Un arma política: el JK 5022

Rajoy fue muy aplaudido, y era justo hacerlo así, cuando manifestó su intención de “no hacer oposición con la catástrofe” y Sáenz de Santamaría aún mucho más cuando apostilló que no era legítimo “utilizar el dolor de nadie para acosar al Gobierno”. De ahí hasta este tramo final en el que el líder del PP ya emplaza abiertamente al Ejecutivo a “decir la verdad” sobre el siniestro porque el gabinete se dedica a “mirar para otro lado y echar el muerto a otro” ?no estuvo muy afortunada la expresión de Rajoy? va un abismo aún mayor que la altura desde la que cayó el JK 5022. De momento, me inquieta que don Mariano crea ?o propague? que “lo más importante es que se llegue hasta el final en la investigación”, pues el argumento se parece mucho a los resabios del ácido bórico y aquella truculenta película que relacionaba con el 11-M a miembros de ETA con chilaba y la Orquesta Mondragón como banda sonora. Triste y desgraciado ha sido el accidente más grave de la historia de Barajas, el segundo más dramático en la historia de Canarias ?tras el de Los Rodeos? pero el ventajismo, la falta de escrúpulos y el oportunismo de quienes aborden los atentados, los accidentes y las catástrofes naturales como arma política creo que también entrarán en los libros de Historia aunque por otros motivos.

Federico Utrera