre y enfermedades respiratorias
  • Ciertos medicamentos: varias investigaciones han buscado el papel de los fármacos en la aparición de las pesadillas. Uno de ellos, publicado en Human Psychopharmacology, resume los principales fármacos que generan este trastorno: ciertos antidepresivos, medicamentos para la presión arterial, bloqueadores beta y fármacos usados para tratar la enfermedad de Parkinson.
  • Falta de sueño: después de un periodo de sueño insuficiente, una persona puede experimentar un rebote REM que puede desencadenar en pesadillas. Se calcula que alrededor del 17% de las personas que sufren insomnio crónico tienen pesadillas.
  • Consumo de ciertas sustancias: el consumo de alcohol y ciertas drogas recreativas pueden desencadenar pesadillas. Las drogas opioides afectan partes del cuerpo que regulan el sueño, lo que posibilita que tengamos un sueño pesado, que lleva a las pesadillas. En algunos casos, la abstinencia de sustancias como el alcohol también puede provocar pesadillas recurrentes.
  • Trastornos de salud mental: si sufrimos depresión u otros trastornos mentales como el trastorno límite de la personalidad,  es más probable que tengamos pesadillas.

Tener la misma pesadilla de forma repetida a lo largo del tiempo también puede ser común tras sufrir estrés severo o un evento traumático. Estas pesadillas suelen ser una forma de “revivir” el evento traumático.

Conocer las razones y las causas de las pesadillas puede reducir su ocurrencia y, casi con toda probabilidad, nos permitirá conciliar mejor el sueño.

¿Qué podemos hacer para reducir el riesgo de tener pesadillas?

Es normal tener pesadillas de vez en cuando, cualquier persona sufre una pesadilla a lo largo de su vida. Suelen ser ocasionales, en los niños es común en un 60-75% de los casos, aumentan de frecuencia durante la adolescencia y disminuyen en la edad adulta, sobre todo en mujeres. Se calcula que las pesadillas pueden afectar a un 3-4% de los adultos.

Existen estrategias para reducir el riesgo de sufrirlas:

  • Respetar un horario de sueño y descansar lo suficiente: acostarse y levantarse cada día a la misma hora
  • Eliminar el alcohol y el tabaco
  • Relajarnos antes de ir a dormir
  • Evitar mirar películas, videojuegos o programas de televisión de terror

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