Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.
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“Alguien pinchó el bote con un cuchillo y se hundió”
“Claro que me acuerdo de ti”, dijo Adam cuando le volví a visitar en la isla griega de Lesbos. Venir aquí se ha convertido últimamente en una costumbre: es mi tercera visita a la isla en apenas siete meses. Vengo para oír más historias de personas refugiadas y migrantes que han hecho peligrosos viajes para intentar llegar a Europa.
Giorgos Kosmopoulos
Investigador de Amnistía Internacional para la UE —
“Adam” y “Lara” (no son sus nombres reales) son de Somalia y tienen veintitantos años. La última vez que vi a Adam estaba herido de gravedad en un hospital. El bote en el que viajaba se había hundido en alta mar. “Alguien pinchó el bote con un cuchillo y se hundió”, me dijo.
“Éramos más de 40 personas, entre ellas una embarazada, niños y una persona con discapacidad, y todos caímos al agua.” Lara no sabía nadar y cuando Adam trataba de salvarla, la hélice del barco de los guardacostas le destrozó la pierna.
Hoy Lara me saluda vestida de vistosos colores y con una gran sonrisa. Está a punto de cenar gracias a los voluntarios de la isla. Los isleños también gestionan el campamento de vacaciones en desuso donde viven ella y Adam junto con otros refugiados y migrantes.
Adam y Lara están entre los afortunados. Aparentemente, las autoridades locales de Lesbos siguen estando mal preparadas para recibir las embarcaciones llenas de personas desesperadas que continúan llegando desde lugares como Siria y Afganistán. Muchas, niños entre ellas, permanecen horas, incluso días, atrapadas en el puerto principal de la isla, mal protegidos o sin protección alguna frente al sol y el calor.
La detención, generalmente en condiciones terribles, es la suerte que corren habitualmente los migrantes que llegan a la isla.
Y muchos de ellos ni siquiera consiguen llegar hasta aquí. Nuestro nuevo informe documenta no pocas denuncias de que las autoridades griegas devuelven a Turquía a migrantes y refugiados desesperados. Algunos, como el compañero de viaje de Adam y Lara, hunden en alta mar la embarcación en la que viajan, con la esperanza de que esto obligue a los guardacostas a rescatarlos y llevarlos a Grecia.
La presión de la migración es alta en Grecia, y la crisis económica hace que sea aún más difícil arreglárselas aquí. La suerte de estos migrantes y refugiados no es sólo responsabilidad de Grecia: el resto de Europa debe cumplir su parte en la búsqueda de soluciones urgentes.
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.