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La Hispalense y la Pablo de Olavide preparan opciones on line en caso del cierre de las universidades por el coronavirus

El rector de la UPO

Carmen Ibáñez / Lucrecia Hevia

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La Universidad Pablo de Olavide y la Universidad de Sevilla se preparan ante una posible suspensión de las clases para prevenir nuevos contagios del Convid-19, después del cese de actividad decretado en las universidades de la Comunidad de Madrid, y de que en la Universidad de Sevilla se hayan confirmado dos casos de alumnas contagiadas por esta gripe. Este plan B consistiría fundamentalmente en la habilitación de sistemas informáticos, de soluciones telemáticas, para facilitar la formación virtual, pero es algo sobre lo que se está empezando a trabajar en este momento y cuya puesta en práctica es compleja.

Tanto la Universidad de Sevilla (70.000 alumnos) como la Universidad Pablo de Olavide (casi 13.000 alumnos) afirman que cuentan con protocolos de actuación ante el coronavirus centrados en la prevención, en las formas de actuar ante la sospecha de posibles casos, el reforzamiento de la limpieza de las instalaciones y en el establecimiento de comisiones de seguimiento para la toma de decisiones ante la evolución de los contagios. También se han establecido canales de comunicación para difundir toda la información relevante entre la comunidad académica y han habilitado en sus correspondientes páginas de Internet toda la información sobre la materia.

En el caso de la UPO, este protocolo se ha difundido este mismo martes entre su comunidad educativa, dos días después del implantado por la US, que hasta ahora ha sido la única universidad andaluza en la que se han detectado contagios.

Igualmente, en la universidad privada Loyola (cerca de 2.000 alumnos) se han puesto en marcha normas que, como en los dos casos anteriores, beben de las recomendaciones de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía en esta materia. Además, se han reforzado las medidas de limpieza e higiene de las instalaciones de todos los centros, sobre todo, en las zonas de contacto, como pupitres y barandillas y zonas comunes como baños, cafetería, bibliotecas o aulas.

Dos casos en la Hispalense

Los dos casos de infección confirmados entre la semana pasada y esta en la Universidad de Sevilla han llevado al decano de la Facultad de Derecho, Alfonso Cortés, a solicitar al Rector de la US valorar la suspensión de las clases. Sin embargo, según Rafaela Caballero, directora del Centro Internacional de la Universidad de Sevilla, y portavoz del centro en esta crisis, no se ha valorado decretar dicha suspensión, al menos inicialmente. La Hispalense acatará lo que dispongan las autoridades sanitarias en este sentido, y no tomará ninguna decisión en este sentido de motu propio.

Sí se está trabajando “sobre todos los escenarios posibles”, ha explicado Caballero a este diario, que ha identificado dos situaciones posibles. La primera de ellas es la actual, en la que hay dos alumnas contagiadas aisladas y en tratamiento, además de 20 profesores (15 de la Facultad de Comunicación y 5 de la Facultad de Derecho) en situación de aislamiento preventivo al haber estado en contacto con las estudiantes afectadas. Todos ellos presentan buen estado de salud, no tienen síntomas y retornarán a sus puestos de trabajo el miércoles de la próxima semana.

En cuanto a la alumna italiana también contagiada, Caballero ha explicado que se ha aislado de forma preventiva a dos alumnos, algunos amigos y compañeros de piso, tras ser analizados por los servicios de Epidemiología de la Consejería de Salud. Esta estudiante dejó de ir a clases el pasado 3 de marzo, por lo que no se considera necesario desinfectar las aulas, si bien, se ha reforzado la limpieza y desinfección en todas las facultades, tal y como contempla el protocolo de actuación de la Universidad de Sevilla.

El otro escenario del que ha hablado Caballero sería una suspensión de las clases como la ocurrida en Madrid. En esta hipótesis trabajan actualmente el Vicerrectorado de Ordenación Académica y el Vicerrectorado de Profesorado. Ambos departamentos se encuentran actualmente diseñando un plan en contacto con todas las facultades para, si fuera necesario, establecer canales de formación a través de la plataforma virtual de la Universidad.

“Están haciendo todo el proyecto, viendo todas las posibilidades, elaborando un protocolo de actuación, los mecanismos a usar y las posibilidades virtuales”, ha acertado a explicar la portavoz de la Hispalense. En cuanto a la posibilidad de que este escenario se activase y afectase al calendario de evaluaciones, “están abiertas todas las posibilidades”, ha respondido Caballero.

Cuarentena voluntaria de algunos alumnos

También en la Universidad Pablo de Olavide se están planteando la necesidad de habilitar herramientas para que la formación académica siga su curso aunque se decrete el cierre de las aulas, según ha explicado este miércoles el rector, Vicente Guzmán. Se estudia la posibilidad de impartir clases virtuales en el caso de que haya que decretar el cierre y, según fuentes del centro, la Universidad cuenta con recursos suficientes para ofrecer una formación online a los alumnos. En todo caso, Guzmán calcula que esta crisis no tiene por qué afectar al calendario de exámenes.

Sobre si afectaría a la convocatoria de elecciones universitarias, “todos los procesos se pueden hacer de forma telemática -explica el rector- excepto la campaña de siete días y la votación”. Aunque confía en que las decisiones “más duras” se tomen antes. Aún así, Guzmán asegura que la Olavide ya ha comprado un software para tener la posibilidad de hacer las votaciones a distancia, aunque afirma que “hay que implantarlo con todas las garantías”.

De momento, en la Pablo de Olavide no ha habido casos positivos, aunque sí ha habido casos cinco casos de alumnos que voluntariamente han querido quedarse en cuarentena voluntaria por haber llegado de zonas de riesgo, y ya se les ha avisado de que no serán penalizados de ninguna forma. En cuanto a los profesores, de seis profesores que han tenido contacto con Italia, dos continúan allí, y otros cuatro se han incorporado sin síntomas y muchos ya han superado los días de incubación.

También sobre la marcha están estudiando la posibilidad de facilitar la formación a distancia de sus alumnos en la Universidad Loyola en Sevilla, con cerca de 2.000 alumnos. Según han explicado fuentes de este centro privado, el Vicerrectorado de Ordenación Académica trabaja en la actualidad con los servicios de Tecnologías para abordar todos los escenarios, desde la ausencia de profesores o alumnos, hasta el cierre total. Sin embargo, la situación es tan incipiente que aún no existe nada concreto porque están justamente ahora elaborando este plan de actuación.

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