Cuatro Años Marianos

No me satisfizo menos que ver a Soria encumbrado a un puesto, desde el que hará tanto bien a mucha más gente, enterarme de que él y Arias Cañete son los ministros más acaudalados. Lo que resulta admirable pues indica una tan atinada gestión de sus asuntos privados que puede permitirle superar el lastre del desempeño público y culminar su carrera entre las grandes fortunas; esas que no pagan impuestos ni con los psocialistas porque amenazan con llevarse los cuartos a otro sitio a poco le vayan con boberías de fiscos y zarandajas; que no son ellos unos papanatas dispuestos a imitar las ocurrencias de algunos millonarios; extranjeros, of course.

K-52 escuchaba con las antenas en rojo, el color del que se le ponen cuando detecta algo que no entiende. De pronto se decoloraron, pasaron a amarillas y por último a verdes, señal de que, al fin, había comprendido: -¡Claro! ¡Ya está! Hoy es el Día de los Inocentes! ?exclamó con expresión risueña; dentro de lo que cabe porque no sé si les he dicho que su cara es tan imperturbable como ya quisieran tenerla los jugadores de póker.

Dejé estar a Soria y cambié de tema. Pero me quedé con la impresión de que la cuasi sonrisa de K-52 al reparar en la fecha confirmaba que comienza a entender a los terráqueos y a experimentar nuestros mismos sentimientos y sensaciones. Algo barrunté al observar lo que se me antojó sonrisa suya ante el televisor oyendo a Ana Botella en su toma de posesión de la alcaldía de Madrid. Por asociación de ideas decidí explicarle el mecanismo de la reproducción de las especies a partir del reino vegetal; como hiciera en mis tiempos de colegio el cura Ciencias Naturales, tan tímido que lo martirizábamos pidiéndole que se dejara de polinizaciones y machangadas y explicara cómo se lo hacen los humanos.

-Esta señora es la autora de la “teoría de las manzanas”. O de las peras, no sé. Según ella, está científicamente comprobado que dos manzanas dan lugar a otra manzana, pero una manzana y una pera nunca darán lo que las dos manzanas, es decir, ni una pera ni una manzana porque la una es pera, la otra manzana y no puede ser pues no hay pero que valga. O algo así.

Como no reaccionaba ni desplegó las antenas para darme ocasión de ver si se le habían empenado, que no es para menos la lógica frutícola embotellada, continué con el pensamiento de la flamante alcaldesa, que, según propias manifestaciones, tiene como ejemplo de vida a la Cenicienta por los valores que representa: recibe malos tratos sin rechistar y busca consuelo en el recuerdo de su madre. Bueno, eso era en 2003 y no sé si sigue pensando lo mismo.

-¡Qué cuatro Años Marianos les esperan a ustedes! ?dijo K-52 tras largar un largo suspiro.

-El suspiro es mío ?repuse.