La portada de mañana
Acceder
El PSOE convierte su Comité Federal en un acto de aclamación a Pedro Sánchez
Las generaciones sin 'colchón' inmobiliario ni ahorros
Opinión - El extraño regreso de unas manos muy sucias. Por Pere Rusiñol

Sevilla encara un curso político lleno de incógnitas y con sólo los aspirantes a alcaldes de PSOE y PP ya confirmados

Toma de posesión de Antonio Muñoz como alcalde de Sevilla el pasado mes de enero.

Antonio Morente

0

El presidente Pedro Sánchez (PSOE) da este sábado el pistoletazo de salida al curso político en Sevilla, donde arranca la campaña El Gobierno de la gente con la que pretende levantar los ánimos de la alicaída tropa socialista andaluza de cara a las elecciones municipales del próximo 28 de mayo de 2023. Quedan 267 días, pero la contundente victoria del PP el pasado 19J y el preocupante panorama económico han animado al PSOE a ponerse las pilas de cara a unos comicios en los que en clave local está en juego el futuro de la Alcaldía de Sevilla, la principal ciudad de España en la que gobierna. Y para eso ya tiene a su candidato, que no es otro que el actual alcalde, Antonio Muñoz, que por ahora sólo conoce al que será su principal antagonista, José Luis Sanz, que liderará la candidatura popular.

Y es que PSOE y PP son las únicas formaciones que ya tienen decididos (aunque no formalmente refrendados) a sus cabezas de cartel, todo ello en un contexto en el que los partidos más a la izquierda no saben ni cómo ni cuántos se van a presentar, mientras en Ciudadanos están más pendientes de recomponer la figura que de las municipales y en Vox están a la espera de lo que determine Madrid, que es donde se toman todas las decisiones. Lo cierto es que pocos de los aspirantes que litigaron en 2019 repetirán, si es que lo hace alguno: los únicos veteranos que pueden repetir son Álvaro Pimentel con Ciudadanos (que todavía está deshojando la margarita de si vuelve a ser candidato o no, con más opciones para lo segundo) y Cristina Peláez con Vox, sobre la que en principio no se dice ni que sí ni que no.

El caso es que el curso político en Sevilla ha arrancado a toda máquina, porque al acto de Pedro Sánchez le ha precedido esta misma semana la convocatoria para octubre de un congreso extraordinario del PP para descabalgar a su actual presidenta provincial, Virginia Pérez, que por cierto fue la principal valedora de José Luis Sanz como candidato. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, se hace así con el control provincial del partido y mantendrá a Sanz como aspirante a la Alcaldía pese a que no era su opción y a que sigue sin concitar la unanimidad entre los suyos, con agujeros como un grupo municipal que sigue fracturado. Moreno, por cierto, lo avaló como candidato hace casi un año con un peregrino paseo por el centro de Sevilla y un posado ante la fachada del Consistorio hispalense.

Como el escenario del 19J que no se cumplió

Con Sanz (senador y exalcalde de Tomares) el PP hizo una excepción y adelantó los tiempos para presentarlo como candidato antes de una proclamación formal que todavía no se ha producido, como también ocurre con el aspirante a permanecer en el cargo, el socialista Antonio Muñoz, alcalde desde el pasado mes de enero tras formalizar su renuncia Juan Espadas para liderar el PSOE andaluz. A pesar de ello, tanto el propio Espadas como el secretario general provincial, Javier Fernández, han reiterado que será el candidato y así lo han avalado también miembros de la Ejecutiva Federal.

Como punto de partida, el PSOE considera que las municipales serán un punto de inflexión y que acabará su mala racha, mientras el PP, subido en la ola del 19J, no hace más que pregonar que soplan aires de cambio en muchas alcaldías y, cómo no, en la de Sevilla. Como punto de partida, nadie contempla que pueda producirse en las urnas una victoria por mayoría absoluta, con lo que ahí entrarían en juego las posibles alianzas del PSOE con las formaciones más a su izquierda y del PP con Vox, porque se da por hecho que desaparecerá de la política municipal sevillano un Ciudadanos que todavía no sabe no ya el candidato, sino incluso el nombre con el que concurrirá a estos comicios.

El escenario que se dibuja a priori es el mismo que se planteaba con vistas al 19J, y no hace falta recordar que la mayoría absoluta de Moreno se encargó de tirar por tierra unas previsiones que sólo acertaron plenamente al aventurar el naufragio definitivo de Ciudadanos. Pero como también ocurrió de cara al 19J, está por ver cuántos partidos de izquierda se presentarán y si fructificará alguna alianza, después del fracaso de la fórmula de Adelante Sevilla: Podemos e IU enfrentados, expulsión de una concejal morada, empujones para desplazarse unos a otros... Lo cierto es que no repetirán en las listas ni la candidata en 2019, Susana Serrano (Podemos), ni Daniel González Rojas, la cara más visible de IU, cuyas bases ya han apuntado al exparlamentario Ismael Sánchez como su candidato a la Alcaldía. A la espera también de la reflotada Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez y de Más País, el puzle por este lado está tan desordenado como siempre.

Mirando a izquierda y a derecha

Y mientras en el PSOE cruzan los dedos para que las aguas a su izquierda se calmen, conscientes de que ahí también se juegan parte de sus opciones, en el PP tienen que terminar de cerrar heridas internas y luego poner todas las velas en el altar de Vox, asumiendo que Ciudadanos no estará en la ecuación al margen de si Álvaro Pimentel repite o no como candidato. La formación de ultraderecha, por su parte, tiene que designar candidatos que agiten el tablero tras su estancamiento el 19J y el tumultuoso adiós de Macarena Olona. De partida, el mensaje es el mismo que en junio: pactará, pero quiere entrar en el gobierno de turno.

Con todas estas piezas se apuran los últimos meses de una legislatura atípica, descafeinada desde que Espadas ganó las primarias socialistas en junio de 2021 y se supo que se iba, mientras el PP se cobraba la cabeza de su entonces portavoz municipal, Beltrán Pérez, dentro de sus cuitas cainitas. El PSOE fía sus opciones a los proyectos en marcha, a pescar votos en Ciudadanos y al escaso tirón que considera tiene José Luis Sanz, mientras el PP también cuenta como suyos los sufragios naranja y ha hecho de la suciedad de la ciudad el eje principal (y casi único) de su labor de oposición. Los socialistas consideran que tendrán mucho ganado si terminan las obras a tiempo, le dan la vuelta a la cuestión de la falta de limpieza y no se queman en incendios como el del ficus centenario de la iglesia de San Jacinto. A partir de ahí, todo dependerá de los posibles pactos. O no, como ya demostró el 19J...

Etiquetas
stats