La calma tensa se ha instaurado en Zarréu, en el municipio de Degaña, y casi asfixia. Cuando se acaba de cumplir medio año del accidente que acabó con la vida de cinco mineros y dejó gravemente heridos a otros cuatro por una explosión de grisú en la mina, pocos confían en que se esclarezca la verdad. En Zarréu hay miedo. En 2022 ya se produjo un accidente laboral en esta explotación, falleció un trabajador y otro sufrió graves heridas. Los trabajadores transportaban carbón ilegal en un camión.
Aunque las investigaciones están en marcha (la judicial y la de la Junta General), pocos se atreven a señalar a un culpable del accidente ocurrido en marzo. Eso sí, lo que nadie niega es que se estaba extrayendo carbón y que en la mina había “más movimiento del que tenía que haber”. A la empresa Blue Solving, que era la que explotaba la mina ya cuando se produjo el accidente en 2022, el Principado le dio un nuevo permiso de investigación en el año 2023 para labores de investigación. Y con ese permiso explotaban la mina en Degaña.
La minería ha sido históricamente la forma de vida de este concejo en donde pocos se atreven a hablar porque, como explican a micrófono cerrado, temen represalias. “Al final aquí vivimos de esto”, explica un vecino del pueblo en el bar. En la misma mesa, otros dos vecinos, jubilados mineros, miran por el cristal hacia fuera. Nadie quiere dar su nombre. “La verdad la sabemos todos, pero hay intereses enfrentados”, apuntan. Y el tema queda aparcado, como si de lo que no se habla no ocurriese.
“No se hacían las cosas bien”
La calle principal de Zarréu está desierta. Lejos quedaron los tiempos en los que la mina daba trabajo y trabajo, cuando en la localidad llegó a haber veintiocho bares y se respiraba el dinero. En medio de ese silencio que se ha impuesto como una losa tras el accidente, alza la voz Ramón Fernández, minero jubilado y que sabe bien de lo que habla porque trabajó durante veinte nueve años en la mina en la que se produjo la explosión. “Está claro que las cosas no se hacían bien y que se estaban haciendo extracciones ilegales. Los fallecidos eran chavales jóvenes”.
No le entra en la cabeza a Ramón que en el año 2005 fallezcan cinco personas por una explosión de grisú. “No se estaba haciendo la ventilación. El accidente fue un lunes y el compresor de ventilación tenía que estar encendido desde el domingo. Cuando hay grisú enseguida te das cuenta de que la luz del casco, que es blanca, se vuelve amarilla”, relata. Ramón Fernández dice que los mineros viven “acostumbrados” a los accidentes pero que este, el de marzo, “fue una auténtica desgracia y no se puede permitir que ocurra a estas alturas”. Y antes de marchar, Ramón apostilla. “Si no llegamos a saber la verdad es que no hay justicia”.
“El problema es que la mina cerró”
Sale el sol en Zarréu y parece que ilumina a un pueblo que tiene la mirada triste. Los cinco mineros fallecidos eran conocidos, gente joven con familia y futuro por delante. “El problema es que nadie quiere saber nada. No se habla del tema. Ojalá se esclarezcan las cosas, pero tenemos poca confianza, es cierto que nadie quiere hablar”, asegura Eliazar Menéndez, vecina de Zarréu. Lo que si reconoce esta vecina es que en la mina “había bastante movimiento”. No le cuadra a Eliazar que una investigación requiera de“ tanto trae y lleva”.
En el bar han quedado los tres amigos tomando un vino, y han zanjado el tema casi de inmediato. “El problema es que la mina cerró”, se escucha en voz baja. Dice Argentina Sil que ella, que lleva 51 años viviendo en Zarréu, no escucha ni palabra del accidente. “Preguntas y nadie te responde”, y entonces ella, sigue su vida y su rutina en un pueblo en el que ahora “ya no queda nada”. La sensación del futuro perdido asfixia a Zarréu y a todo el concejo de Degaña, porque no se vislumbra otro futuro económico para este municipio del interior que no esté vinculado a la mina. Lamentan ser noticia precisamente por la muerte de cinco mineros.
El tema ha salido en la mesa que comparten Argentina y su amiga Domitila Álvarez. ¿Qué pasó en la mina, confían en que se esclarezca la verdad? Y Domitila acerca la banqueta de un tirón y habla sin ningún miedo. “Lo que pasa es que las subvenciones se dan a las empresas de forma irregular y luego se tienen a los trabajadores con migajas. El accidente se puedo evitar, claro que se puedo evitar”.
Más atrás, Coco de 84 años y también vecino de Zarréu se remueve. “Lo que pasa es que estaban haciendo las cosas de extranjis, eso es lo que pasaba, y el gobierno no quiere que se sepa”, relata.
La mina se “caía a cachos”
Lo cierto es que las declaraciones de los diferentes expertos que han declarado en la comisión de investigación que se está llevando a cabo en la Junta General no hacen más que afianzar las cábalas de los pocos vecinos que si hablan en Zarréu. Una explotación anticuada que “se caía a cachos”, en palabras del Jefe del Servicio de Minas, Santiago Berjano; incumplimientos reiterados por parte de Blue Solving, extracciones ilegales y cinco personas muertas.
Un pueblo que prefiere el silencio porque saben que el futuro pinta negro en Degaña sin la mina. En Zarréu quedan cuatro bares abiertos.