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La luna está aquí abajo

Cuenca minera de Huelva. / Antonio Romero

Miguel A. Parra Anguita

A menudo eclipsada por la riqueza natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche y la luminosidad de la Costa de la Luz, la comarca de la Cuenca Minera onubense se reivindica como un destino turístico único en Andalucía. Motivos no le faltan. La Naturaleza la ha bendecido con unas características físicas muy singulares, unos parajes naturales que llaman la atención de cualquier visitante. Esta peculiar orografía, con impresionantes cortas (minas a cielo abierto) y paisajes de gran belleza, confieren a esta zona un aire lunar que podría convertirla sin ninguna duda en escenario para rodajes de cine y televisión. Por si esto no fuera suficiente, la actividad industrial desarrollada desde el siglo XIX en la zona la ha conferido una personalidad propia que la dota de un enorme potencial turístico.

En la gran pantalla, su carta de presentación fue El corazón de la tierra (2007), la súper producción dirigida por Antonio Cuadri y basada en la novela del escritor Juan Cobos Wilkins. En ella, la impresionante Corta Atalaya se convierte en un personaje más de la película. El rodaje de esta película en Huelva dio origen a una ruta de turismo cinematográfico. Steven Soderbergh también rodó allí Guerrilla (2008) sobre la vida del Ché Guevara, y convirtió Zalamea la Real en un poblado boliviano. En 2011, Isabella Rossellini rodó en el Parque Minero de Riotinto The Zigzag kidTheZigzag kid, una producción infantil del cineasta holandés Vincent Bal que pudo verse en el último Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Estos y otros cineastas, así como agencias de publicidad, que han rodado anuncios en la zona, se han sentido atraídos por la potencia visual de esta comarca, que deslumbra por su variedad cromática: desde los tonos ocres y amarillos de las construcciones naturales, hasta los azules y verdes de las cortas o el morado y grisáceo de las montañas, pasando por el rojizo de las aguas del Río Tinto, que ha sido objeto de estudio por parte de la mismísima NASA por su parecido con el planeta Marte.

La mayor parte de este territorio está inscrita en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de Zona Patrimonial. No en vano, ha sido uno de los principales enclaves de la minería europea y de los inicios de la Revolución Industrial en España. Considerada la explotación de cobre y pirita más importante de Europa y una de las más importantes del mundo, la Cuenca Minera ya fascinó a fenicios, romanos y árabes, pero fue la acción de los británicos durante el siglo XIX la que dejó su mayor huella.

Tanto es así, que es precisamente esa comunión entre naturaleza y actividad industrial la que la convierte en un punto de visita obligada del turismo de interior y arquitectónico. Los espectaculares paisajes, algunos de ellos con más de 5.000 años de explotación minera a sus espaldas, impresionan por lo que son, pero sobre todo, por lo que nos cuentan con sólo detener sobre ellos nuestra mirada.

¿Qué visitar?

¿Qué visitar? Parque Minero de Riotinto: Situado en pleno corazón de la Cuenca Minera, este parque muestra cómo la mano del hombre y la actividad minera han cincelado esta comarca. Se recomienda visitar el Museo Minero, acceder a la mina y recorrer la zona a bordo del tren minero construido por los ingleses en 1873.

Más información: http://parquemineroderiotinto.es

Barrio Bellavista: La herencia británica puede verse en este barrio inglés de estilo victoriano, que se conserva casi tal y como lo tenían los dirigentes ingleses de las compañías que explotaban las minas. Los tejados de dos aguas, el bar conocido como Men Only o una iglesia presbiteriana ayudan a realizar un viaje en el tiempo y en el espacio que fascinará al visitante. Ubicado en Minas de Riotinto, en esta zona está la Casa 21, perfectamente conservada y que puede visitarse.

Corta Atalaya: Posiblemente sea el paraje con el que más se identifica la Cuenca Minera. Y también el que más impacta. Algo normal si tenemos en cuenta que esta mina que tiene forma de inmenso cráter tiene un diámetro de 1.200 metros en su parte más ancha y cuenta con una profundidad de 345 metros. Sólo superada en la actualidad por una explotación minera chilena, siempre fue la mayor explotación minera a cielo abierto del mundo, hasta que su actividad cesó en 1994. También se aconseja visitar el cercano Cerro Colorado, aún en funcionamiento, y Peña del Hierro, en Nerva, junto a la que nace el Río Tinto y que cuenta con una galería subterránea de 200 metros de largo.

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