Las autotransfusiones pueden provocar la muerte
El perito de la Agencia Mundial Antidopaje y experto en medicina deportiva, Yorck Olaf Schumacher, ha asegurado que las transfusiones sanguíneas, como las autotransfusiones empleadas por Eufemiano Fuentes, “pueden provocar la muerte”, ya que suponen “un desafío para el cuerpo humano”, dentro de su declaración en la que ha derrumbado todos los argumentos médicos expuestos por el doctor canario durante el juicio oral de la 'Operación Puerto'.
“En la bolsa de sangre unas células viven y otras mueren. Las células muertas y los residuos de la bolsa vuelven al cuerpo en la reinfusión. Pueden surgir complicaciones, una reacción inmunológica a una transfusión puede ser fiebre con sensación de mucho calor o mucho frío y si no es tratada puede llevar al fallo orgánico, porque los residuos bloquean los órganos y pueden provocar la muerte. Otra consecuencia común es una lesión pulmonar aguda, pasa en una de cada mil transfusiones y un 3-5 por ciento de las veces es letal”, explicó Schumacher.
Durante su declaración, en calidad de testigo, subrayó que los argumentos de Fuentes para emplear las autotransfusiones “no tienen ningún sentido” y generan “riesgos innecesarios para la salud” desde un punto de vista científico, más aún si se realizan en plena competición, porque “el sistema inmunológico está más débil y cualquier procedimiento representa más peligro”.
El pasado miércoles, Jesús Manzano relató las consecuencias de una autotransfusión practicada en Valencia por Walter Virú, médico del Kelme al igual que lo fue Eufemiano Fuentes. El ex ciclista narró un episodio en el que sufrió un frío intenso cuando subió a un tren tras el tratamiento y que Virú tuvo que sacarle del vagón para volver a su clínica y tratarle con abundantes corticoides. “He leído la declaración de algún testigo, no recuerdo su nombre, que encaja con los síntomas que he descrito”, señaló Schumacher en un momento de las cinco horas que se prolongó su declaración.
La jornada en el Juzgado de Lo Penal número 21 de Madrid estuvo monopolizada por cuestiones técnicas siempre en torno a la sangre: a su definición, su uso médico, sus condiciones de conservación, transporte o manipulación, los aspecto legales que rigen las extracciones y reinfusiones... Era un tema quizá apartado del foco de interés para el público, centrado en desvelar nombre de deportistas asociados a la trama de dopaje, pero capital en un juicio donde se está juzgando un delito contra la salud pública.
“Las autotransfusiones no son recomendables”
Interrumpida el miércoles por problemas de traducción, la declaración del perito se reanudó contestando las preguntas de la abogada de la AMA, Berta Aguinaga, representante de la acusación que había citado al médico procedente de Doha (Catar), donde trabaja en el Hospital Aspetar de Ortopedia y Medicina Deportiva, y que ya tenía experiencia anterior en un juicio celebrado hace tres años. Además, trabaja como “experto independiente” en la elaboración del pasaporte biológico de la Unión Ciclista Internacional (UCI).
De esta forma, se reafirmó en que las extracciones de sangre de medio litro o más, como las que practicaba Eufemiano, “trastornan el funcionamiento del cuerpo”, ya que generan “efectos secundarios como baja presión, fatiga o mareos”. Además, recordó que “no es comparable una analítica normal, en la se extrae menos del uno por ciento” de sangre, con extracciones como las que practicaba Fuentes, en las que se llegaba a sacar “el veinte por ciento el volumen total de sangre”, ya que “cuanta más sangre te extraen es más peligroso para el cuerpo”.
Además, explicó que las autotransfusiones o transfusiones autólogas solo se usan en el ámbito médico para cirugías programadas, nunca de urgencia. “Hoy en día, la autotransfusión no se recomienda ni siquiera en estos casos porque se sabe que no es bueno para el paciente. Es costoso y hay pruebas claras de que supone un riesgo y no mejora la supervivencia si se administra en momentos concretos. Se usan en casos de personas con creencias religiosas que les impiden usar la sangre homóloga (de otra persona). Pueden elegirlo, pero no se recomienda en términos científicos”, detalló.
Aplicado al ciclismo, argumentó que las autotransfusiones “no tienen sentido”. “Los ciclistas compiten por todo el mundo y logísticamente es muy complicado, es mucho más costoso el almacenamiento y la preparación. Y el riesgo para el paciente es mucho más alto, porque tiene que donar sangre varias veces antes de recibir esa sangre. Hay clara evidencia física de que los beneficios de la transfusiones solo empiezan a partir de cierta cantidad de sangre perdida”, declaró.
Los argumentos de Fuentes “no tienen ningún sentido”
Durante su declaración al inicio del juicio, Fuentes defendió que usaba las autotransfusiones para recuperar a un deportista, pero Schumacher, que considera la sangre “un medicamento”, rebatió que esta teoría “no tiene ningún sentido científico y carece de pruebas”, ya que “como cualquier otro organismo, la sangre se adapta al ejercicio, igual que un músculo aumenta de tamaño”.
“Lo que antes se llamaba la anemia del deportista no es una anemia real, es simplemente un aumento de líquido en la sangre y a los dos o tres días de descanso vuelven a los niveles normales. Pero es una adaptación temporal, como la piel se pone morena con el sol y luego vuelve a blanquearse”, ejemplificó.
En cuanto a los métodos de extracción y conservación empleados por Fuentes, el alemán recordó que la normativa, tanto europea como la “aún más restrictiva” española, establecen que “la temperatura de la sangre tiene que ser monitorizada constantemente”, condición que incumplían tanto las mochilas térmicas que empleaba el canario para transporte como los arcones frigoríficos.
De igual modo, resaltó que “la donación de sangre no es solo la extracción como tal, también implica el cuidado del paciente y del producto”. “En una habitación de hotel no hay el equipamiento necesario para poder reaccionar en caso de que surjan complicaciones”, explicó en referencia a uno de los lugares reconocidos por Eufemiano Fuentes para tratar a deportistas.
Tras añadir que el etiquetado de una bolsa debe incluir “al menos el nombre completo, la fecha y el tipo de sangre”, describió los posibles resultados adversos de errores como equivocar la bolsa de sangre que se debe reinfundir (“reacción inmune que puede generar insuficiencia renal y la posible muerte a largo plazo”) o reinfundirla sin haber sido totalmente descongelada (“arritmias cardíacas mortales”).
“La mayoría de las veces los efectos secundarios se ven seis horas después”, dijo, ante lo que el abogado de Fuentes, Tomás Valdivielso, le preguntó si una muerte producida cinco años después podría atribuirse a una transfusión incorrecta. “Por supuesto, la insuficiencia renal es algo que avanza muy lentamente, el deterioro puede ocurrir durante varios años. O si hay una bolsa de sangre no analizada y se ha infectado, puede ocurrir algo que se desarrolle muy lentamente como la hepatitits. Con el VIH pasó eso, la gente moría lentamente y no sabían que había ocurrido”, rememoró.