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Cómo trabajar en comunidad para conseguir un pueblo digno y accesible

Miguel Barluenga

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Ixambre, palabra aragonesa que significa ‘enjambre’, da nombre a una manera de organizar el trabajo en las zonas más despobladas para que nadie sea más o menos importante que el de al lado. La cooperativa Ixambre se encuentra en la localidad aragonesa de Artieda y se mueve en pos de que trabajar en el pueblo sea digno, estable y accesible, con una gestión lo más democrática posible. Asesoran a entidades locales, empresas y asociaciones desde el pueblo y para los pueblos, y dan servicio de consultoría, formación y gestión especializados en el medio rural.

Desde 2020, Ixambre gestiona las instalaciones turísticas municipales del pueblo: el albergue, el restaurante y el camping de Artieda. Asimismo, ofrece servicios de acompañamiento psicosocial y formación en intervención social crítica. Ixambre se gestó desde un análisis de la realidad más cercana y nace para transformarla desde la práctica. “Por eso más que una misión y visión empresarial, tenemos unos objetivos y unos medios para conseguirlos”, aseguran, a la vez que invitan a formar parte a todos los habitantes del pueblo que quieran participar en su asamblea general como socios colaboradores con voz y voto.

Las gestión de cada negocio mantiene su independencia y corresponde a las personas que trabajan en él, pero las decisiones importantes se toman en conjunto. Todos los socios trabajadores cobran lo mismo por ese trabajo, y el precio por hora se fija en la citada asamblea general. Ixambre no reparte sus beneficios, sino que periódicamente decide en asamblea a qué destinarlos. El beneficio puede reinvertirse en los proyectos existentes para mejorarlos, consolidarlos y hacerlos más competitivos; o en nuevos negocios que puede proponer cualquier persona socia trabajadora o colaboradora que quiera trabajar en ellos.

Los negocios de la cooperativa se fijan al territorio a través de su propiedad colectiva, pues son del conjunto de la organización. Cuando una persona decide abandonarla, debe formar a otras para que puedan ocupar su puesto. El trabajo de organización de la cooperativa está remunerado al mismo precio por hora que el resto de trabajos productivos. Según su libro de estilo, si algún día disfrutan de la suficiente solvencia económica también remunerarán los cuidados a familiares o comunitarios o la militancia en organizaciones sociales y políticas.

Los beneficios se pueden invertirse en la adquisición de negocios del pueblo ajenos a la cooperativa que no tengan relevo, y se realizan asambleas para presentación de propuestas de inversión abiertas a todos los socios y socias. Los colaboradores, sin trabajar directamente para la cooperativa, contribuyen a este fin participando en la toma de decisiones importantes y apoyando desde la comunidad que es el pueblo.

Varios proyectos confluyen en Artieda. Empenta Artieda es un proyecto de investigación y acción participativa que trata de dar soluciones desde el municipalismo y la autogestión al problema de la despoblación que afecta a todo el medio rural. Un problema agravado en el caso de Artieda por la afección que le supone el proyecto de recrecimiento del embalse de Yesa, un proyecto en marcha desde hace 22 años que sigue siendo una sombra que acecha al pueblo.

El proyecto nació a principios del año 2017 por iniciativa del ayuntamiento de Artieda y ya cuenta con resultados satisfactorios en el municipio. En la actualidad, el desarrollo del proyecto continúa y otros pueblos están testando el diseño para probar su aplicación en contextos similares. Basándose en una metodología horizontal y participativa, Empenta Artieda no se concibió como un agente externo al pueblo que lo tratase como un objeto pasivo de estudio al que solucionar sus problemas. Su objetivo es incorporarse a las dinámicas locales para conseguir que la comunidad sea el sujeto activo que inicie y dé forma a un proceso de reflexión sobre su propio futuro, encontrando sus propias soluciones a los retos que se afrontan.

Con la participación de muchas personas del pueblo se realizaron más de 40 propuestas que hicieran de Artieda un lugar más atractivo para vivir y lo prepararan para la llegada de nuevas personas. Estas propuestas y su calendarización dieron lugar a un informe técnico como marco de referencia que no fue concebido como un documento estático sino como herramienta útil para la práctica, abierta a modificaciones de los propios participantes.

Tras la evaluación realizada a principios de 2019, el proyecto Empenta Artieda continúa con dos horizontes opuestos aunque complementarios. El primero, recoger nuestra experiencia y sintetizar la metodología utilizada, facilitando así que otras personas afectadas por la despoblación, de cualquier lugar de Aragón o del mundo, puedan empentar sus pueblos y llenarlos de vida, con el convencimiento de que la autogestión, la horizontalidad y la soberanía del territorio son principios clave para solucionar los problemas sociales.