El artista Rudolf Ackermann

En la modesta sala de Exposiciones de la Escuela Luján Pérez, exhibe una pequeña parte de su diversidad artística Rudolf Ackermann. Nacido en Leverkusen, Colonia, en 1927, finiquitando su vida en Las Palmas de Gran Canaria, en el año 1997. En la presente muestra plástica, expone algunos volúmenes,de su faceta escultórica ?obras de gran talento creador?, grabados y pinturas.

Rudolf llegó a nuestra isla, a principios del decenio de los sesenta, a bordo de un pequeño yate, tripulado este por varias personas extranjeras, quienes habían hecho escala previa en Tánger, en Marruecos, y llegando a nuestro litoral. De aquella costa africana, alcanzaron la nuestra, por Arinaga. Allí mismo, al llegar a tierra, fueron abordados por la Guardia Civil, habiendo sido encausados por tan anómala arribada. Máxime en aquellos años de férula dictatorial, en que se estaba ojo avizor de un posible altercado al orden establecido, o por ser presuntos estraperlistas. Pasado un tiempo, hechas todas las pesquisas, fue cerrado el sumario por el hipotético delito.

En esta isla grancanaria enraizó. Contrajo matrimonio. Tuvo tres vástagos: Rodolfo, Santiago y Violeta. Y acabó sus días en la misma isla que le acogió. Se había congratulado con el clima, el paisaje y el paisanaje; la tranquilidad de la ínsula, en la cual vivió durante casi cuatro décadas. Se integró en la vida y la sociedad local, pero tuvo Rodolfo Ackermann una forma de coexistir muy peculiar. Se apartó de todos los roles de convencionalismos sociales y exigencias dogmáticas establecidas. Se condujo siempre como un ácrata, contra el sistema impositivo de relación predeterminada. Precisamente, de la rigurosa convivencia social de la que venía 'huyendo', en su Alemania natal. Vivió con una singular y extravagante fórmula de subsistir. En su indiviso modo, se entregó plenamente a su creación plástica a la que consagró su existencia, aderezado con un misticismo