El Tenerife avanza en la Copa con otro triunfo en el campo del Castellón

Carlos Ruiz celebra su gol al Castellón

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

0

El CD Tenerife avanzó a la tercera ronda de la Copa del Rey con el segundo triunfo (0-2) en el campo del Castellón en tres días, esta vez con una facilidad engañosa por la media docena de ocasiones que acumularon los locales, igual de estériles que el domingo anterior. De la mano de un Zarfino con pinta de estar de vuelta, al grupo de Ramis le bastaron dos robos — y sendos remates luego— en la línea de salida local para armar una clasificación que le pone cerca de un rival de Primera en el siguiente cruce.

La presencia del uruguayo en las dos acciones determinantes del partido —la más parecida a la versión con la que llamó la atención como jugador del Extremadura— fue reveladora. Según iba naciendo el encuentro, cazó una mala entrega local y, casi en el mismo gesto, la puso para la caída por la derecha de Vada, al que el fútbol le hizo hoy justicia a tanto remate sin suerte para premiarlo con el gol. Y, acabando la primera parte, Zarfino se metió en el rebumbio tras una falta, se quedó con la pelota y la puso, en una esquina del área, para un remate de mucho mérito de Carlos Ruiz.

Casi todo lo demás sobró, por intrascendente visto el resultado final, pero pudo manchar la parte notable del trabajo de los blanquiazules, tan efectivos cuando se aplicaron a la presión alta y a la verticalidad por la banda de Nono, cuando se activaron e hicieron que pasaran cosas, vaya; tan propensos al riesgo cuando les pudo la indolencia de sentirse dominadores por la ventaja temprana del tanto de Vada.

Pero como el Tenerife anda en un estado cercano a la gracia y el Castellón tiene la misma candidez ante el portero que su rival un par de meses atrás, la desconexión no le pasó factura más allá de ponerlo colorado cuando Ortuño se apareció para rematar, en llegada o preparándose el tiro.

Lo del hoy delantero titular del Castellón resume todos los deméritos de su equipo: concesión de dos errores con valor de gol e incapacidad de hacerlos en el triple de situaciones. Tuvo Ortuño cuatro citas con el éxito antes de que el descanso —y luego Ortolá redimido tras la pausa— despejaran cualquier duda sobre la incapacidad de los locales. Tuvo la primera (m.16) cuando cayo solo ante Ortolá y el portero le arrebató el remate; otra en la siguiente jugada (17), salvando un cruce suicida de Alberto y definiendo mal en el área; luego (31) golpeando a bocajarro mientras corregía el portero y, por último, fabricándose en el 36 un tiro fofo dentro el área. Ortuño, como Joselu enfrente, seguirá en la duda de no saber si duele más no mojar porque no se remata o tener tanto remate y no mojar.

Y pensará, en cambio, Carlos Ruiz, que la suerte del gol es para quien realmente tiene fe en lo que hace. El defensa de Baza registró un nuevo apunte en su hoja de servicios como birria con un gol de clase, distinto a los de empuje que firmó antes. Hoy se perfiló y se gustó, se acomodó y pensó la ejecución, se sacó un tiro Carlos Ruiz con el interior, una resolución de nueve de área, que un tipo como él solo se imagina en la trastienda de un entrenamiento y casi nunca en la vida real. Un justo premio para un líder de la plantilla del que no se conoce sucesor.

El estímulo eléctrico de Zarfino, la definición de Vada, la obra bella de Ruiz Aránega… todo eso fue casi todo el mérito de un Tenerife de espíritu práctico cuando se aplicó y de tendencia suicida cuando se desconectó. Todo, además del mérito de Ortolá para adivinar el tiro del extinerfeñista Víctor García tras el penalti candoroso cometido por Jorge Padilla (m.77).

Lo demás es el cemento necesario para seguir avanzando en la construcción del proyecto de Ramis, que se pudo permitir que no fuera titular nadie —excepto Javi Alonso— que lo fuera el domingo y que dio un partido entero a Joselu para que cazara una que le devuelva a su condición de goleador. O que acabó con Pomares de central cuando pareció que la entrada de Álex Muñoz le llevaría al que era su puesto hasta que llegó al Tenerife.

Al cabo, esta clasificación copera, este regalo de Reyes hasta para el aficionado más descreído, permitirá a Ramis una oportunidad de competir mientras puede que la mitad de los equipos de la Segunda, ya eliminados, anden inventándose algo qué hacer para evitar que el descanso liguero de la próxima semana genere dinámicas indeseadas.

(0) CD CASTELLÓN: Whalley; Muguruza, Lapeña (Ale López, m.74), Marc Castells, Víctor; Gus Ledes, Delgado (Jordi Sánchez, m.67); Paolo Fernandes, Carrillo (Jorge Fernández, m.74), César Díaz (Rubén Díez, m.40); y Ortuño.

(2) CD TENERIFE: Ortolá; Kakabadze, Carlos Ruiz (Jorge Padilla, m.76), Alberto, Pomares; Suso (Álex Muñoz, m.76), Zarfino (Aitor Sanz, m.60), Javi Alonso (Sipcic, m.60), Nono (Bermejo, m.58); Vada y Joselu.

ÁRBITRO: Alejandro Muñiz Ruiz (Comité gallego). Amonestó a Ortuño (m.40) y a los visitantes Vada (m.32), Aitor Sanz (m.77), Alberto (m.82) y Bermejo (m.85).

GOLES: 0-1, Vada (m.4). 0-2, Carlos Ruiz (m.45).

INCIDENCIAS: Partido de la ronda de la segunda ronda de la Copa de SM El Rey 20/21, jugado, con restricciones de aforo (180 espectadores), en el Estadio Municipal Castalia.

Etiquetas
stats