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El Gobierno formaliza su inversión para la segunda línea de Metro de Sevilla y propone ahora que se aceleren las obras

La primera línea de Metro de Sevilla entró en funcionamiento en 2009.

Antonio Morente

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Tras meses de tiranteces y reproches, ya no hay ningún trámite pendiente para formalizar de una vez por todas el convenio entre Gobierno central y Junta de Andalucía para financiar las obras de la línea 3 del Metro de Sevilla, que será la segunda que entre en servicio. El documento se refrendará 14 años después de que entrara en funcionamiento la primera línea del suburbano hispalense, la 1, y justo cuando ha transcurrido un año desde que la Consejería de Fomento presentase en sociedad la actualización del proyecto de ejecución del ramal norte de este trazado, que se completará más adelante con un tramo sur. El paso definitivo –pendiente de ese más definitivo todavía que será la rúbrica por parte de ambas administraciones, para lo que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, propone para ello la fecha del 25 de enero– lo ha dado este martes el Consejo de Ministros al autorizar el convenio que certifica su compromiso de poner 650 millones de euros, el coste de la mitad de una obra presupuestada en 1.301 millones de euros.

Esta formalidad largamente anunciada ha llegado con una sorpresa bajo el brazo que se ha encargado de anunciar el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz (PSOE): el Ministerio de Hacienda (que es el que formalmente pone el dinero) propone “reducir” los plazos de ejecución “si la Junta quiere”, ya que implica “concentrar” las anualidades para “acelerar” las obras. Hay “predisposición” para ello por parte del departamento que pilota María Jesús Montero (PSOE), lo que no es una cuestión menor si se tiene en cuenta que en principio se prevé que los trabajos de este tramo durarán entre siete y ocho años.

De esta manera, y sin perder nunca de vista el contexto de que en mayo hay elecciones municipales, el Ejecutivo central devuelve la presión política la Junta de Andalucía al dejar en sus manos que se acorte o no el tiempo de espera. Así llevan meses ambas partes, anunciando que han cumplido con lo suyo y que la pelota está en el tejado de la otra administración, tal y como ocurrió con las diferentes versiones del convenio, con la pugna por quién paga los trenes, por la utilización o no de fondos europeos... A finales de noviembre el Gobierno central aprobó el techo de gasto que garantizaba su aportación de 650 millones de euros, pero el convenio no se terminaba de firmar y eso lo ha aprovechado este tiempo el Ejecutivo andaluz para sembrar dudas sobre el compromiso real del Estado.

Adelanto de 20 millones de euros

Tal y como recoge el acuerdo, el Ministerio de Transportes realizará una primera transferencia a la Junta de 20,2 millones de euros antes del 30 de junio de 2023 en concepto de anticipo para iniciar las obras. Ya a partir de 2024, las siguientes aportaciones se abonarán antes del 31 de diciembre de cada año en función de las inversiones “ejecutadas y justificadas” por el Gobierno andaluz, para lo que tendrá que acreditar los gastos realizados.

La línea 3 conectará las zonas de Pino Montano y la Macarena con el Prado de San Sebastián (donde enlazará con la 1, la única operativa) discurriendo por la ronda histórica de la ciudad. En total son 8,9 kilómetros –incluidos 1,35 de carácter técnico para llevar los trenes a las cocheras– que permitirán acceder a cuatro complejos sanitarios como son los hospitales San Lázaro, Virgen Macarena y Victoria Eugenia de la Cruz Roja, además del centro de especialidades de María Auxiliadora. En total habrá 12 estaciones: Pino Montano Norte, Pino Montano, Los Mares, Los Carteros, San Lázaro, Hospital Virgen Macarena, Macarena, Capuchinos, María Auxiliadora, Puerta Carmona, Jardines de Murillo y Prado de San Sebastián. La población atendida en este recorrido (que se hará sin tuneladora) se calcula en 120.000 habitantes y se prevén 13,3 millones de viajes al año.

Así que ya está definido este tramo norte de la línea 3 (la parte sur, que conectará con el hospital de Valme, sigue en estudio) y también la financiación, lo que no impide que siga el pulso entre ambas partes por un proyecto en el que todos se quieren apuntar el tanto político. De este modo, y si la Junta ya reclamaba la firma del convenio cuando todavía no estaba ni redactado, el Ejecutivo central dice ahora que la rúbrica “sólo estaría pendiente de los trámites administrativos que tenga que realizar el Gobierno andaluz”, cuando en realidad ya lo que queda es una mera cuestión de agenda: fijar un día para la rúbrica, para lo que la ministra de Transportes ya ha puesto sobre la mesa la fecha del 25 de enero.

A firmar “de manera urgente”

A esta presión ayuda el propio regidor hispalense, después de que se le echara en cara que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), no hiciera ningún anuncio al respecto en su visita a Sevilla el pasado sábado. Muñoz da “por desbloqueado” el asunto, resalta que la inversión estatal es “la mayor” que hace el Ejecutivo en Sevilla “en los últimos años” e insta a la Junta a que acelere la licitación de las obras. De paso, echa más leña en el fuego reclamando un acelerón para los proyectos del tramo sur de la línea 3 y para todo el trazado de la 2. “No podemos esperar a ejecutar cada diez años, esto sería impensable”, ha apostillado.

Y en esta pugna por ver quién se hace con el relato, ¿qué dice la Junta? Pues la consejera de Fomento, Marifrán Carazo (PP), insiste en que lo que hay que hacer de una vez por todas es firmar el convenio “de manera urgente”, porque eso es lo que de verdad “garantiza” y da “seguridad de financiación”. El Gobierno andaluz considera que “ha hecho su trabajo” y que por mucho que se diga desde el otro lado, la famosa pelota la tiene el Ejecutivo central y es el que debe bajarla de su tejado y ponerla en juego. De paso, subraya que cada parte pondrá 650 millones de euros para la obra, pero que a eso hay que sumar los 66 millones del material móvil que abonará la Junta... como al fin y al cabo es su competencia.

Eso sí, Carazo asegura que en febrero comenzarán los trabajos del ramal técnico, en Pino Montano, haya o no haya convenio firmado, un trabajo que ya ha sido adjudicado a la unión temporal de empresas (UTE) conformada por Lantania y DSV Empresa Constructora y Ferroviaria. Este tramo une los talleres y las cocheras con la primera de las estaciones del resto del trazado, para lo que tendrá que cruzar los cauces de los arroyos Tamarguillo y Ranilla.

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