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“El cáncer estaba, está y estará cuando termine el COVID-19”

Visita a la exposición ‘+Investigación, +Vida’

Madalina Panti

27 de enero de 2021 22:57 h

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El aumento poblacional, las técnicas de detección precoz y el aumento de la esperanza de vida han acrecentado en los últimos años la aparición de ciertas enfermedades como el cáncer, convirtiéndose en una de las más comunes y mortales por su prevalencia durante los años. 

Una de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres desarrollarán cáncer en España a lo largo de su vida según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). El número y los tipos de tumores han ido en constante aumento durante los últimos 20 años aunque la tasa de supervivencia se ha incrementado un 20% gracias a la investigación oncológica, la prevención, el diagnóstico precoz y los avances terapéuticos y tecnológicos según recoge la SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) en el 2019. 

AECC, con la colaboración del centro comercial Gran Casa, presenta la exposición  +Investigación, +Vida” con una muestra de 56 carteles para reivindicar el papel de este tipo de proyectos centrados en aumentar la calidad de vida de los pacientes que lo sufren.

Fotografías de centros de investigación o paneles con diversos proyectos y mensajes que desarrolla la asociación en la comunidad sirven como reflexión, “cumple una doble visión, para concienciar a la población de la importancia de lo que supone el cáncer y de lo frecuente que es y para trasladar a la sociedad los avances y el hecho de que está en manos de todos poder ayudar a superarlo. Todo el mundo puede hacer un pequeño esfuerzo y apoyar de alguna manera la causa y la suma de esos pocos acaba suponiendo que somos la entidad privada que más dinero recibe” afirma el presidente de AECC Aragón, Patxi García. 

De manera didáctica, a través de los códigos QR, también se puede acceder a información extra, testimonios o videos que dejan evidencia los retos de los proyectos. Todo ello afianza el compromiso por la investigación y por la ciencia, para concienciar sobre la cantidad de proyectos existentes en materia oncológica. En España, se han abierto en la última década más de 2.000 ensayos clínicos con nuevas moléculas para distintos tumores. Más del 80% se llevaban a cabo en colaboración internacional. AECC por su parte ofrece apoyo actualmente a 400 proyectos en toda la península con una inversión de 79 millones de euros y con la participación de más de 1.000 investigadores. Además estiman que si se paraliza la investigación, 1 persona moriría de cáncer cada dos segundos.  

Sin embargo la gran mayoría procede de donaciones privadas, es por ello que también se reivindica más inversión pública en este ámbito. Según el último informe de la Comisión Europea de 2020, en nuestro país se destina por debajo de 1,3% del PIB en investigación y desarrollo, frente al 3% que dedican países como Suecia que es líder en el campo, seguido por Dinamarca, Finlandia o Países Bajos.  Además, con la reciente situación, los efectos económicos también han hecho mella. “Los centros estuvieron cerrados porque estuvimos confinados, no tenían autorización para desarrollar la actividad como muchas otras. Ha habido menos inversión por sosegar la situación y en 2021 se nota esa falta de financiación pública. No digo que no se tenga que destinar en la COVID, hay que hacerlo y requiere que se destinen los recursos necesarios para atajarla pero sin retirarlo de otras enfermedades. El cáncer estaba, está y estará cuando termine la COVID y hay que atenderlo” demanda García, de AECC. 

Con ayuda de la asociación y una fundación de Reino Unido, investigadoras como Patricia Sancho, del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS), tienen la oportunidad de recibir ayudas y coordinar proyectos pioneros. En su investigación, dedicada a estudiar el cáncer de páncreas, uno de los más letales, intenta que este no siga creciendo y se disemine por el cuerpo “matándolo de hambre”, según explica. Es un proyecto de 3 años y ha pedido una extensión debido a la situación actual. “No es solo que tu pierdes ese tiempo, cuando esto pasó tuvimos que sacrificar muchísimos animales que teníamos ya hechos en experimentos...Trabajo, vidas animales y dinero a la basura, aún estamos sufriendo las consecuencias”. 

Ansiedad, miedo y aislamiento

Las consecuencias de la pandemia provocada por el coronavirus no solo ha implicado efectos económicos, sino que deriva en problemas con diagnósticos tardíos o la imposibilidad de realizar el tratamiento. Además, la carga emocional ha sido abrumadora para este colectivo de riesgo. “Han pasado por mucha ansiedad, había un miedo atroz a salir de casa y contagiarse, había gente que dejaba incluso de asistir a sus citas médicas y cada vez que se produce una nueva ola de contagios, hay ansiedad y preocupación. No todos lo pacientes son iguales, pero muchos tienen inmunodepresión, sumado al aislamiento, al miedo de tener que guardar la distancia social ha supuesto que hayan vivido tremendamente solas y para una persona que está sola si además tiene cáncer y miedo, lo pasa especialmente mal” explica el presidente de AECC Aragón. 

En ese aspecto AECC, con más de 67 años de experiencia en la lucha contra estas enfermedades, desde el apoyo o la sensibilización, sigue ofreciendo atención a nivel psicológico, social y de acompañamientos de voluntariado aunque sea a través de plataformas digitales. Desde hace tiempo, el número de teléfono 900 100 036, es gratuito y está operativo las 24h del día, 7 días a la semana para ofrecer atención a los pacientes y familiares. 

Las consecuencias positivas de la pandemia también existen, una de ellas es la mayor valoración por parte del público de los científicos. “Parece que la gente se ha dado cuenta de que existimos, que estamos allí, trabajando. Como comunidad científica hemos trabajado muchos años en la sombra y no hemos dejado al público general ver a lo que nos dedicamos, que hacemos y ahora no ha quedado de otra, entonces el público ha empezado a interesarse un poco más por la ciencia, lo veo a diario” reconoce Sancho. 

Ser mujer e investigadora

Sin embargo, a pesar de que se ha otorgado conocimiento al gremio, las investigadoras todavía tienen que superar la barrera de ser mujer en las profesiones científicas. La importancia de perspectiva de género se ha manifestado a lo largo de estos años y también se ratifica en este campo más allá de la celebración del 11-F, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Según datos de Naciones Unidas, menos del 30% de los puestos de investigadores son ocupados por mujeres. La Asociación Española de Investigación Contra el Cáncer (ASEICA), especifica aún más, sólo dos de cada diez puestos de responsabilidad en el campo del cáncer están liderados por ellas. Aunque en España recientemente se intenta dar pasos para eliminar la brecha de género como el Observatorio de Mujeres, Ciencia e Innovación creado en 2019, se siguen reclamando planes concretos para incrementar la presencia de la mujer en la ciencia o la sanidad. 

Patricia Sancho, evidencia la diferencia entre hombres y mujeres en estas carreras profesionales, “desde bien pequeña me quería dedicar a esto, estudié biología y había 100 mujeres y 5 hombres y en comparación ahora en donde estoy, las mujeres representan tan solo un 25% aproximadamente, han caído muchas por el camino”. Relata que estas cifras se pueden deber a la decisión de formar una familia o lograr una estabilidad en un sitio fijo porque la profesión también empuja al desarrollo en el extranjero. Además reivindica la precariedad de este trabajo, “se puede vivir pero no hay una estabilidad, tengo 42 años, llevo enlazando contratos de corta duración, de 2 o 3 años y aún a día de hoy no tengo un contrato estable ni lo voy a tener en los próximos años” lamenta. 

El cáncer tampoco prevé una estabilidad ni su fin pronto, aunque el futuro para los investigadores se muestra optimista, en parte gracias a los avances tecnológicos. “Podemos tener esperanza pero hay que distinguir curar el cáncer no es curar una enfermedad, es curar 200 enfermedades. Cada uno es diferente, todo esto va tirando hacia una medicina más personalizada y ahora se está avanzando. Vamos bien pero quedan muchos años de trabajo por delante” reafirma Sancho. 

Al mismo tiempo, la responsabilidad individual y colectiva también necesitan avanzar a la par que se necesita una estrategia nacional, “es un problema que atañe a toda la sociedad y solo con un compromiso social de verdad, en su conjunto hará posible avanzar en su conocimiento. Si somos capaces de comprometernos y de destinar los recursos necesarios a la investigación, hacia el año 2030 puede haber un 70% de supervivencia” declara García. 

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