El Partido Popular ha acusado al Gobierno asturiano de mantener en secreto durante casi dos meses la suspensión del programa anual de control del lobo en Asturias. Según el diputado responsable de Medio Rural, Luis Venta Cueli, el Ejecutivo “decidió callarse y hacer como que aquí no pasaba nada”, una actitud que considera “inaceptable, opaca y profundamente lesiva para los ganaderos asturianos”.
La paralización se produjo, según el PP, a raíz de un recurso presentado por Verdes por Asturias-Equo contra la resolución del 28 de abril con la que se aprobaron las actuaciones de control del lobo, y que no habría recibido respuesta en el plazo previsto por parte de la Consejería de Medio Rural.
Venta dice que “no cuentan la verdad”
Venta reprocha al consejero del área que “en distintas ocasiones ha sido interpelado sobre el plan anual de control y decidió no contar la verdad”. Por ello, exige que el Gobierno “explique a todos los asturianos los motivos de la paralización y por qué no se informó ni a los ganaderos ni a las organizaciones agrarias”.
El diputado popular subraya que “mientras los daños en las explotaciones se multiplicaban y los ganaderos pedían actuaciones urgentes, el programa estaba suspendido sin que nadie lo comunicara”. A su juicio, “se estaba engañando al sector mientras el Gobierno miraba hacia otro lado”.
Una situación que no cambia
Siete meses después de la salida del lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), Venta considera que “la situación no ha cambiado absolutamente nada”, y acusa al Ejecutivo de Adrián Barbón de “seguir protegiendo al lobo frente a los intereses legítimos de los ganaderos”.
“El Gobierno del Principado es antiganadero y más preocupado por contentar a los grupos ecologistas que por defender al campo asturiano”, concluyó.
Sin datos provisionales
El consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos, defiende que los datos de control del lobo se darán a conocer en marzo, una vez que concluya el plan anual. El Principado volvió a dar luz verde a los controles poblacionales, que consisten en matar lobos en aquellas zonas donde se hayan registrado ataques a la cabaña ganadera, nada más conocerse que el animal quedaba fuera del LESPRE. Los grupos ecologistas se posicionan en contra de esta forma de control.