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“Menos del 15% de las exposiciones en salas públicas son de mujeres artistas”

Chus Tudelilla

Ana Sánchez Borroy

Zaragoza —

Chus Tudelilla (Logroño, 1961), historiadora y crítica de arte, está al frente de La Casa Amarilla, una galería de arte actual y librería dedicada al ensayo que ha colaborado con la Asociación Cultural Nómadas por la Creación para crear un Observatorio de Género en las Artes Visuales en Aragón. Acaban de presentar su primer informe.

¿Qué resultados habéis recopilado con el primer Observatorio de Género en las Artes Visuales en Aragón?

El dato más destacado de este primer informe es el bajo cumplimiento de la Ley de igualdad en la programación de las salas de las administraciones públicas: el porcentaje de exposiciones de artistas mujeres está por debajo del 15%. La iniciativa privada sí cumple con una exigencia mínima del 40 % de presencia de mujeres artistas; aunque, a estas alturas, tendríamos que reclamar ya un 50 %. Por tanto, es especialmente llamativo el bajo cumplimiento en materia de igualdad en las programaciones de las administraciones públicas. Con este primer informe, no entramos a valorar la política de programación de cada una de las salas con las que hemos trabajado, sino que pretendemos dejar en evidencia los números para, a partir de ahí, trabajar y valorar la programación.

¿Lo imaginaban? ¿Resulta llamativo que sean precisamente las administraciones públicas las que menos cuidan la paridad en la programación de artistas?

Sí, es llamativo. Realmente, a nosotros no nos ha sorprendido porque estamos atentos a la programación de las diferentes salas de exposiciones públicas, privadas, museos, centros de arte, galerías... es el ámbito en el que nos movemos. Precisamente, por ser conscientes de esa situación es por lo que decidimos ponerlo en cifras. No queríamos sensaciones, sino clarificarlo.

¿Podría haber algún criterio artístico que justifique que se programe menos a mujeres artísticas?

Ninguno. Yo creo que, además, no se hace conscientemente; me da la sensación de que más bien es algo que está en el ADN. En las programaciones institucionales, yo creo que las personas encargadas de programar no piensan en que se está produciendo esa desigualdad. No sé cuáles son los criterios que se siguen en las instituciones a la hora de programar, solo que se tienen en cuenta otros criterios que no son estrictamente artísticos; por ejemplo, que los artistas hombres son más conocidos. Desde luego, estas programaciones tan alejadas de la paridad entre artistas hombres y mujeres no obedecen a criterios artísticos; si así fuese, estoy convencida de que el número de mujeres protagonizando exposiciones sería numerosísimo, quizá incluso mayor que el de hombres. No estoy exagerando. Por ejemplo, en La Lonja de Zaragoza se hicieron cuatro exposiciones en la temporada pasada, tres individuales y una colectiva. En la colectiva sí había mujeres, aunque no fuera al 50%. Las tres exposiciones individuales eran de artistas hombres; desde luego, si fuera por criterio de valoración de la obra y del curriculum de los artistas, hay mujeres artistas que superan con mucho a los seleccionados, en cuanto a proyección nacional e incluso internacional. De lo que estoy convencida es de que no se cumplen los compromisos de buenas prácticas y de que no se siguen exclusivamente criterios de calidad artística.

¿Se notan diferencias entre unas administraciones y otras?

No demasiado, lamentablemente. El Ayuntamiento de Zaragoza tiene 8 espacios expositivos; cuatro de ellos programan con un criterio de 50% de artistas hombres y 50%, mujeres. Pero La Lonja, que es el espacio principal, está muy por debajo de ese porcentaje; el Centro de Historias, muy por debajo; el Pablo Gargallo, también… Entonces, en las salas principales, a las que van a acudir todas las personas que residimos en la ciudad o quienes nos visitan, es complicado encontrar obras de mujeres artistas. Lo mismo ocurre en el Gobierno de Aragón. Por ejemplo, en el Museo de Zaragoza se realizó una exposición colectiva con alguna mujer; ya no hubo más programación de artistas mujeres. En el Pablo Serrano, en toda la programación solo hubo una exposición de una mujer. En la Universidad de Zaragoza, ocurre lo mismo: hubo una exposición de una mujer, pero no en las salas principales, que son la Sala Saura y la Sala Goya, sino que fue en la Sala África, que es una sala menor, también está en el edificio Paraninfo, pero no ocupa el lugar principal. Lo mismo que en La Caixa, por ejemplo, donde tampoco las obras de mujeres artistas ocupan el lugar principal. ¿Quiere esto decir que no hay mujeres artistas capaces de exponer ellas solas con su obra en esas salas principales? Por supuesto que las hay. Exactamente igual. En cambio, en las galerías de arte o en otras salas de entidades privadas sí se alcanza ese porcentaje del 50% en programación de mujeres artistas o incluso se supera.

Precisamente, el informe también refleja desigualdad entre hombres y mujeres en cuanto a los espacios que ocupan sus trabajos...

Sí, es interesante comprobar cómo las mujeres ocupamos lugares secundarios o, directamente, se nos concentra con otros colectivos que subrayan que la mujer va directamente relacionada con cuestiones sociales. Es decir, encontramos los trabajos de mujeres artistas en la programación de centros culturales, entre los diferentes colectivos con programación de marcado acento social. Y no lo entiendo, porque las mujeres artistas no han de ocupar solo ese lugar. De esta forma, directamente, se las reduce a un colectivo, con lo que las exposiciones de mujeres no ocupan las salas principales de la ciudad, sino las salas de centros culturales, que tienen una programación de marcado contenido social, con colectivos desfavorecidos. Con la excepción de la Sala Juana Francés de la Casa de la Mujer, los espacios expositivos que cuentan con mayor presencia femenina no son específicamente artísticos. Es incomprensible.

¿Hay diferencias entre lo que ocurre en Zaragoza capital y otras poblaciones más pequeñas?

No especialmente. Lo único es que en Zaragoza hay mayor número de salas de exposiciones y galerías, tanto privadas como públicas. Fuera de Zaragoza solo hay una galería: La Carbonería, que está en Huesca; en Teruel, no hay ninguna. El Museo de Huesca es el único que cumple con la Ley de Igualdad; solo con una exposición de una mujer ya lo consiguió, no se trata de hacer operaciones complicadas en busca de mujeres. Eso es precisamente lo que hemos de superar: no se trata de buscar, las mujeres artistas están ahí.

¿Los resultados que habéis recopilado son similares a los que aparecen en otros estudios que analizan la presencia de mujeres en el arte en toda España?

Si hacemos la comparativa con otros estudios, se llamen observatorios o no, que se han realizado en otros lugares de la geografía española, los datos son similares. Por tanto, hay pocos estudios, pero no nos diferenciamos demasiado del resto. De todas maneras, en este primer estudio, no se trata de compararnos con nadie, sino de recopilar qué estamos haciendo aquí, que bastante tenemos.

¿Cómo se resuelve esto? ¿Con formación en género para los programadores?

Primero, teniendo muy claro que no hay que buscar artistas mujeres, sino que ya están ahí. Se trata de programar según el documento de buenas prácticas firmado por los profesionales de todos los ámbitos. La responsabilidad recae en las personas que programamos tanto en espacios públicos como en espacios privados. Si alguien de estas personas responsables considera que tiene que hacer un curso, pues que lo haga, pero yo creo que no se trata de hacer cursos sino de prestar atención para corregir una tendencia que este año sigue la misma pauta.

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