Aquellos 'globitos' de Manolo Torres a Ramallets

Ramallets

Rafael González Morera

Las Palmas de Gran Canaria —

Ahora que juega de nuevo la Unión Deportiva Las Palmas en el Camp Nou me viene a la memoria aquella victoria inolvidable frente al Barcelona en el feudo azulgrana (1-2), hace ya casi medio siglo, también en un mes de enero de 1969, en la temporada del subcampeonato de Liga.

Llegaba la Unión Deportiva a la Ciudad Condal en el segundo puesto de la clasificación, con el Real Madrid de líder y el Barcelona pisándole los talones al conjunto que dirigía Luis Molowny. El bloque amarillo causaba sensación en todos los campos de España, y en las crónicas de la víspera el diario barcelonés Dicen  ponderaba las virtudes del juego canario. Su director, Julián Mir, gran amigo de Antonio Lemus y posteriormente mío, decía en un artículo, entre otras cosas, “cuidado con el ”peligro amarillo“, vienen de ser los ”diablos amarillos“ cuando eran juveniles, y ahora con Luis Molowny apuestan por lo más alto”, y La Vanguardia hacía también un análisis del gran conjunto de Gran Canaria.

Pero antes de entrar en detalles de este memorable encuentro, echemos una vista atrás, y vayamos al primer choque entre amarillos y azulgranas en el campo de Les Corts en la temporada del ascenso a Primera División. Se disputó el 6 de abril de 1952, y la goleada fue de escándalo, nada menos que un 7-0, con Pepín desbordado en esa ocasión por la delantera del Barcelona. El recital goleador lo comenzaría César, para luego marcar dos goles más. Otros dos tantos los consiguió Kubala, y Vila y Manchón consiguieron los dos restantes. El estadio de Les Corts dejaría paso en 1957 a un nuevo gran recinto, el Camp Nou.

En esa primera visita al campo del Barcelona, aparte de Pepín que había debutado en enero de ese año, la defensa amarilla integrada por Pantaleón, Beltrán y Beneyto estuvieron en esta oportunidad muy por debajo de su rendimiento habitual. La primera experiencia en la máxima categoría ya empezaba a pasar factura, y en el partido de la primera vuelta en el Estadio Insular el 9 de diciembre de 1951 también ganó el Barcelona por 0-2, con goles de Manchón y Basora, sin que Juanito González en la portería hiciese muy poco para evitar los tantos. El excelente extremo Ladislao Basora formó con César, Kubala, Moreno y Manchón, una delantera que hizo leyenda en el club azulgrana, al que Joan Manuel Serrat dedicó la canción Temps era temps. Basora se enamoró de la Isla, en donde años más tarde residió hasta su muerte en un hospital de Las Palmas de Gran Canaria el 15 de marzo de 2012 a los 85 años de edad.

La primera victoria de la Unión Deportiva sobre el Barcelona se produjo en la vuelta del equipo canario a la máxima categoría. El partido se disputó en el Insular el 6 de febrero de 1955 en un día lluvioso, y por Las Palmas jugaron: Pepín; Verde, Beltrán, Beneyto; Torres, Naranjo; Sanz, Vázquez, Ricardo, Ignacio y Macario. Por el Barcelona jugaron: Ramallets; Hanke, Brugué, Seguer; Bosch, Segarra; Navarro, Moll, Kubala, Villaverde y Mandi. Una enorme expectación en el Estadio Insular, cubierto hasta la bandera, incluido los arenales por encima de la grada curva. Ignacio salió en el puesto habitual de Joaquín Peña en aquellos años exclusivamente para marcar a Kubala, consiguiendo anular al delantero checo/húngaro. Macario comenzó marcando a los tres minutos del primer tiempo, en una gran jugada entre Vázquez, Torres y Ricardo. Tremendo ambiente, un recinto de Ciudad Jardín vibrante de forma espectacular, y la guinda final la puso Torres con un golazo con falta con barrera, que luego se harían famosos como sus globitos, sorprendiendo a Ramallets, que se lanzó muy bien y se dio hasta con un poste en el hombro. Era el minuto 88 del partido y estadio era una gran fiesta, y recuerdo a mi padre con sus amigos Agustín Millares, Robledano, Domínguez, Emeterio, todos aplaudiendo a rabiar la gran ejecución de Manolo Torres.

También Iñaki Eizaguirre, portero de la Real Sociedad, fue víctima de los globitos de Torres, y además el público después de retirado cuando había una falta con barrera exclamaban “¡que lo tire Torres, que lo tire Torres!”. Todavía iba con mi padre al fútbol, y recuerdo mucho más la vuelta al Puerto tras terminar el partido, con paradas en Las Norias, Bar Rayo, Casablanca, Juan Pérez, para terminar en el bar Emeterio, cerca de casa, ya hinchado a baya-baya, a rebozados y a ensaladilla nacional, que no se podía decir rusa. Estaba prohibido, tal era el fanatismo del franquismo que imperaba por desgracia en España.

Los globitos en las faltas con barrera de Manolo Torres fueron toda una marca personal del gran medio amarillo a partir de entonces, hasta el punto que cuando se producía una infracción cerca del área rival o incluso un penalti, el estadio vibraba con el grito “¡que lo tire Torres, que lo tire Torres!”. En la temporada 1956-57 se produjo otra victoria de la Unión Deportiva frente al Barcelona, esta vez por 1-0, y con golazo de Miguel Cabrera, que había fichado con los amarillos después de su estancia en el Real Madrid. En este encuentro también jugó Rafael Mújica, aunque no lo hizo Alfonso Silva por estar lesionado. Gran actuación de Las Palmas, y Torres puso en vilo al Estadio Insular al lanzar un golpe franco que dio en el larguero ante la asombrada mirada de Ramallets. Pero un partido para mí de grato recuerdo, y con muchas vivencias ya como joven aprendiz de periodista fue en la temporada 1964-65, tras otro retorno de la Unión Deportiva a Primera División. Se había marchado Torrent reclamado por el Barcelona después de jugar cedido en la temporada del ascenso en Abarán, y Vicente Dauder tenía enormes dudas en qué defensa central poner para acompañar a Tonono en el eje de la zaga. Durante toda la pretemporada estuvo haciendo experimentos, pruebas, y los posibles elegidos eran Ardura, Oscar, Collar, Manolo Cabrera y Paco Castellanos. Esa temporada ya me mandaba todas las mañanas Luis García Jiménez, mi jefe en el Diario de Las Palmas, a los entrenamientos en el Estadio Insular, y seguía de cerca todas las dudas de Dauder, que al final se centraron entre Manolo Cabrera y Paco Castellano.

Llegó el comienzo de la Liga y precisamente con el Barcelona como visitante en el Estadio Insular, y un día antes Dauder le comunicó a Paco Castellano que era el que iba a marcar al húngaro Kocsis, el cabeza de oro de la delantera culé tan temido en las áreas rivales. El viernes antes del encuentro, para la edición del sábado del Diario, le hice una entrevista a Dauder, y una de las preguntas obligadas era si ya había decidido quién iba a jugar en el puesto del catalán Torrent que había vuelto tras su cesión al Barça. “La verdad es que no lo sé ahora mismo. Tengo dudas todavía. Es posible que lo decida el mismo domingo”. La vuelta del equipo amarillo a la Primera División había despertado un entusiasmo enorme, y el recinto de Ciudad Jardín se quedaba chico, con un lleno a reventar. Las Palmas jugó con Ulacia; Aparicio, Castellano, Tonono, José Luis; Correa, Germán, Guedes; Vegazo, Lizani, Gilberto I. Por el Barcelona: Sadurní; Olivella, Garay, Eladio; Foncho, Zaballa; Pereda, Fusté, Kocsis, Ré y Seminario. El partido terminó con la victoria canaria por 2-1, con una gran alegría del público.

Muy pronto marcaron los amarillos por mediación de Germán en el minuto 4, y poco después en el minuto 16 volvió a marcar Germán. Desde el primer momento Paco Castellano no le dejaba tocar un balón a Kocsis, y el húngaro desesperado se iba hacia el medio campo huyendo del marcaje del defensor amarillo. Un éxito sonado en el primer partido en la máxima categoría, después de seis años en la Segunda División. Vicente Dauder fue muy valiente en su planteamiento táctico y estratégico, nada menos que con un medio campo formado por Correa, Germán y Guedes, los tres muy técnicos, creativos, pero poco defensivos, aunque  marearon  al Barça desde el minuto inicial. Una gran alegría para mí ver a Correa en el primer equipo, porque unos años antes había jugado con José Cristóbal en el Juvenil Sporting San José. Recuerdo que el partido lo vi en el palco de prensa con Luis García y Nanino Díaz Cutillas, porque Antonio Lemus se había ido a Madrid a otros destinos profesionales. Con Vicente Dauder comenzó a fraguarse el gran equipo de los canarios, que ya luego Luis Molowny consolidaría.

Pero decíamos al principio que una hazaña inolvidable fue el triunfo canario en la temporada 1968-69, la del subcampeonato de Liga, por 1-2 en el Camp Nou. Sensacional encuentro , y jugaron en esta ocasión Oregui; Martín Marrero, Castellano, Tonono, José Luis; Niz, Justo Gilberto, Guedes, German; José Juan y Gilberto I. Por el Barcelona se alinearon Sadurní; Torres, Gallego, Eladio; Juan Carlos, Zaldúa, Juanito; Pereda, Zabalza, Rifé, Palau. Marcó primero Germán en el minuto 56 en una excelente jugada apoyándose en Justo Gilberto y Juanito Guedes. Empató Gallego a la salida de un córner en el 82, y el gol de la victoria lo consiguió Niz a un minuto del final. No sé narrarles el escándalo que se formó en la redacción de La Provincia al cantar el gol Antonio Lemus que retransmitía por Radio Atlántico, me viene a la memoria la gran fiesta que pronto organizó Fernando Hernández Gil y otros compañeros, un auténtico jolgorio. La crónica de Lemus daba detalles el martes siguiente del gran encuentro jugado por los pupilos de Luis Molowny, y de los elogios del entrenador azulgrana, Salvador Artígas, ponderando la excelente actuación de los canarios.

Dos años después de nuevo obtuvo otra victoria la Unión Deportiva en el Camp Nou, el 19 de septiembre de 1971. Comenzaba la era de Pierre Sinibaldi, un entrenador francés que hizo una gran labor durante cuatro años, y ya en su primera temporada, en la tercera jornada de la liga 71-72, Las Palmas derrotó al Barça por 1-2 en su feudo culé, contando el equipo azulgrana en sus filas con Reina en la portería, y jugadores de la clase de Rexach, Eladio, Rifé, Marcial. Los amarillos jugaron en esa ocasión con Betancor; Martín Marrero, Castellano, Tonono, Estevez; Justo Gilberto, Germán, Carmelín; León, Soto y Gilberto I. Comenzó marcando Marcial en el minuto 42, en un gran disparo desde fuera del área el cual Betancor no pudo interceptar. Y en el minuto 53 Justo Gilberto, en una buena jugada trenzada con Carmelín y Germán, obtuvo el empate. El gol de la victoria lo consiguió Mamé León a los 57 minutos, en otra excelente jugada hilvanada por Germán, originando una gran alegría entre la afición canaria. Antonio Lemus, emocionado, relataba esta nueva victoria canaria en la Ciudad Condal por Radio Atlántico.

Hemos relatado partidos con el Barça de grato recuerdo, y ahora estamos esperanzados que en esta ocasión se dé otra campanada en el Camp Nou.

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