Espacio de opinión de Canarias Ahora
Apagar la luz. Equilibrar la naturaleza
Apagar la luz es reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. Una hora de apago de luces en todo el globo, no es nada. Es una nimiedad para las urgentes necesidades que acucian al deterioro diario, hora tras hora, minuto a minuto, que le producimos de forma irracional, con lo que inconscientemente destruimos la conservación del medio ambiente. Hay otras fórmulas al alcance de todos para parar y aminorar, los efectos del calentamiento climático que estamos sufriendo, por tantos tóxicos que vertimos a la atmósfera y sobre la tierra en todos los medioambientes y ecosistemas.
No se trata, con esta afortunada acción del grupo ecologista WWF, de tan solo dejar de encender la luz durante esa hora y un día al año. El hecho es, que la humanidad que habitamos, este único planeta vivible en nuestra galaxia, nos concienciemos de una puñetera vez, y por todas, para evitar hacer más daños al medio ambiente. El cambio climático que aceleradamente estamos produciendo, por la torpeza de los países industrializados -sobre todo de Occidente-, es pararlo de inmediato. Para ello, hay que hacer un uso urgente de las energías limpias y renovables. El objetivo es que tomemos conciencia de este gravísimo hecho que nos mata paulatinamente, día a día, a todas las especies de la biodiversidad existente en la naturaleza. Que perdure todos los días esta razón de respeto y equilibrios con la naturaleza. Este es un hecho irremisible, si verdaderamente queremos que el planeta en todo su medio ambiente y ecosistemas no lo averiemos más, por nuestras irremediables avaricias congénitas. Estamos a tiempo. Que los tecnócratas y gélidos mandatarios políticos de todo el mundo, no nos impongan sus egoístas preferencias financieras, escudándose en el bien común.
Las cumbres mundiales habidas sobre el cambio climático son desastrosas. Nada solucionan, ni llegan a conclusiones responsables, por sus antropológicos egoísmos, para sus países. Ninguna quiere rebajar las emisiones de emisiones de CO2 a la atmósfera, para beneficios de todos los seres vivos. Tampoco quieren bajarse del ranking mundial de potencias financieras y económicas, muy a pesar y ser conscientes, del perjuicio que nos causamos maltratando nuestra naturaleza. Que es de todos, no de ellos en propiedad. La solución a esta pandemia ecológica de perjuicio constante, está en todos los ciudadanos del mundo, solventando este grave problema de forma generalizada, por medio de un compromiso ecológico. Y solo será nuestro deber, poner en los cargos de responsabilidad política, a aquéllos que tengan una conciencia y programas de sostenibilidad medioambiental.
Este delicado problema y responsabilidad depende de todos. Vivir más en armonía y equilibrio con la naturaleza, nos hace posible la vida. Para ello la solución está inexorablemente en: consumir menos o ninguna de las energías de la quema de combustibles fósiles: carbón, gas y petróleo; apagar las luces que en los hogares y centros de trabajos no sean necesarias, incluido los pilotos de espera en los electrodomésticos y otros; exigir a los que ocupen cargos en la administración pública, el uso de energía renovables; reciclar todos los embases reutilizables, para sus usos renovados (los recursos minerales y materias primas de todo el globo se agotan y no tienen regeneración); prescindir de los biocarburantes, puesto que agravan las emisiones de carbono a la atmósfera; usar los transportes públicos; consumir los productos que solo se necesiten para la vida; proteger los ecosistemas terrestres y marinos; omitir las compras de productos de las naciones que no respeten las normas para la protección del medio ambiente, entre ellos, EE UU, China, etc.; tampoco permitir a los países de cualquier lugar del mundo la deforestación de los bosques, sobremanera del Amazonas (pulmón del planeta, donde cada día se talan y desertizan miles de hectáreas de arboleda, por intereses espúreos de las multinacionales y las propias naciones que lo albergan).
Que este apagón mundial de una hora, nos sirva al menos, para encender el raciocinio de todos los que poblamos este saturado planeta azul. Y debemos pensar que solo estamos calidad de alquiler en este solar, prestado únicamente para desarrollar nuestras vidas. No para destrozarlo o dejarlo invivible para toda la biodiversidad de la Tierra. ¿Qué le vamos a dejar a las futuras generaciones para que en él vivan saludablemente, a la que tienen infinitos derechos. Esto es un cargo de conciencia. Pero aquellos que carecen de ella, de una razón de respeto al medio ambiente, hay que pedirles cuentas. Simplemente por humanidad.
Teo Mesa
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