Hace más de mil años me licencié en Derecho. Trabajé durante décadas como asesor del Defensor del Pueblo. Y en ratos libres fui actor, escritor y pintor de retratos. Pero no soy nada de eso. Solo sé que “yo soy”: lo aprendí de Nisargadatta, mientras me dedicaba a echar pan a los patos en compañía de mis nietos.